De pasarela política al olvido: las auxiliares de Compostilla cogen fuerzas para hacerse oír en campaña

Trabajadores de las empresas auxiliares de Endesa concentrados a las puertas de la central térmica de Compostilla II en Cubillos del Sil.

César Fernández

La escena se repitió recurrentemente ante los procesos electorales de la pasada primavera: políticos estrechando manos y trabajadores esperando compromisos. Representantes de formaciones de todo el espectro ideológico se pasaron por el campamento permanente de la Plataforma de Auxiliares de Endesa, el epicentro de las reivindicaciones de los operarios de las empresas subcontratadas afectados por el programado cierre de la central térmica Compostilla II de Cubillos del Sil en junio de 2020. Los empleados, cada vez menos, mantienen la medida y apenas reciben una visita puntual cuando comparten cada mañana la media hora de bocadillo a las puertas de las instalaciones: la de una patrulla de la Guardia Civil que vigila a distancia. Ahora que en noviembre se presenta otra cita con las urnas, ¿volverá la zona a ser una pasarela política?

Ninguno de los políticos llegados de fuera para las sucesivas campañas de las generales, europeas, municipales y autonómicas de abril y mayo han regresado al campamento cuando ya se cumplen cien días de la constitución de los ayuntamientos y ya queda menos de un año para el cierre de la térmica. “Los de aquí nos llaman y se interesan, pero realmente ellos no pueden hacer nada. Donde se toman las decisiones es en Valladolid y en Madrid”, precisa el portavoz de la plataforma, Alonso Roa. “Los únicos que se han implicado han sido los de Podemos”, reconoce el sindicalista Alfredo Peláez, al citar la reunión convocada el pasado mes de julio en Madrid a la que acudieron representantes de empresas de distintos puntos del país afectadas por procesos de regulación y destacar el papel de la diputada saliente de la formación morada por León, Ana Marcello, incluso pese a perder el escaño tras los comicios del 28 de abril.

Menos políticos, más “paracaidistas”

Peláez, que era delegado sindical de la auxiliar de limpieza industrial cuando las movilizaciones emprendidas en 1998 en un escenario de recortes aparejado a la privatización de la eléctrica lograron encauzar un plan social con jubilaciones anticipadas, recolocaciones e inversiones alternativas, detecta con la perspectiva que da el tiempo lo que considera como una merma de la calidad de la clase política que lastra las negociaciones actuales en un escenario de consecuencias más graves: “Los de antes eran más políticos; en estas últimas elecciones ha habido mucho paracaidista que ha caído en el sitio adecuado y en el momento oportuno. No hay ahora políticos con aquel peso específico”.

Las circunstancias tampoco han ayudado. La conformación de un nuevo Gobierno en la Junta de Castilla y León, fruto del pacto para una coalición entre PP y Ciudadanos, ha desalojado de la Consejería de Empleo al popular Carlos Fernández Carriedo, que se había “implicado bastante” en labores de mediación para conseguir la recolocación de los trabajadores afectados por el goteo de regulaciones asociadas al parón de la actividad térmica con el cierre de la central a las puertas. Ahora los operarios esperan por un hueco en la agenda del nuevo titular del departamento, Germán Barrios, propuesto por la formación naranja. Habrá que volver a empezar.

Más compleja resulta incluso la situación del Gobierno de la nación, en funciones desde las elecciones del pasado mes de abril y con unos nuevos comicios ya convocados para el próximo 10 de noviembre. Las esperanzas estaban puestas en la anunciada Transición Energética, que se ha quedado por ahora en palabras para sus demandas de lograr jubilaciones anticipadas por la aplicación de coeficientes reductores en función de la actividad o la puesta a cero del contador del paro para trabajadores en situación de desempleo de una edad determinada.

