El CSIC crea un laboratorio de robótica para que los niños con enfermedades neuromotoras puedan caminar

Álvaro puede andar gracias al exoesqueleto robótico diseñado por el CSIC. Foto: Yaiza González.

Jesús María López de Uribe / Agencia Dicyt

En octubre de 2018 el pequeño Álvaro se hizo famoso como el 'superhéroe' que había podido caminar, pese a que todo indicaba que no. Y todo por el exoesqueleto pediátrico que la científica Elena García Armada había creado para darle autonomía motora y que entonces salía en todos los medios de comunicación para solicitar financiación que pudiera continuar el proyecto y servir para otras muchas personas que estaban en similar situación.

En aquellos momentos en la televisión se podía ver la enorme sonrisa de un niño con ganas de vivir la vida que cualquier otro de su edad. Hasta entonces no había podido caminar. Poco después de cumplir un año le diagnosticaron atrofia medular espinal (AME) y los médicos creyeron que no podría llegar a hacerlo.

Sin embargo, aquel proyecto pionero en el mundo desarrollado en España impactó a toda la Sociedad, posiblemente gracias a que Álvaro enamoraba con su esperanzada nueva forma de ver la vida y sus emocionantes declaraciones ante las cámaras. Pero no estaba solo. Era uno de los tres niños que pudieron andar en sus casas con la ayuda de ese exoesqueleto infantil. De aquellas decían sus madres que habían llegado hasta a bailar de la alegría.

Pues bien, afortunadamente tanto trabajo tan bien dirigido derivó en que la científica García Armada contribuyera a crear una empresa llamada Marsi Bionics (merece la pena entrar en su web y ver los vídeos de los niños explicando cómo ha cambiado su vida), y en que el Centro Superior de Investigaciones Científicas donde trabaja haya creado un laboratorio de robótica para dotar a los enfermos neuromotores de cierta autonomía para desplazarse. Ya no sólo para los más pequeños, sino para todo tipo de personas.

Según la información facilitada por la Agencia Dicyt, la presidenta del CSIC, Rosa Menéndez, inauguró ayer martes 7 de mayo este centro con intención de convertirse en centro de referencia europeo en nuevas terapias basadas en la asistencia por robots. Allí estaban Álvaro y sus amigos, robándoles el protagonismo a los políticos y a los científicos, y ellos tan contentos.

El acto de presentación de estas nuevas instalaciones, situadas en el Centro de Automática y Robótica (un centro mixto del CSIC y la Universidad Politécnica de Madrid), contó con la asistencia del consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, y del presidente de Fundación SEUR, Ramón Mayo.

Marsi Care, el proyecto

La plataforma para la investigación y la terapia asistida por robots de las enfermedades neurológicas Marsi Care, impulsada por el CSIC y su empresa de base tecnológica Marsi Bionics, servirá “como centro de operaciones” a científicos, pediatras, psicólogos, fisioterapeutas e ingenieros informáticos, aprovechando el conocimiento que este equipo de investigadores del Centro de Automática y Robótica tiene en exoesqueletos de marcha. Además una tecnología patentada internacionalmente y que ofrecerá no sólo beneficios a los pacientes, sino a todos los españoles.

“Marsi Care es una plataforma de terapia y diagnóstico única en el mundo para niños y adultos con enfermedades neurológicas a los que se les ofrece la última tecnología en exoesqueletos de marcha. La iniciativa combina las ciencias clínicas y de ingeniería y da prioridad a la transferencia al mercado de los resultados de la investigación”, declaró la investigadora del CSIC y coordinadora del proyecto, Elena García Armada.

El laboratorio cuenta con un sistema de cámaras de captura de movimiento por infrarrojos, una serie de plataformas con sensores de fuerza y electromiográficos de detección de la actividad muscular que permite analizar y evaluar el progreso de una terapia rehabilitadora de la marcha en los pacientes. La información recogida por esta tecnología ayuda a optimizar el programa de terapia de forma personalizada, según informa Dicyt.

Para García Armada, este nuevo laboratorio es la culminación de años de trabajo en el desarrollo y mejora de estas tecnologías, que ya han dejado de ser prototipos. “Lo importante es que estos resultados vuelvan de nuevo al mundo de la investigación y que lo hagan además en un espacio exclusivo y multidisciplinar como este”, ha agregado la investigadora del CSIC.

Exoesqueletos únicos en el mundo que 'crecen' con el niño

En 2013, el equipo de investigación de García Armada demostró por primera vez en un paciente con tetraplejia el uso de la tecnología de exoesqueletos de marcha pediátricos que se había desarrollado en el marco de los proyectos de investigación. La tecnología fue protegida por el CSIC mediante patentes y se fundó la empresa de base tecnológica Marsi Bionics como vehículo para transferir a la sociedad estos resultados.

