León, quinta provincia de España con peor saldo entre nacimientos y muertes en 2018

Viviendas abandonadas en el pueblo de Suárbol (en El Bierzo). Foto: Eduardo Margareto (ICAL)

J. López de Uribe / Agencia ICAL

León lidera una estadística fatal. El peor saldo vegetativo, la cifra resultante de las muertes y nacimientos en un año, de todo 2018 de las nueve provincias de la Comunidad Autónoma, con un número negativo de 3.670 personas.

Un dato que resulta escalofriante a nivel nacional, ya que es la quinta con peor saldo entre nacimientos y defunciones sólo por detrás de Asturias (-7.503), La Coruña (-5.965), Valencia (-4.218) y Vizcaya (-4.030), todas ellas provincias con, como mínimo, el doble de habitantes (salvo la valenciana que la quintuplica).

Unas cifras que son, si cabe, realmente dramáticas en comparación con las de la comunidad autónoma, ya que las tres provincias leonesas son las tres primeras en este cálculo de nacidos y fallecidos. Aún así, León destaca muy por encima ya que hay una diferencia de más de 1.700 habitantes con Salamanca (-1.929 de saldo vegetativo en 2018) y Zamora (-1.844). Cosa que se incrementa hasta los dos mil de diferencia con Burgos (-1.648 restando muertes a nacimientos) y Valladolid (-1.610).

Las cifras leonesas son críticas. A nivel provincial los nacimientos fueron el 0,71% de todos los de España (369.302) con 2.634 durante 2018 y los fallecidos más del doble en porcentaje: un 1,47% con 6.304 en León por 426.053. El total estatal ofrece un movimiento natural de población de -56.751 personas y de ello la provincia leonesa acapara un porcentaje del 6,46%.

Debacle de la Región Leonesa

Las cifras si se computan por la Región de León son aún peores. Respecto al Estado uno de cada siete habitantes que se han perdido proceden de las tres provincias que totalizan un saldo de -7.310 (un 13,10% de los -56.751 en todo el Estado); es decir, más de uno de cada siete de los habitantes perdidos en 2018 en España. León, Zamora y Salamanca tuvieron 5.603 nacimientos (tan sólo el 1,51% estatal) y 13.046 muertos (el 3,06% del país).

Pero cuando se comparan las cifras con las seis provincias restantes de la Comunidad Autónoma, las que quedan en ella de la Región de Castilla La Vieja, la cosa se pone aún peor. Sobre todo en cuestión de nacimientos, ya que Ávila, Burgos, Palencia, Segovia, Soria y Valladolid suman 9.428 y León, Zamora y Salamanca 5.603. Esto significa que el 62,7% de los nacimientos son en Castilla y sólo el 37,3% en la Región de León.

Respecto a las defunciones, la cosa se iguala un poco si no fuera por que la Región Leonesa, con tres provincias, pierde 13.046 habitantes por este motivo y las seis restantes sólo 3.150 más (16.184 en total), datos que indican que el índice de mortalidad es superior en León que en Castilla; agravado por la más que notable diferencia de nacimientos entre uno y otro de los dos territorios de la autonomía.

Un fuerte golpe demográfico en Castilla y en León respecto al resto de España

Según el teletipo de la Agencia ICAL, el envejecimiento poblacional de Castilla y León constituye un enorme reto demográfico de futuro, ante la falta de relevo generacional y la merma cada vez más acusada del número de habitantes de la Comunidad. La tendencia de los últimos años no cesa y en 2018, Castilla y León fue la segunda autonomía con el peor saldo vegetativo, ya que se produjeron 14.199 fallecimientos más que nacimientos, según las cifras publicadas hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Castilla y León sólo mejoró el dato de saldo vegetativo Galicia, con un saldo negativo en 15.854 personas. Sólo tres autonomías registraron un saldo positivo, Madrid, que sumó 10.904 nacimientos más que muertes; Murcia, con 3.448, y Baleares, con 1.946. Melilla y Ceuta también sumaron, 838 y 445, respectivamente. Por el contrario, el saldo fue negativo también en Asturias (7.503); Valencia (7.417); País Vasco (5.685); Cataluña (4.396); Aragón (4.131); Castilla-La Mancha (3.671); Extremadura (3.625); Andalucía (2.292); Cantabria (2.288); Canarias (1.478); La Rioja (877); y Navarra (427). El saldo global en España fue negativo en 56.262 personas.

