María José Montero: “Quiero que mi mensaje pueda ser comprendido por toda la gente”

María José Montero. Foto Manuel Cuenya

Manuel Cuenya

“... algún día/ en el andén vacío de los sueños/ posaré mi equipaje de poeta/ y aguardaré tranquila, /contemplando el ambiente,/ por el último tren de mi destino” (María José Montero Núñez, 'De nuevo en el camino').

Poeta, fundadora del teatro Vagalume y de una revista homónima, dinamizadora cultural, María José Montero es una berciana nacida en Galicia o una gallega de Silleda (Pontevedra) que lleva viviendo desde mediados de los setenta en el Bierzo, en concreto en la bella localidad de Villadepalos, donde ha escrito gran parte de sus libros, si bien reconoce que su tierra natal le inculcó el amor por la poesía de Rosalía de Castro, una de las primeras poetas a las que leyó. Y que sigue arrastrando esa 'eterna morriña' que les embarga a los gallegos (y gallegas). No en vano, publicó también un libro de cuentos en gallego, 'Rabuñando no recordo', dedicado a sus raíces, que según su creadora tiene un punto en común con su obra poética, la cual se evidencia en la temática, en su postura ante la vida, en su compromiso con los tiempos que le han tocado vivir, “ya sea escrita en verso o en prosa”.

En todo caso, María José, aunque se considera 'galaico-berciana', “por aquello de mantener los pies en el suelo y no olvidar las raíces”, no es partidaria de las fronteras y prefiere sentirse 'ciudadana del mundo'.

Es como si existiera una conexión entre el paisaje y yo, como si fuésemos eslabones de una misma cadena.

Ciudadana del mundo, Montero se siente marcada por los paisajes gallegos (la isla de Arosa, por ejemplo) y leoneses, como quedan reflejados en su obra. Villadepalos, Primout, Caldas de Luna, Barrios de Luna, entre otros, son paisajes 'bellísimos' que le han aportado una sensación de paz difícil de describir, “es como si ya los hubieras conocido anteriormente, como si existiera una conexión entre el paisaje y yo, como si fuésemos eslabones de una misma cadena”, matiza esta poeta, autora de un poemario clave en su vida y en su obra, 'De nuevo en el camino', que a su vez da título al primer poema. Un canto al optimismo, aunque se trate de un libro consciente de la brevedad de la vida: “Hoy es un día más en el milagro de la vida,/ sé que los minutos son prestados/ y que el calendario marca/ con ritmo acelerado/el latido incesante de las horas”.

Este libro, que ha sido reeditado recientemente bajo el sello eBooksBierzo, con el que se abre la Colección Burbia de poesía, nace en unos momentos muy críticos de su vida. “Estaba pasando por un gravísimo problema de salud –aclara–, y ese dolor se refleja en los poemas. Pero, aun así, yo intento ser positiva y creo que he conseguido transmitir esperanza”.

En una misma e inequívoca línea de coherencia, María José también ha publicado poemarios como 'Paisaje íntimo' 'Voces que al nacer se mueren' o 'Eterna marejada', que dan respuesta a sus diferentes etapas vitales, sus preocupaciones en cada momento, sus estados de ánimo, porque su poesía es intimista a la vez que clara. “No me complico con florituras que sólo lleguen a unos pocos eruditos. Como pueblo que soy, quiero que mi mensaje pueda ser comprendido por toda la gente y, especialmente por la más sencilla”. Y, en este sentido, María José es una poeta que le habla al pueblo, y sus poemas a menudo denuncian las tropelías que se cometen en forma de injusticias, mentiras, hipocresía...

Su obra poética ha sido premiada en varias ocasiones y figura en algunas antologías tanto nacionales como internacionales, sin embargo, esto no le supone ningún engorde del ego, porque lo importante es poder expresarse, escribir, poetizar, y que le llegue a todo el mundo.

No me complico con florituras que sólo lleguen a unos pocos eruditos. Como pueblo que soy, quiero que mi mensaje pueda ser comprendido por toda la gente y, especialmente por la más sencilla.

Además de su primera maestra poética, Rosalía de Castro, Montero siente devoción por autores como Miguel Hernández, Saramago o el propio Julio Llamazares, a quien le dedica un poema en 'De nuevo en el camino'. “El poemario de Julio Llamazares 'Versos y ortigas' me tocó tanto la fibra que me inspiró ese poema. De todas maneras son muchos los autores que me acompañan en mis horas de lectura y que me aportan la levadura para que mi literatura siga creciendo, poco a poco”.

“O tío avó Manuel naceu con pouca sorte. Xa tiña catro anos e aínda non falaba nin palabra, a xente deu en dicir que era mudo e o mudo lle quedou” ('O Tío Avó Manuel', 'Rabuñando no recordo')

Vagalume

Precursora de los movimientos asociacionistas socio-culturales en el Bierzo, María José Montero llegó a estar en una docena de asociaciones a la vez, como colaboradora en unas y gestora en otras. “En fin, una era joven, tenía energía y hasta era tan positiva que soñaba con mejorar el mundo. Esto último lo sigo creyendo, pero ya no con la misma táctica”.

