Laciana, la locomotora que tira de los vagones para echar a andar el Ponfeblino

La empresa ARMF ha puesto en marcha en recientes fechas la Macosa 1004 en Villablino. / Foto: Asociación asturiana amigos del ferrocarril, publicada por Infobierzo

César Fernández / Jesús María López de Uribe

Laciana será en cualquier caso la pieza clave para resucitar la línea. Lo saben bien el Ayuntamiento de Villablino y el Consorcio del Ponfeblino, formado por los ayuntamientos del trazado –Ponferrada, Cubillos del Sil, Toreno, Páramo del Sil, Palacios del Sil y Villablino–, además del Consejo Comarcal del Bierzo y el Centro de Iniciativas Turísticas de Santa Marina del Sil y la Asociación Cultural Ferroviaria Berciana (estos dos últimos a modo de colaboradores).

El primero solicitó una custodia de los talleres hasta que el segundo asuma (se supone que de forma inminente) una cesión de uso de las instalaciones, que también incluyen el almacén y la estación. El interés de la administración ya ha suscitado la respuesta de la iniciativa privada, en este caso a través de la empresa ARMF (Asociación para la Reconstrucción de Material Ferroviario), que avanza labores de conservación con el reciente encendido de la locomotora diesel 1004, el primer paso de un objetivo más ambicioso.

La imagen del encendido de una locomotora histórica contrasta con las fotografías del deterioro de otros elementos como las máquinas y vagones pasto del vandalismo en Ponferrada o Cubillos del Sil. La presidenta del Consorcio del Ponfeblino, la concejala socialista en Páramo del Sil Alicia García, niega que la iniciativa marche a dos velocidades.

La diferencia, añade, estriba en los avances para obtener la titularidad de las instalaciones, a punto de derivar a este ente supramunicipal en Villablino por 20 años y todavía perdida entre la maraña de propietarios privados y públicos con la complejidad añadida del proceso concursal de la propietaria histórica (Coto Minero Cantábrico como heredera de la Minero Siderúrgica de Ponferrada) en el resto de la línea.

La imagen del encendido de una locomotora histórica contrasta con las fotografías del deterioro de otros elementos como las máquinas y vagones pasto del vandalismo en Ponferrada o Cubillos del Sil

La Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León ya acordó en verano la cesión de uso de las instalaciones de la vertiente lacianiega al Consorcio del Ponfeblino, que espera que el trámite se materialice antes de final del presente ejercicio. Se trata, además de un año singular por cumplirse un siglo del estreno de un ferrocarril clave en el despegue económico del valle del Sil al calor de la extracción del carbón y su consumo en las centrales térmicas de Ponferrada y Cubillos del Sil, consecutivamente, hasta el último servicio en 2014. La línea incorporó también el servicio de pasajeros, que funcionó hasta el año 1980 para poner fin a la tracción a vapor en toda Europa occidental.

Son ahora precisamente los pasajeros, en este caso los turistas, los llamados a dar una nueva vida al tren Ponferrada-Villablino. Las vías ya desaparecieron, tras dejar de funcionar las térmicas, en Ponferrada, lo que en su día motivó sugerencias para trasladar a los viajeros en autobús hasta Cubillos del Sil. El vandalismo también se dejó notar en algunos puntos del resto de la línea con el desmantelamiento de raíles. La voz de alarma de noticias que se propagaron en los medios de comunicación hizo efecto. “Aquello no fue a más. Se paró justo a tiempo. Nosotros intervinimos rápidamente. Y apenas se llevaron 24 metros de raíl entre dos tramos”, explica García.

“Buena disposición” de los municipios

Tras los cambios políticos resultantes de las elecciones municipales del pasado mes de mayo, los ayuntamientos ya han procedido al nombramiento de sus representantes en el Consorcio del Ponfeblino, que próximamente celebrará una asamblea para la toma de posesión de los cargos. Alicia García dice ver “buena disposición” de los municipios, que en el caso de Ponferrada ya ha mostrado su voluntad de derivar las locomotoras de su propiedad varadas junto a la línea férrea en el entorno del Centro Comercial La Herrería para, tras su restauración a través por ejemplo de las labores de un taller de empleo, servir como elemento ornamental puesto que su nivel de deterioro impide cualquier otro uso.

