El hostal de San Marcos de León desvela su antes y después de la reforma de Paradores

La vieja cafetería (abajo, en una foto muy antigua de su apertura) ya no se situará en el mismo espacio tras la fachada principal.

Todo lo referente al proyecto de reforma integral del hostal de San Marcos de León por parte de Paradores Nacionales está causando una enorme expectación en una ciudad que siente como parte de sí misma una de las mayores joyas patrimoniales de León y el que siempre ha sido además el mayor orgullo turístico con forma de alojamiento de lujo.

Pero el concepto del “lujo” que motivó que fuera catalogado como Cinco Estrellas Gran Lujo desde su apertura por el régimen del dictador Franco en 1963 la conversión en Parador Nacional de lo que antes había usado como terrible campo de concentración para la represión fascista es un concepto que ha cambiado mucho con los años.

Este 3 de diciembre de 2020, tres años después de cerrarse a cal y canto y ejecutarse, no sin polémicas, tan sólo la primera fase de su reforma integral, San Marcos volverá a mostrar lo que la red estatal de Paradores considera un gran aspecto como el buque insignia del turismo leonés que siempre fue.

Eso no quita para que, ahora que poco a poco se desvelan detalles interiores de la reforma llevada a cabo por la arquitecta Mina Bringas, vaya voces para todos los gustos: las de quienes defienden una evidente modernización de sus espacios y las de las personas que ya añoran con nostalgia e incluso tristeza el fin de su sabor clásico que siempre caracterizó a San Marcos de León.

En este reportaje hemos tratado de poner en comparación, aprovechando las fotografías que trascienden de su interior poco antes de la reapertura, idénticos espacios, como el juego del 'antes y el después' o lugares comunes de San Marcos, que evidencian de un vistazo el revolucionario cambio de estilo que se materializa en esta primera fase y que también debería tener continuidad en la esperada segunda fase, de la que el Gobierno no da noticia alguna sobre su presupuesto y fechas de ejecución.

Ahora se va conociendo que ni la recepción estará donde antes se situaba, antes de llegar a la imponente escalera que daba acceso a la parte superior del claustro, ni tampoco la cafetería aprovechará el mismo espacio situado a la izquierda nada más entrar por la puerta principal de la Plaza de San Marcos.

Otra novedad que Paradores Nacionales ha destacado es la reutilización, para concederle mucha más trascendencia, al enorme mural obra de Lucio Muñoz, de 1.250 por 1.250 centímetros en madera tallada con pintura al óleo y temple, que data del año 1965 y que hasta la reforma se situaba sobre el techo del Salón de los Reyes Católicos de San Marcos, que tenía vistas al patio de atrás del clásico inmueble.

Ahora presidirá con mucha más altura la nueva cafetería, ubicada en el nuevo atrio, un antiguo claustro que permanecía oculto en la anterior reforma del siglo XX, y que ahora permitirá en ese gran volumen dejar la cafetería visible desde todos los pasillos de las plantas superiores.

El comedor del restaurante, por su parte, sí permanece en idéntico espacio que estaba, con vistas a la terraza lateral que se sitúa sobre los márgenes del río Bernesga. Lo cual no quiere decir que tampoco tenga el mismo sabor decorativo, como todo, mucho más minimalista ahora, aunque posiblemente sea el comedor el que menos salte a la vista en cuanto a cambios radicales.

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