Por esa misma época fundó el teatro Vagalume y una revista con el mismo nombre, “una bella experiencia”, que contó con buenos colaboradores y se sostuvo gracias a la labor altruista de todos ellos. Respecto al teatro, lo recuerda como una experiencia muy gratificante y exitosa, habida cuenta de que su fundadora era autodidacta, lo que le supuso un esfuerzo enorme y ciertas dosis de atrevimiento. “Creo que nuestro éxito se debía a que representamos siempre comedia y la gente necesita reírse”. Todas las obras en gallego las escribía ella, siempre pensando en cuál era el personaje idóneo para el actor de turno. Toda esta actividad se mantuvo durante diez años con actuaciones en diversos pueblos del Bierzo y aun en la comarca vecina de Valdeorras. “Incluso interactuamos con Luis Tosar en el teatro Bergidum de Ponferrada”.

En la actualidad, María José Montero sigue escribiendo y en estos momentos tiene varios frentes abiertos. Acaba de escribir en gallego un poemario, cuyo título es 'Bolboretas e Raiolas', que versa sobre la infancia. También está escribiendo poemas infantiles, “difíciles, ¡por cierto!”. Reconoce que tiene medio abandonado un libro de relatos, 'Luna vieja y otros relatos' y un montón de cosas pendientes de corregir. “La verdad es que voy trabajando. Pero, tampoco me agobio. Cada cosa tiene su momento”, finaliza.

El poemario de Julio Llamazares 'Versos y ortigas' me tocó tanto la fibra que me inspiró ese poema. De todas maneras son muchos los autores que me acompañan en mis horas de lectura y que me aportan la levadura para que mi literatura siga creciendo, poco a poco.

Entrevista breve a María José Montero

“Mientras escribo siento que la vida fluye entre las palabras”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

Hay varios libros que he leído más de dos veces. 'Los santos inocentes', de Miguel Delibes y 'Memorias dun neno labrego', de Xosé Neira Vilas. Además de leerlos y releerlos con la misma pasión que la primera vez, se los recomiendo a todo el mundo.

Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida).

Uffff! Imprescindibles han sido mis padres. Sin ellos yo no existiría.

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).

Me cuesta hablar de un libro insoportable, hay libros que intenté leer y no lo conseguí, eso no implica que el problema esté en el libro, puede estar en mí. En cuanto al aut@r, ahora no caigo. ¡Hombre!, cualquiera que vaya de sobrado y crea que su ombligo es único, la verdad, no me interesa lo más mínimo.

Un rasgo que defina tu personalidad.

Soy una persona que va de frente. No soporto las puñaladas traperas, me parece de cobardes.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

La sinceridad.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

Políticamente estamos viviendo unos momentos muy críticos, con pérdida de derechos fundamentales y de libertades. Algo que, evidentemente, sabíamos qué iba a suceder. Se ha producido una desconexión entre la clase política y el pueblo, que los primeros se ganaron a pulso. La crisis, el paro y la corrupción vinieron a colmar el vaso. Si a ello le añadimos que los platos rotos los pagamos siempre los de abajo... ¿Para qué quieres más? Y de la sociedad, ¿qué decir? Lleva mucho tiempo adormilada, creyendo que la política es como el fútbol, y tendrá que empezar a despertar. Yo estoy convencida de que estamos asistiendo a un cambio de régimen y que las cabezas peligrosas están en la sombra.

¿Qué es lo que más te divierte en esta vida?

Me hace feliz estar con la familia, conversar con los amig@s, escuchar los razonamientos de los niños, aprender de la experiencia de los mayores... ¿Lo que más me divierte? ¡Con la que está cayendo! Tal vez me quedaría con la perfecta organización de las hormigas, es fascinante y me encanta contemplarlas, cada una va a su tarea, a veces tropiezan, pero jamás se confunden.

¿Por qué escribes?

Para mi escribir es una necesidad vital, una manera de compartir emociones, de regalar sentimientos. Mientras escribo siento que la vida fluye entre las palabras. Que el corazón se me agranda y que el mundo es un poco mejor. Escribo, al igual que respiro, porque me mantiene viva.

¿Crees que las redes sociales, facebook o twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

Tengo Facebook, no tengo Twitter y, de momento, voy a seguir sin él. Las redes sociales son un instrumento más, aunque a mí me dan un poco de respeto. Prefiero el contacto humano aunque, soy consciente de que bien utilizadas resultan beneficiosas. Personalmente no puedo asegurar que me hayan aportado algo interesante en mi faceta literaria.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

Leo bastante, porque nunca es mucho, observo con discreción, escucho lo que me aporta conocimiento y sobre todo, bebo la vida a sorbitos. La realidad inmediata es una de mis mejores fuentes literarias. La realidad suele ser más cruda que la ficción.

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

No, no lo hago asiduamente. Seguramente acabaré cayendo en ello...Más adelante, todavía necesito tiempo para adquirir nuevos conocimientos.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

El poder es como el tejado de un edificio sin cimientos y sin paredes.

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