El comité de Aceros Roldán asegura que no hay “motivo legal” para cerrar la empresa sin que haya casos de contagios
El comité de empresa en la factoría de Aceros Roldán de Ponferrada aseguró que “a día de hoy no hay motivo legal ni resquicio legal para cerrar la empresa ya que no hay casos de contagios”. “Esta situación cambia día a día y estamos en contacto empresa y comité para tomar las medidas que en cada momento sean necesarias y llegado el momento tomaremos las medidas tajantes que la ley nos permita”, avanzaron los representantes de los trabajadores, después de que la sección sindical de CGT en la fábrica solicitara la aplicación de un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) tras la declaración del estado de alarma frente a la pandemia causada por el coronavirus Covid-19.
Al respecto, los responsables del comité calificaron de “innecesaria, alarmista y populista” la propuesta de la CGT y subrayaron que la negociación se llevaría a cabo sobre un máximo del 70 por ciento del salario y sin la parte proporcional de las pagas extras y vacaciones. “Otra cuestión sería que lo solicitase la empresa, como en otras ocasiones en las que dentro de la negociación no se perdió ningún derecho”, remarcaron.
En ese sentido, la empresa habría avanzado a los representantes de los trabajadores que no tiene intención de cerrar la empresa, aunque en caso de necesidad ese cierre podría llevarse a cabo en un margen de 36 horas. La misma respuesta habrían obtenido los sindicatos por parte de Acerinox Europa, matriz de la factoría ponferradina, que tampoco aplicará un ERTE mientras no haya casos y que remarcó que los trabajadores tienen que cumplir con los protocolos que dicta el Gobierno.
Medidas de seguridad
Además de esos protocolos, los representantes sindicales y los delegados de prevención y salud informaron de las medidas preventivas acordadas en distintas reuniones con la dirección de la empresa, entre las que destaca la colocación de dispensadores de alcohol hidropónico en las zonas húmedas de la factoría, como fuentes, baños y vestuarios, o de aerosoles desinfectantes en los puestos comunes para desinfectar pantallas táctiles, teclados y teléfonos comunes.
Además, todo el personal recibió en los últimos días guantes de látex o nitrilo y en las oficinas se colocaron cintas en el suelo para garantizar las distancias mínimas de seguridad. Por otro lado, en cada turno de entrada se establecieron tres horarios, separados por media hora, para distribuir a los empleados cuyas taquillas en los vestuarios van seguidas.
Por último, se prohibió que los camioneros bajen de sus vehículos si no disponen de equipos de protección como, guantes, gafas o mascarillas y se dotó a los trabajadores de expediciones y descargas de mascarillas para hablar con ellos. Igulamente, las reuniones entre la dirección y el comité se redujeron a la mínima expresión, con la única presencia desde la parte social del presidente, el secretario y un miembro de cada sindicato con representación en el comité.
