Crueldad contra los conejos que proliferan en León a la espera de un plan del Ayuntamiento
El Ayuntamiento de León está ultimando desde hace semanas un plan de actuación para poner coto a la proliferación de ejemplares de conejo en determinados puntos de las afueras de la capital leonesa, especialmente en La Candamia, en la zona llamada de los pinos, pero también en otros como Oteruelo de la Valdoncina.
Fuentes municipales afirman que los detalles de ese plan están siendo pulidos desde la Concejalía de Urbanismo y Medio Ambiente, conscientes del excesivo número de ejemplares de conejo común que se detectan a lo largo de este verano en esas zonas más propicias para su reproducción, la cual se realiza un ritmo vertiginoso debido a su corto período de gestación y es habitual que se mantenga a lo largo de todo el año, no sólo en determinadas épocas.
Detalle de uno de los conejos colgados con saña a la intemperie en La Candamia.
Esa gestación multiplica de manera exponencial el número de gazapos -las crías-. Cabe recordar que el conejo común, o conejo europeo, está catalogado oficialmente dentro de la lista 100 de las especies exóticas invasoras más dañinas del mundo para la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, como se puede comprobar en esta base de datos oficial. Dañinas por su efecto sobre otras especies autóctonas, principalmente.
Las mejores condiciones para su proliferación descontrolada
Las condiciones orográficas de algunas amplias zonas del extrarradio leonés, no excesivamente transitadas, las alimenticias y también las condiciones climáticas han permitido esa proliferación que el Consistorio leonés ha detectado desde hace meses. De momento, el Ayuntamiento no ha dado detalle concreto alguno sobre cómo se afrontará este problema, sólo que “el control de conejos comenzará este mes” de septiembre y “se está cerrando” la planificación específica.
Mientras, en las zonas afectadas es fácil observar de primera mano la abundante presencia de los conejos, especialmente a primera y última hora de la mañana, apareciendo por caminos con considerable tranquilidad e inmutándose apenas ante la presencia humana. En las laderas son apreciables también sus profundas madrigueras, que han aumentado su número de manera no menos considerable.
El problema es que en las últimas semanas, algunos desaprensivos, en apariencia sin más motivación que la mera crueldad, ha dado caza a ejemplares de conejo común y se ha dedicado a dejar sus cadáveres colgados a la intemperie sobre las ramas de algunos árboles bajo y arbustos, de manera muy visible y ostentosa. No parece que se trate de una llamada de atención ni mucho menos un reclamo.
Los cuerpos de los animales se pudren bajo el sol, como el que ilustra este información, y cualquiera que pasee por zonas como La Candamia puede apreciar su presencia a poco que se fije.
