Hostelería y comercio hacen cuentas un mes después de un adelanto del toque de queda que contrae el consumo

Persiana de un local de Ponferrada cerrado durante el estado de alarma. / César Sánchez / ICAL

César Fernández

A la espera de que el Tribunal Supremo se pronuncie sobre el adelanto del toque de queda en Castilla y León, el comercio y la hostelería leonesas hacen cuentas este martes en que se cumple un mes de esta vuelta de tuerca a las restricciones de movilidad para atajar la pandemia. La medida seguramente tenga mayor impacto en una economía que pivota más que otras sobre el sector servicios ante la caída del peso industrial. Y deja ventas a medio gas en pleno período de rebajas en las tiendas y apenas un 20% de bares abiertos, incluso en ocasiones en función de las circunstancias, del tiempo y de su ubicación.

El adelanto del toque de queda toca la línea de flotación de la hostelería a una hora punta de consumo justo a la salida del trabajo. “Y así la facturación se ve muy afectada”, dice la gerente de la Asociación de Hostelería de León, Paula Álvarez, que distingue dos ritmos. Los locales ubicados en zonas urbanas céntricas en el entorno de despachos y oficinas pueden aprovechar las mañanas de diario (“la gente sigue saliendo a tomar café y algún bar ha podido incluso facturar más al tener menos competencia abierta”, ilustra). La situación se invierte los fines de semana, cuando son los ubicados en zonas turísticas los que pueden acaparar una menguada cuota de mercado.

La propia situación provoca que unos abran solamente de lunes a viernes y otros de viernes a domingo. El colectivo cifra en cualquier caso en un 20% los establecimientos que han decidido desplegar las terrazas con el consumo prohibido en interiores. Y aquí también se produce una dualidad: de las dificultades de locales asentados en plena Montaña Leonesa con severas temperaturas invernales a las 'facilidades' de otros que han visto ampliado su espacio al ocupar incluso plazas de aparcamiento en entornos urbanos como las calles aledañas a El Corte Inglés en la capital de la provincia.

El adelanto del toque de queda toca la línea de flotación de la hostelería a una hora punta de consumo justo a la salida del trabajo. Los locales ubicados en zonas urbanas céntricas en el entorno de despachos y oficinas pueden aprovechar las mañanas de diario, mientras que los situados en zonas turísticas aprovechan los fines de semana

Sea como sea, la convivencia con una crisis sanitaria que restringe la actividad está resultando muy compleja para el sector hostelero. “Los que se mantienen abiertos están trabajando a pérdidas o a pre”, dice Álvarez, que avala las condiciones de espacios “más ordenados” como el de la restauración. “No entendemos el afán por cortar las cenas”, señala Álvarez, que cuestiona la alternativa de servir comida para llevar por falta de hábito en una sociedad que tampoco cenará antes si se mantienen los actuales horarios laborales. “Desde el principio hemos intuido que la pretensión es europeizar el horario, pero eso es complicado con nuestros horarios”, advierte.

La “cabeza de turco” tras la relajación de las restricciones en Navidad

Tras sentirse como “cabeza de turco” de las consecuencias de la relajación de las restricciones en Navidad, el sector está atento a la resolución del Supremo sobre el adelanto del toque de queda en varios frentes: la Asociación de Hostelería de León se sumó junto a las del ocho provincias restantes a una demanda de solicitud de medidas cautelarísimas, al tiempo que estudia otros recursos, incluso una demanda colectiva ante el Contencioso-Administrativo, al advertir que “el lucro cesante es enorme”. “Ha habido una inquina contra la hostelería. Tampoco ha habido compensación. Y esto se está produciendo en un contexto en el que la provincia de León está decayendo a pasos agigantados”, alerta.

El sector servicios es el que más perjudicado está. Y el Estado tendría que tomar medidas para el sector en toda España. Si no, va a desaparecer la mitad del comercio porque la situación es insoportable, dice el presidente de la Asociación de Comercio Urbano Templarium de Ponferrada, Felipe Álvarez

La Asociación de Comercio Urbano Templarium de Ponferrada ve “negativa” la medida unilateral adoptada por la Junta de Castilla y León. Y es que, pese a no variar sustancialmente el horario comercial, sí nota el perjuicio de la restricción a la movilidad o al consumo en la hostelería. “Si la gente no sale a tomar algo, tampoco viene a las tiendas. Y al final no sale de casa”, expone el presidente del colectivo, Felipe Álvarez. “El sector servicios es el que más perjudicado está. Y el Estado tendría que tomar medidas para el sector en toda España. Si no, va a desaparecer la mitad del comercio porque la situación es insoportable”, añade.

