León podría perder otros 52.000 habitantes en los próximos 15 años por el envejecimiento galopante

Ilustración Despoblación

Carlos J. Domínguez

León será campeón nacional como desierto demográfico. Las últimas estadísticas oficiales de proyección de población no dejan lugar a dudas del negro escenario poblacional que le espera a la provincia leonesa a corto y medio plazo, las cuales se resumen en un dato demoledor: en apenas 15 años, León perderá prácticamente otras 52.000 personas a causa, esencialmente, de un envejecimiento galopante y desbocado. Una caída que en porcentaje será superior al 11%, cuando en su totalidad Castilla y León lo hará en un 8,6%.

El envejecimiento galopante es la tónica que para León extraen todos los datos que recoge la proyección de población 2018-2033 que ha publicado este miércoles el Instituto Nacional de Estadística (INE). Una serie de informes muy complejos y profusos en cifras, pero una misma conclusión en casi todos ellos: que la situación es lamentable a más no poder. Se pueden resumir en apenas cinco puntos. Éstos:

  • Los números, con y sin contexto.

En términos estrictamente numéricos, la provincia que menos vecinos tendrá en el transcurso de 15 años será con diferencia Asturias, que se dejará en el proceso la friolera de 87.118 habitantes; Jaén ocupará el segundo lugar, con 62.847 vecinos menos; y León ya asoma a la tercera peor posición con los 52.000 paisanos y paisanas de pérdida arriba mencionados.

Pero es que contextualizando los mismos datos, comparando la población proyectada para este mismo año respecto a la de 2033, sólo Zamora perderá más que León, que será la segunda en España con más sangría poblacional.

  • El ritmo de la caída.

La proyección de población del INE certifica que la provincia apenas alcanzará los 414.000 leoneses y leonesas en el año 2033, cuando al finalizar el presente año una estimación muy fiable ya cuantifica esa población en 466.000 personas.

En esa proyección, el año en el que la suma de los municipios de la provincia descenderá de la frontera psicológica de los 450.000 vecinos será 2023, apenas dentro de un lustro.

  • Cuando nacer en León sea casi un milagro.

La tasa de natalidad, una de las dos patas de la despoblación y el envejecimiento, no dará tregua en su descenso en la provincia leonesa. Según el estudio estadístico oficial, dentro de 15 años esa tasa será de 4,80 niños y niñas nacidos por cada 1.000 habitantes. No hay que buscar mucho para comprobar que será la más baja del país.

  • Morirse más, un mal del noroeste.

La otra pata de la despoblación es el ritmo en el que está previsto que vaya falleciendo la población. Y a la población leonesa le espera nuevamente el cuarto peor dato de España: la tasa de mortalidad ascenderá hasta las 13 personas por cada mil habitantes. Por este orden, serán la provincia de Zamora y las gallegas de Orense y Lugo las que se sitúen a la cabeza este tétrico ranking, y detrás por poco León. No hace falta pensar mucho para observar que el noroeste peninsular es el que peores perspectivas presenta.

  • La edad media (sin mayúsculas).

Otro criterio que evidencia el nefasto panorama previsto oficialmente es el de la edad media de la población. Y también en cuando a esa edad media de los habitantes de los 211 municipios de la provincia leonesa la previsión oficial para los próximos quince años es muy mala. A día de hoy, esa edad es de 48,9 años, poco más de un punto por debajo de los 50 años como media. Nuevamente Zamora, Orense y Lugo ganan a León por la mano. Pero en el año 2.033, esa edad de los leoneses y las leonesas se incrementará tremendamente, hasta los 52,52 años de media. Y para entonces estaremos peor también que Zamora y Lugo, y sólo Orense tendrá un dato de peor expectativa.

Saldo migratorio positivo.

Sólo es positivo un dato de todos los posibles, el del saldo migratorio, es decir, la comparativa de los que se irán de la provincia leonesa respecto a los que se prevé que acudan a ella. El INE estima que cuando llegue el año 2.033, a León hayan llegado 1.972 nuevos habitantes procedentes de otros países, mientras que calcula que 1.120 leoneses se irán por contra al extranjero a buscarse un futuro mejor. La diferencia es de 852 personas que pasarán a nutrir, en positivo, los padrones leoneses. En cambio, calculan que serán 4.711 las personas de otras provincias españolas que pasarán a vivir en León, frente a 5.052 leoneses que emigrarán a otros puntos de España. Aquí se perderán casi 600 leoneses.

Cabe, sin embargo, contextualizar mucho estos datos: primero, porque estimar extranjeros o nacionales que vendrán a León, como los que de León se irán, a tantos años vista es casi un ejercicio de adivinación; y segundo porque aunque se cumpliera, no hay que olvidar que son décadas las que León lleva sufriendo la diáspora migratoria y que cayendo tanto como se prevé la población también es normal que se estime que ya no habrá tanto leonés o tanta leonesa en edad de comenzar la aventura de irse.

Los seis puntos anteriores vienen a explicar el futuro inmediato que le espera a León en cuanto a población. Pero hay uno más para completar la radiografía:

  • Datos en sus justos términos.

Para finalizar, nunca hay que perder de vista el hecho de que a pesar de ser un informe oficial y de un organismo en principio fiable como el INE, los datos de la proyección poblacional a tantos años no dejan de ser predicciones, con una fiabilidad hasta cierto punto científica pero siempre relativa. De hecho, un reciente informe de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) en su análisis poblacional hasta el año 2050, aunque sin datos provinciales, mantiene una gran discrepancia con los del INE, ya que difieren en varios millones de habitantes respecto a aquel.

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