La memoria de una silenciosa revolución musical que gritó “¡yeah!” en León

Jesús García y Sergio de Cabo, dos 'beattlenianos' orgullosos en el Jardín del Cid de León en el mítico año 1968.

Carlos J. Domínguez

El joven músico Diego Calzón viajaba a tocar un fin de semana en Bilbao y volvía con más dinero del que ganaba su padre en un mes. Los Megatones triunfaron incluso fuera de España y llegaron a tocar, por sorpresa, frente al general Franco en La Coruña. Germán 'Germy' Robles pasó de ser el primer guitarrista eléctrico de León a codearse en calidad acústica con los grandes de las seis cuerdas interpretando 'Cavatina', el tema de John Williams de la película El Cazador. Ricardo Cantalapiedra rompió moldes como cantautor, incluso coincidió en el escenario con el mismísimo Julio Iglesias, al que José Antonio Quintana Corral, quien saltó de un modesto barrio leonés a Miami, hizo de arreglista y director musical durante años, igual que para el Dúo Dinámico, Juan Pardo y tantos otros. Los Cardiacos, por mencionar a uno de los pocos conjuntos leoneses que mantuvieron su éxito alto en las listas y sostenido en el tiempo, son solo la punta de iceberg. Un iceberg musical plagado de pioneros, meritorios cantantes, extraordinarios músicos, 'conjunteros' que revolucionaron en silencio el panorama cultural de la provincia de León al grito de “¡Yeah!” y de los que ya pocos se acuerdan.

Pero ese manto de silencio que ha cubierto durante décadas a decenas y decenas de músicos y grupos leoneses está a punto de ceder. Será gracias a Jesús García 'El Beatle', activo músico entre los años 60 y 80, impulsor desde el minuto uno del exitoso Purple Weekend leonés, hoy empresario del espectáculo. Porque su prodigiosa memoria y la colaboración que ha encontrado entre amigos y aficionados a través de su perfil de Facebook ha conseguido hacer realidad una especie de museo vivo de la música leonesa en el siglo XX.

Jesús García 'El Beatle' con la hermana de su admirado John Lennon en una imagen reciente.

Con la ingente colección creada durante años de carnets, carteles, pósters, tarjetas, discos, ropa, publicidad, publicaciones, notas y recortes de periódicos y revistas y, sobre todo, fotografías de las doradas y desconocidas décadas de los años 50, 60, 70 y 80, El Beatle está ultimando una exposición que deberá estar lista para la próxima edición del Purple bajo el título '¡León said yeah!' y que después pretende mover por otros escenarios. Y eso, como aperitivo de lo que espera que sea su futuro libro, mucho más extenso, casi enciclopédico, sobre el arte de la música en León en un tiempo tan difícil como apasionante.

De pagarse el piso en 4 años a tener que pagar por tocar

En la exposición, en el libro y en su Facebook “abierto a todo el mundo con la misma generosidad con la que muchas personas me han ayudado” se aprecia que la provincia de León tuvo ritmo, que el mítico año 68 no fue solo en París o Madrid, que había quien consiguió hacer de los bolos musicales una profesión y un modo de vida. “Hubo gente que se pagó su piso en cuatro años a base de actuaciones en salas de fiesta y fiestas populares, entonces había dinero, muchas salas programaban cada fin de semana conjunto y orquesta... Tú ahora le cuentas eso a los jóvenes que empiezan y, claro, flipan, en una época en la que poco menos que tienen que pagar para cantar o tocar”, explica Jesús García.

Y no es por su gusto personal por The Beatles -y el orgullo con el que posa con la hermana de Lennon- por lo que cuenta que aquellos hoy míticos 'conjunteros' tenían en el grupo británico “un manual completo, eran nuestra referencia”. “No hablamos tanto de rock, en aquel entonces la práctica totalidad de los grupos nos mirábamos en el espejo de la música italiana y las letras inglesas, sobre todo baladas, pero ojo, teníamos un toque muy moderno... Y muy importante, casi más que la música en sí, las voces; había una música armónica, todos éramos inmaculados en eso, casi al contrario que hoy en día. Con este panorama, los Beatles eran lo más”.

El peligro de acabar en el pilón

Aunque había excepciones. El conjunto 'Sonido experimental', liderado por Ringo (Manuel Pablos, recientemente fallecido) no sólo se adelantó casi dos décadas a su tiempo sino que lo hizo en verbenas de algunos pueblos de León. Sus shows tocando de rodillas y tumbado, sus aspavientos mientras avanzaba el sonido psicodélico, no eran precisamente valorados en depende qué auditorio rural. Y claro, a veces recibieron algo más que tomatazos y carreras para abandonar el pueblo en cuestión, antes de ser arrojados al pilón.

Del Club Radio al Dancing Club en Bembibre

Eran otros tiempos. Pero no eran peores, defiende El Beatle. Había multitud de salas en las que actuar, los grupos podían hacer circuito estable gracias a ello, aparte de las fiestas o las actuaciones en actos sociales, incluso en bodas, por qué no. Pero era “un lujo” disponer de escenarios como el Club Radio en León -entre las plazas de La Pícara y las Cortes- porque siempre contrataban orquesta y conjunto musical moderno. O el Students en República Argentina. O la Sala Riosol, enorme. Pero también en el rincón más insospechado de la provincia, como el Dancing Club de Bembibre; La Pista de Sahagún; La Noria o Las Vegas, en La Bañeza; Las Pérgolas en Valencia de Don Juan; la sala Nevada en Villablino; o la Azul en Toreno, por ejemplo. Y las salas impusaban a los jóvenes inquietos, porque “para un pueblo era muy importante tener un conjunto propio”.

Jesús García reconoce que ha disfrutado realizando, documento a documento, una foto fija “imprescindible” para demostrar que León es y sobre todo fue un lugar musical. Inmerso en la exposición, no lo está menos en la elaboración de su viejo proyecto de un libro que aspira a convertirse en una enciclopedia musical del siglo XX en León, colofón de una labor personalmente emotiva: “Muchos nietos han conocido lo que eran sus abuelos gracias a mi y algunas mujeres viudas recuerdan fotos que nunca vieron de sus maridos, todo son satisfacciones”, reconoce. Y no es fácil, porque cada foto lleva “una impresionante labor de documentación e información”, averiguando dónde se hizo, quienes aparecen, que instrumentos tocaban... “Y no es fácil, porque algunos conjuntos cambiaron mucho de integrantes”.

Pero por encima de todo, sus proyectos son un homenaje a los 'curritos' de la música, a los pioneros, a los que hicieron de las voces, la guitarra y la percusión su oficio, su modo de vida, con toda la dureza que eso conlleva en décadas como los 60 y 70 en León. “Me parece mucho más relevante un músico que pasó dos décadas actuando cada fin de semana, recorriendo la provincia, innovando, que la fugaz historia de un grupo que grabó un disco que llegó a entrar en Los 40 Principales y desapareció”, reivindica. Porque las pequeñas-grandes historias de esos pioneros “que eran aventureros al mismo tiempo que sustento de su familia” son la verdadera alma musical y cultural de la provincia de León. Aunque hasta ahora fueran solo un puñado de desconocidos. Algo a lo que la exposición y el libro de Jesús García 'El Beatle' pondrá punto y seguido.

La maestría que no ha perdido el primer guitarrista eléctrico de la provincia, Germán 'Germy' Robles:

El grupo de Prioro 'Estrella Azul' alcanzó fama nacional gracias a TVE con su tema 'Bulo Bill' y un escenario y coreografía dignos de recordarse:

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