El plan social de 1998 a tres bandas entre Junta de Castilla y León, Endesa y sindicatos parece hoy una quimera habida cuenta, sobre todo, de la ausencia de contactos con la dirección de la eléctrica. “Endesa ni está, ni se le espera, ni creo que nos vaya a recibir”, lamenta uno de los trabajadores afectados, Eduardo Ortega. “Las administraciones sí pueden presionar a Endesa, pero le tienen muchísimo miedo”, advierte Alfredo Peláez al hacer notar los recortes emprendidos por la empresa incluso a sus empleados directos y jubilados.

Esperando por la ministra para la Transición Energética

El caso es que la eléctrica tiene más frentes abiertos: en Andorra (Teruel) con un planteamiento de cierre similar al de Compostilla II; y en As Pontes (A Coruña) con una, por ahora, paralización de actividad, pero con inversiones previstas para la obligada adaptación medioambiental de las instalaciones a la directiva europea de emisiones. “Vemos con envidia sana que en esos sitios la sociedad se implica y van todos a una. Y aquí nos vemos abandonados por todos. Allí salen a defender lo suyo. Y esa es la diferencia abismal que hay con El Bierzo. Por eso nos va como nos va”, lamenta el portavoz de la plataforma. La ministra en funciones para la Transición Energética, Teresa Ribera, ya se pasó por Andorra. La anunciada visita al Bierzo todavía no se ha producido. “Y Endesa responde en cada sitio en función de la presión que reciba de las administraciones”, apostilla Peláez.

El Bierzo, icono en su día del carácter reivindicativo con las movilizaciones mineras por bandera, ha perdido capacidad de presión, según algunos análisis por haberse convertido en una sociedad 'anestesiada' a golpe de prejubilaciones, a lo que podría añadirse en este caso cierta confusión sobre las condiciones laborales de personal que trabaja 'para' y no 'en' Endesa. “A lo mejor aquí no somos lo suficientemente ruidosos”, señala otro de los trabajadores afectados, Pedro Yáñez. A falta de compromisos institucionales y empresariales, son los propios operarios los que buscan soluciones por sus propios medios. Y así una veintena se han integrado en las labores de desmantelamiento de la central y otros han trabajado temporalmente en el montaje de la vecina planta de Forestalia en el Macropolígono del Bayo, también en Cubillos del Sil. La pregonada voluntad de Endesa de convertir el solar de la térmica en un centro de negocios tras haber anunciado a finales del pasado año la instalación de un parque fotovoltaico les suena a los trabajadores a operación cosmética de la compañía, que además tiene a las propias empresas auxiliares de “parachoques” en los conflictos en un panorama de subcontratación agravado por la reforma laboral del año 2012.

De 180 a 80 operarios

Ahora que vuelve a haber colectas entre los compañeros para acondicionar el campamento con nuevas banderas y cruces (que simbolizan los despidos) más resistentes a los embates del viento, los trabajadores atribuyen precisamente a esta medida de presión iniciada a principios de año tanto el interés de ciertas empresas por integrarlos en sus plantillas como la ralentización en el ritmo de las regulaciones de empleo, que, no obstante, ponen ya en una situación muy comprometida a los operarios de Auxitrans (auxiliar encargada del transporte de carbón y el movimiento de tierras), en medio de su segundo expediente temporal. De los 180 que hace ahora un año comenzaron las movilizaciones ya sólo quedan 80 trabajando para empresas subcontratadas en la central.

Con el lamento por enfrentarse a un conflicto de larga duración cada vez con menos efectivos, la Plataforma de Auxiliares de Endesa se prepara para una nueva campaña electoral, en la que volverán a hacer oír sus reivindicaciones. ¿Volverán a visitarles políticos que se olvidaron cuando pasó la cita con las urnas? “Algunos no creo que vengan porque saben lo que han dicho. Pero son políticos, así que igual nos llevamos alguna sorpresa”, responde Alonso Roa. Los trabajadores dieron el margen de maniobra para la conformación de los sucesivos gobiernos a diferentes escalas territoriales. Pero ahora el tiempo apremia. Ellos mantendrán la reivindicación. De los representantes del pueblo dependerá que su voz tenga eco y sus demandas, soluciones.

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