El fin turístico del Ponfeblino es el objetivo declarado del Consorcio sin renunciar, no obstante, a otras alternativas como la expuesta por los partidarios de convertir la línea (a la vista del retraso acumulado por el proyecto original) en una vía verde. Sin embargo, su presidenta alude a condicionantes técnicos y legales (el desmantelamiento de hasta un 90% de la vía y que la infraestructura lleve en desuso más de 25 años), por lo que sugiere la posibilidad de acondicionar una ruta paralela para poder conjugar las dos iniciativas. Otras ideas, como la de habilitar un cicloraíl que permitiera la disputa de competiciones de BTT, también podrían resultar complementarias.

El Consorcio del Ponfeblino también explora otros usos al sugerir el uso como medio de transporte para los acopios de biomasa previstos en Laciana con destino a la planta de biomasa de Forestalia en Cubillos del Sil

Centrado durante años el debate en los fines turísticos, el Consorcio del Ponfeblino también explora otros usos, señala su presidenta al sugerir la posibilidad de usar el tren como medio de transporte para los acopios de biomasa previstos en Laciana con destino a la planta de biomasa de Forestalia en Cubillos del Sil. Así se lo ha planteado ya al consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta, el leonés Juan Carlos Suárez-Quiñones. “Y no lo encajó mal”, dice Alicia García sobre la posibilidad de resucitar el uso industrial de la línea cambiando, al compás de los nuevos paradigmas económicos, carbón por biomasa.

Las dificultades técnicas, el argumento junto a la viabilidad económica más recurrente entre los escépticos, se reducen, según la presidenta del Consorcio, a apenas dos puntos conflictivos, uno en el túnel del Pantano de Las Rozas y otro en un derrumbe ocurrido en las inmediaciones de Toreno. “Pero lo hemos consultado con expertos y son perfectamente subsanables”, opone Alicia García para garantizar la convertibilidad de la infraestructura en un recurso turístico (amén de otros) de primer orden.

Como “anillo al dedo” para ARMF

Por el momento, los primeros avances en la vertiente lacianiega son un motivo de esperanza para cuencas carboneras que no andan sobradas de alternativas económicas. “Cualquier pequeño proyecto que se pueda instalar aquí, aunque sólo creara uno o dos empleos, será bien recibido”, ratifica García ahora que ARMF ha vuelto a encender motores en Villablino. Fuentes de ARMF, empresa con sede en Lérida, aseguran, de hecho, que el proyecto de recuperación de material rodante ferroviario en los talleres de la MSP de Villablino les viene “como anillo al dedo”.

Y es que la Macosa 1004 es una de las máquinas que tenía la concesión antes de cerrar, junto a la 1003 y las Alco 1005, 1006 y 1007. La 1005 se dio por desaparecida junto a algunos coches de viajeros y un coche salón.

Esta locomotora era, según la Ferropedia, de las llamadas Serie 1001, maquinas del tipo General-Motors G-18U: “Se adquirieron nuevas en 1981 y fueron construidas en España bajo licencia. Se encargaron desde su llegada de los trenes de línea, desplazando hasta su apagado definitivo a la totalidad de las locomotoras de vapor que funcionaban en el Ponferrada-Villablino”.

Fabricadas por Material y Construcciones, S.A —una antigua marca de construcción de maquinaria pesada que en su momento compró Alstom—, se construyeron cuatro tractoras de este tipo, diésel de línea de 1.100 caballos de vapor de potencia y disposición de ejes Bo Bo y transmisión eléctrica, numeradas de la 1001 a la 1004.

Cualquier pequeño proyecto que se pueda instalar aquí, aunque sólo creara uno o dos empleos, será bien recibido, ratifica la presidenta del Consorcio ahora que ARMF ha vuelto a encender motores en Villablino

Entre los proyectos de ARMF para el Ponfeblino está la investigación sobre la tracción de locomotoras con gas licuado, proyecto que para pasajeros probó Feve en Asturias a primeros de 2018, pero en este caso convirtiendo una máquina diésel y realizando pruebas destinadas a su comportamiento en el transporte de mercancías.

“No podemos desperdiciar ninguna oportunidad de que vengan empresas”, constata la presidenta del Consorcio, consciente de que, por ahora, los avances en Villablino “son imprescindibles para el resto de la línea” de forma que la capital lacianiega se pueda convertir en la locomotora que tire de los vagones del Ponfeblino.

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