El Gobierno plantea que en 2024 se cobre peaje por circular en autovías y carreteras

La provincia de León cuenta con varias autovías y autopistas.

En un primer momento era cobrar peaje en las autovias, y no los particulares, sino establecer una especie de impuesto a los transportistas, pero ahora ya la cosa es para todos los vehículos y en todas las carreteras, tanto nacionales como autonómicas como provinciales; aunque estas progresivamente.

Este es el plan del Gobierno que ha presentado a Bruselas. Baraja 2024 como la fecha en la que se podría comenzar a implementar el sistema de pago por uso en la red de carreteras del Estado, como respuesta a los dos principios en los que se basará a partir de ese momento la utilización de las carreteras: “quien contamina paga” y “el que usa paga”

Hasta ese momento, el Ejecutivo prevé llevar a cabo una campaña de “concienciación y sensibilización” sobre los transportistas y la población en cuanto a la necesidad de ejecutar esta medida, según lo asegura en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia remitido a Bruselas.

Basándose en la experiencia internacional, el Ejecutivo cree que el tiempo mínimo necesario para desarrollar los instrumentos normativos y crear la estructura precisa para implantar un sistema de pago por uso a nivel nacional es de entre dos y tres años.

Según las cifras planteadas de cuatro céntimos por kilómetro, ir de Ponferrada a León costaría entre los cuatro y los 7,55 euros (los 2,4 de los 63 kilómetros y los 5,15 de la autopista León-Astorga). De León a Valladolid 5,48 euros. De León a Astorga por carretera nacional 1,48. De León a Oviedo por Pajares 5,24 y a Gijón 5,72. Desde la capital de la provincia a La Bañeza serían 2,5 euros y en cuatro puntos de los extremos de la misma unos cuatro euros como a Riaño o a Truchas, o 5,8 a Balouta y dos a Sahagún, y algo más (2,4) a Busdongo; y tres euros a Benavente.

Acuerdo social y político

No obstante, el Gobierno insiste en que buscará el acuerdo social y político para implementar esta medida, consultando con los transportistas profesionales, así como con las comunidades autónomas y otras administraciones para determinar la voluntad de todos de incorporar peajes en las carreteras bajo su titularidad.

Respecto a los camiones y resto de vehículos pesados autorizados para el transporte de mercancías por carretera, el texto aclara que se impulsarán desde la Administración las condiciones normativas necesarias para que el coste del peaje sea asumido por los cargadores, incentivando así la búsqueda de la sostenibilidad y eficiencia del transporte.

En este sentido, el Gobierno se escuda en varios elementos para justificar esta medida, siendo la minorización de las emisiones de gases de efecto invernadero, el impacto de la carretera sobre el medio ambiente y la eficiencia del transporte algunos de ellos.

Déficit por la conservación de las carreteras

Sin embargo, la principal razón es el abultado déficit que arrastra la conservación de las carreteras. “Con una red estatal que supera los 26.466 kilómetros de extensión, de los que unos 12.000 son de carreteras de alta capacidad, lo que hace que tengamos la más extensa de Europa, los costes de conservación son crecientes y no es posible que sean asumidos de manera directa por los recursos presupuestarios”, señala el texto.

El Gobierno también aclara que el sistema podría ser “escalable y progresivo”, es decir, que se cobre inicialmente solo en la red de alta capacidad (autovías) y que se extienda de forma progresiva a otras redes, abriendo la puerta así a que cualquier carretera pueda ser de peaje.

Esta progresividad en la aplicación de la medida responde al esperado rechazo que causará en la población. Por ello, defiende que se determinarán tarifas “asumibles pero que garanticen la financiación”.

Desde la Asociación de Empresas de Conservación y Explotación de Infraestructuras (Acex), con intereses directos en esta iniciativa, defienden que un peaje de entre 3 y 5 céntimos de media sería suficiente para acabar con el déficit de 8.000 millones que ya acumula la conservación de las carreteras.

El pago por uso es una vieja reivindicación de las constructoras. La patronal Sepan calculó recientemente que el Estado podría ingresar 9.525 millones de euros anuales si el Gobierno apostara por esta opción en la red española de autovías. Una idea que la CEOE lanzó hace años, pero que tiene la frontal oposición del sector del transporte por carretera, que en la cumbre empresarial que organizó la patronal en junio pasado se mostró radicalmente en contra de ponerla en marcha.

Directrices europeas

Tras la directrices apuntadas por Europa en el marco de la última gran crisis financiera, Portugal introdujo peajes en toda su red de alta capacidad, no solo para vehículos pesados, como requería Bruselas, sino en todos ellos, incluidos los ligeros, es decir, a todos los ciudadanos.

En España, lejos de introducir peajes, las políticas han ido en sentido contrario, en no renovar las concesiones que llegaban a su fin, lo que ha permitido liberar de peajes varias autopistas que ahora son gratuitas. Además de en Portugal, en Francia e Italia prima el pago por uso, mientras que en Alemania todas las autopistas son gratuitas.

La implantación de un peaje medio en España de 4 céntimos por kilómetro supondría un pago de 9 euros para ir desde Madrid a Burgos, de 12 euros para viajar entre la capital y Zaragoza, de unos 14 euros para ir hasta Valencia, 15 a Córdoba, 16 euros a Badajoz o 22 euros a La Coruña.

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