El saldo vegetativo fue negativo en todas las provincias de la Comunidad, con especial incidencia en León, con 3.670 defunciones más que nacimientos, seguida de Salamanca, con 1.929 y Zamora, con 1.844. Asimismo, en Burgos murieron 1.648 personas más de las que nacieron; en Valladolid, 1610; en Palencia, 1.189; en Ávila 1.048; en Segovia, 714 y en Soria, 547.

Saldo positivo para los extranjeros

Los datos de Movimiento Natural de Población e Indicadores Demográficos Básicos del INE refleja que el año pasado nacieron en Castilla y León 15.031 pequeños frente a los 29.230 fallecimientos. En este sentido, cabe precisar que los nacimientos de madres foráneas ascendieron a 12.975, mientras que las defunciones de nacionales sumaron 29.021, lo que supone un saldo vegetativo negativo en 16.046 personas. Por el contrario, las madres extranjeras parieron a 2.056 bebés, mientras que sólo se contabilizaron 209 defunciones entre el colectivo de foráneos, que aportó un saldo vegetativo positivo en 1.847 personas.

Evolución y provincias

La cifra de nacimientos en Castilla y León fue ligeramente inferior a la del año anterior, cuando se contabilizaron 15.509, con un descenso del 3,1 por ciento, la segunda bajada menos pronunciada entre las autonomías, donde meró en todas y sólo peor que la de Baleares, con un menos 0,4 por ciento. La media nacional de variación de nacimientos fue del menos 6,1 por ciento, y la autonomía con peor dato fue Galicia, con un menos 10,3 por ciento. El número de nacimiento de la Comunidad se alejó sin embargo bastante de la cifra de 2010, cuando se produjeron 20.486, el número más elevado que facilita el INE en una serie quinquenal desde 2000.

Número de hijos por mujer

El informe publicado hoy indica que el número de hijos por mujer en Castilla y León se situó el año pasado en 1,14, inferior a la media para el conjunto de las autonomías, con un indicador de 1,25. Castilla y León mejoró el dato, no obstante, de Canarias (0,97); Asturias (1,03); Galicia (1,04) y Cantabria (1,12); aunque se alejó de las autonomías con mejores tasa, Murcia (1,53); Navarra (1,39) y País Vasco y Andalucía (1,3 en ambos casos). El número de matrimonios ascendió a 7.144 en la Comunidad, un 6,7 por ciento menos que el año anterior.

En cuanto a los fallecimientos, 29.230 en Castilla y León, avanzaron un 0,9 por ciento respecto al año anterior, por encima del 0,4 por ciento de la media nacional. La cifra es similar a la que se registró en 2015. Por autonomías, crecieron más las defunciones en Canarias, 5,7 por ciento y La Rioja, 5,1 por ciento; mientras que bajaron un cuatro por ciento en Castilla-La Mancha, y un 3,4 por ciento en Murcia.

La tasa bruta de mortalidad de Castilla y León, es decir, el número de fallecimientos por cada 1.000 habitantes, se situó en 12,1, sólo por detrás de los 12,9 de Asturias, donde se registró el mayor ratio. La media nacional se situó en 9,1 fallecimientos por mil habitantes, y la autonomía con el menor ratio fue Madrid, con siete.

Esperanza de vida

Los habitantes de Castilla y León están entre los de mayor esperanza de vida de toda España, con una media de 83,9 años en 2018, sólo por detrás de los madrileños, 84,8 años, y los navarros, 84,2. La esperanza de vida en la Comunidad autónoma, se situó por encima de la media nacional, de 83,2 años, una de las más altas del mundo.

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