En los últimos cinco años, se ha llevado a cabo un proceso de transferencia de la tecnología, dedicado principalmente a la industrialización y certificación de los exoesqueletos. En la actualidad, los exoesqueletos, además de estar a un paso de alcanzar el mercado, son una valiosa herramienta de investigación multidisciplinar.

El exoesqueleto para el tratamiento de dolencias infantiles, de 14 kilos de peso y fabricado con aluminio, está diseñado para ayudar al paciente a caminar, en algunos casos por primera vez. Tiene un tamaño ajustable que permite que el exoesqueleto 'crezca' con el niño en las tres dimensiones espaciales.

Se ha empleado ya en hospitales como terapia de entrenamiento muscular para evitar los efectos colaterales asociados a la pérdida de movilidad propia de enfermedades como la atrofia muscular espinal o las lesiones de la médula espinal. La tecnología ha sido industrializada como producto sanitario. A partir del prototipo de investigación, se llevó a cabo un proceso de rediseño y desarrollo y en este momento es un producto comercial que cumple los requisitos de dispositivos médicos.

También para adultos

El equipo de Marsi Bionics también ha desarrollado un exoesqueleto de una sola articulación activa dirigido a adultos. La asistencia a la marcha se centra en la rodilla, ya que es la principal inestabilidad de la marcha causada por los accidentes cerebrovasculares y otras afecciones neurológicas graves como la esclerosis múltiple o el síndrome de post-polio.

Este exoesqueleto, que ya cumple con la normativa de producto sanitario, aporta asistencia a la marcha de estos pacientes mediante la estabilización de la rodilla y el suministro de potencia en la realización de las actividades de la vida cotidiana, como subir escaleras. Tiene, por tanto, un uso dual, primero como herramienta para la rehabilitación del ictus, al permitir la realización de movimientos repetitivos involucrados en la marcha humana, reduciendo el esfuerzo físico del fisioterapeuta y permitiendo comenzar con estos ejercicios a los pocos días del accidente, lo que permite adelantar y, por tanto, mejorar la efectividad del proceso de rehabilitación. Al mismo tiempo, es un instrumento de diagnóstico y evaluación de la terapia al aportar información capturada de la instrumentación que incorpora.

El CSIC continúa buscando financiación para avanzar con la investigación y desarrollo

Durante el acto, el presidente de Fundación SEUR ha hecho entrega de un cheque a la familia de Álvaro, un niño con atrofia muscular espinal cuyo tratamiento se beneficiará de uno de los exoesqueletos desarrollados por Marsi Bionics. La aportación servirá para cubrir el tratamiento de Álvaro con el exoesqueleto hasta diciembre de 2019.

“Álvaro lo utilizó en el marco de un proyecto de investigación clínica en su domicilio durante dos meses, inmerso en actividades lúdicas que aportaban al mismo tiempo una componente fisioterapéutica. El hecho de verse capaz de realizar actividades como encestar una pelota o chutar un balón generaron un aumento de su autoestima y una enorme motivación para realizar actividad física con el exoesqueleto. Esto, a su vez, tuvo un impacto en su estado físico, que mejoró”, ha detallado García Armada. Las variables que se midieron durante las pruebas mostraron indicios de que el exoesqueleto reduce las complicaciones musculo-esqueléticas causadas por la falta de capacidad de andar.

“La primera contribución de muchas”

“Espero que esta contribución sea la primera de muchas. La idea es atraer a las empresas para que se impliquen en un proyecto de gran impacto científico, tecnológico y social. Se puede contribuir apadrinando el tratamiento de un niño o sufragando los costes del equipamiento científico en el marco de un proyecto de investigación. Además, la trazabilidad de sus aportaciones estará garantizada mediante Blockchain”, ha recalcado la investigadora del CSIC a Dicyt.

Marsi Care cuenta actualmente con la colaboración de los hospitales La Paz (Madrid), Sant Joan de Déu (Barcelona) y Raymond Poincaré (París). Para su puesta en marcha han contribuido también RDT Ingenieros y la empresa Carlos Roncero.

En este vídeo de aquí abajo de La Sexta noche se puede ver a Álvaro hace poco más de año y medio explicar qué supuso para él el exoesqueleto (cuidado, emociona) y por qué era tan importante conseguir financiación para que este proyecto siguiera adelante. Ayer dieron el segundo paso. Con Álvaro encandilando a todos en la inauguración de este laboratorio pionero y fundamental para el futuro de muchas personas con atrofia muscular y enfermedades neuromotoras.

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