Álvarez afirma que el comercio, la hostelería y la restauración han adoptado “medidas de prevención” para ser espacios seguros frente a la propagación del virus, por lo que se queja de que Castilla y León eligiera ya desde el otoño la franja más amplia del toque de queda, a partir de las 22.00 horas. Y lo compara con comunidades que han tomado medidas más laxas como Madrid, donde la hostelería y la restauración han gozado de un mayor margen de maniobra para dar cenas. “Y podemos ver que la comarca del Bierzo estaba en proporción mucho peor en contagios en enero que Madrid”, concluye sin dejar de censurar medidas como las “excepcionalísimas” que sufrió (con adelanto del cierre a las 18.00 horas) hace unos días Bembibre: “Pero a partir de esa hora desde allí se podía venir a Ponferrada”.

Los establecimientos comerciales copan la mayoría de asociados de Templarium, que también cuenta con alrededor de una quincena de bares, que se mantienen abiertos incluso en el actual escenario para tratar de sobrevivir al temporal. “Intentan vivir de los cafés”, resume Felipe Álvarez, que urge “ayudas directas” para sostener el sector servicios, de importancia capital ante la caída del peso industrial. Para más inri, el adelanto del toque de queda llegó en pleno período de rebajas. “Y si la gente solamente sale a dar paseos, les vale con comprar un chándal y unas zapatillas”, dice para sugerir que las tiendas de artículos deportivos han podido notar menos el descenso de ventas.

Por las mañanas hay una cierta normalidad, pero por las tardes la gente no sale a la calle, señala el presidente de Aleco, Javier Ménendez, para quien, en esta tesitura se ha activado una conciencia social hacia un consumo responsable y de kilómetro cero

Con una postura más matizada analiza la situación el presidente de Aleco (Asociación Leonesa de Comercio), Javier Menéndez, para quien el efecto económico se nota no tanto por el adelanto del toque de queda como por el propio marco general del estado de alarma, que deja prácticamente “inhábil” el horario de tarde. “Por las mañanas hay una cierta normalidad, pero por las tardes la gente no sale a la calle”, advierte. El parón se nota de forma “brutal” en estas semanas que deberían ser de ebullición en pleno período de rebajas.

Aleco advirtió al comienzo de esta campaña de que la “desorientación” en la que el continuo vaivén de anuncios y medidas se encuentran sumidos los ciudadanos resulta una “invitación” al consumo online. “Pero creo se ha activado una conciencia social hacia un consumo responsable y de kilómetro cero. Y vemos que la gente responde si ve que su vecino necesita ayuda”, opone Menéndez sin tampoco dejar de arropar al comercio online con ADN leonés en un contexto en el que el sector servicios debe asumir parte de la respuesta a la crisis económica derivada de la sanitaria ya que en esta provincia “la industria ni está ni se le espera”.

A punto de conocer la resolución del Tribunal Supremo sobre el adelanto del toque de queda, con la ciudadanía saturada de información sobre la pandemia, el presidente de Aleco no se atreve a pronunciarse con certezas sobre el impacto de la medida. “Si ha servido para salvar vidas, será para aplaudirla”, razona sin esconder su deseo de que el comercio y la hostelería puedan recibir “compensaciones” por unas restricciones que han afectado notablemente al consumo y que han dejado ayudas en otras latitudes. “Pero aquí no se ha sabido o no se ha podido ofrecer”, lamenta.

68 propuestas de sanción pendientes de la decisión del Supremo en la provincia

Con la legalidad del adelanto del toque de queda en manos del Tribunal Supremo, hasta 68 propuestas de sanción por incumplimiento de la restricción de movilidad nocturna desde las 20.00 horas se encuentran precisamente a la espera de esa decisión en la provincia de León. Si el TS da la razón al Gobierno de la nación frente al autonómico, serán declaradas nulas, tal y como sucedió cuando la Junta decidió implantar en octubre un toque de queda sin el amparo del estado de alarma, que se instituyó apenas unas horas después.

Sobre el fondo del asunto, el propio director de Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, desligó a principios de febrero la caída en la incidencia del coronavirus en Castilla y León del adelanto del toque de queda. “Es difícil pensar que esos descensos se deben a una única medida”, dijo Simón sin eludir que en esta cuestión vuelve a emerger el debate soterrado de toda la pandemia que enfrenta salud y economía.

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