La pandemia evita que Renfe fulmine en León el tren de turismo de lujo Transcantábrico tras 37 años

Transcantábrico Gran Lujo en el transcurso de un viaje entre la estación de San Feliz y Matallana de Torío, en la provincia de León. / Carlos S. Campillo / ICAL

Carlos J. Domínguez

En julio del año 1983 el ferrocarril de vía estrecha Feve renació de sus cenizas. Lo hizo en León, con un viaje inaugural que partió de La Robla, llegó a Cistierna, en la montaña leonesa, y que revitalizó de manera definitiva una línea ferroviaria centenaria que flaqueaba en aquellos años, aprovechando el tirón de su vertiente turística en un proyecto de gran lujo.

Se llamó Transcantábrico, nombre tomado de una publicación del escritor leonés Juan Pedro Aparicio, y a lo largo de sus casi 37 años de vida incluyó a la provincia en el recorrido de creciente éxito de turistas de alto nivel económico, sobre todo extranjeros, a bordo de antiguos vagones restaurados donnde pernoctan, comen y realizan todo tipo de actividades mientras les trasladan por los principales hitos culturales y turísticos del norte de España.

Sin embargo, esos casi 37 años de existencia, la compañía Renfe, heredera de la antigua Feve, había decidido en marzo de este año y por sorpresa fulminar a León de todo protagonismo en el Transcantábrico haciendo que este convoy dejara de realizar viaje a la provincia y escala tanto en León capital como en Cistierna, localidades donde hasta el pasado año 2019 recalaba y traía a los acomodados viajeros. Apenas unos escasos años décadas atrás se había atrevido el Estado a retirar estos viajes con protagonismo leonés.

Sólo la anulación total de todos los trenes turísticos de Renfe, decidida tras el estado de alarma decretado el 14 de marzo por la Covid-19 y su total restricción de movimientos y actividad turística, evitó este año que León resultara gravemente perjudicado de esta decisión.

Adiós al 'Gran Lujo'... y al convoy de siempre

Según estuvo accesible en la web informativa y de adquisición de billetes hasta marzo, de las diferentes modalidades que oferta Renfe, el Trancantábrico Gran Lujo ya se ceñía sólo a un tránsito entre Santiago de Compostela y San Sebastián con un precio para ocho días y siete noches de 8.000 euros. Son 14 trayectos entre los meses de abril a octubre.

Pero este año, Renfe anunciaba la novedad de prescindir de El Transcantábrico normal, que todavía funcionó el pasado año con normalidad desde y hasta León. La decisión fue convertirlo en un nuevo producto que denominó Costa Verde Express, el cual tenía un coste de 3.700 euros por persona para seis días y cinco noches.

Este nuevo convoy ya sólo circularía entre Gijón y Oviedo, en Asturias, y Bilbao en el País Vasco. En este caso, sumaría diez trayectos diferentes que ya no pisarían León, desde el 17 de mayo hasta el 18 de octubre, como recogía entonces la web oficial de los trenes turísticos de lujo de Renfe. Hoy esa web indica que la totalidad de los viajes quedan cancelados por la pandemia.

Sólo cuatro viajes y por “paisajes castellanos”

De este modo, la compañía sólo dejaba en León un último producto, el más modesto de todos, que ya existía y se denominaba El Expreso de La Robla, entre Bilbao y León. En él, apenas anunciaba una visita a la propia capital de la provincia, visita a la Cueva de Valporquero y noche en Cistierna. El coste sumaría un maximo de 1.200 euros por tres días y dos noches, y únicamente en cuatro ocasiones entre julio, septiembre y octubre.

“Paisajes castellanos” hacia La Robla

Por cierto que para publicitar este único trayecto leonés, que también atraviesa la Montaña Palentina y la de Burgos, hasta llegar al País Vasco, el folleto de Renfe para El Expreso de La Robla detallaba este año que los viajeros podrían disfrutar de “los hermosos paisajes castellanos a lo largo del Camino de Santiago”.

Las cifras de la pérdida que pudo ser

Las pérdidas que para León hubiera podido suponer la decisión de Renfe de haberse materializado tienen algunas cifras, aparte lo que no se puede cuantificar del hecho de que León ya no recibiera prácticamente promoción alguna como ciudad o como provincia ante los turistas de alto standing, generalmente extranjeros.

En las estadísticas del año 2016, el Transcantábrico clásico que recalaba en León fue el más usado, con 945 viajeros, un 85% de ocupación y un incremento respecto al año pasado de prácticamente el 12%.

Era, con mucho, el más utilizado, ya que el Transcantábrico Gran Lujo sumó 704 pasajeros. El Expreso de La Robla, el único que Renfe mantiene ahora, apenas sumaba los 322 usuarios.

El perfil medio de los clientes de los trenes turísticos de lujo de Renfe es una persona de entre 56 y 70 años, con un 53% mujeres, y el 18% de las personas viajan solas. Por supuesto, se trata de clientes de alto nivel cultural y económico que, habitualmente, han viajado en otros trenes de lujo.

Lo habitual es que sumen hasta 40 nacionalidades distintas y por este orden hay aproximadamente un 36% de viajeros españoles, 11% de alemanes, 8% norteamericanos y hasta casi un 5% australianos. Suizos y Chinos eran mercados crecientes en los últimos años. No en vano, aparte del alto poder adquisitivo, hay algo que les une: su gusto por el turismo cultural y gastronómico. Un tipo de turismo que León ofrece pero que ya apenas podrá mostrar al eliminarse el grueso de los viajes.

¿Y el Al Andalus que paraba en León y Astorga?

Para completar el recorte, estaba este año aún por ver si la provincia de León también 'se caía' del itinerario de otro de sus trenes turísticos de lujo, el llamado Al Andalus, que desde 2016 y hasta incluso el pasado año 2019 -aunque en modo charter- hizo alguno de sus viajes hacia Santiago de Compostela aprovechando para hacer escala en León capital y en Astorga.

Sin embargo, al menos según la web de este otro servicio ferroviario antes de la pandemia, esta temporada 2020 iba a tener una duración de siete días y seis noches al precio máximo de casi 7.000 euros, y exclusivamente ya en un trayecto que unirá Sevilla, Jerez, Ronda, Granada, Linares y Córdoba. Punto.

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