López Abella: “Me queda mucho por aprender de los grandes maestros”

Daniel Higinio López Abella

Manuel Cuenya

Ocasiones hay en que las reuniones y comidas resultan fructíferas, y eso fue lo que ocurrió hace un tiempo en Santiago Millas, donde coincidiera con Daniel Higinio López Abella, mientras celebrábamos una jornada de convivencia en casa Lucinio, donde el cocido maragato es todo un arte. Allí nos dimos cita un grupo de personas, entre ellas, Daniel Higinio, que se reveló, en el transcurso del yantar, como alguien con una vida apasionante, aventurera, me atrevería a señalar, un autor que ha plasmado por escrito, ya en su dorada edad de jubilación, sus experiencias y vivencias en dos novelas, a saber, 'Pulso al destino (Valerio el ancarés) y 'Bajo el cielo verde del Amazonas'.

Ingeniero de profesión, a Daniel Higinio lo nacieron en los Ancares leoneses, esa tierra situada en los confines de la provincia, emparentada con la Galicia profunda y aun con las Asturias, que nos invitan a soñar despiertos con espacios fantásticos.

“Nací en una palloza, compartida con animales domésticos, que ocupaban la mitad del recinto, separados por unos palos mal entrelazados de la parte destinada a la familia y en una oscura noche de enero, con un metro de nieve sobre los tejados de paja”, recuerda este creador o superviviente, habida cuenta del contexto adverso o poco favorable en el que naciera, porque “en esas circunstancias había que portar en los genes un gran instinto de supervivencia para ganarle la partida a la muerte que tenía todos los ases en la mano (convivíamos con el abono de los animales y sus parásitos). En el exterior, el frío, el barro de las callejuelas y la pobre ropa de abrigo, eran bazas perdidas”, añade con cierta nostalgia, trayendo a su mente esas imágenes de infancia, cuando era un rapacín de cuatro años, mirando el paisaje afectivo de su memoria, ese en el que rebota su vista cuando se desliza por cimas, vaguadas, montes y más montes de brezos, castaños y prados, dentro de una geografía que le envuelve y de la que se siente formar parte.

“Esos primeros recuerdos pujan por rellenar páginas en blanco y son el origen de lo que yo puedo aportar como escritor”, especifica Daniel Higinio, que se siente como el último eslabón de una generación que viviera una especie de Edad Media en la segunda mitad del siglo XX, porque el mundo de su infancia ha desaparecido, según él, arrollado por progreso de los nuevos tiempos.

“Ya no quedan pallozas en el pueblo y las calles están embreadas y pobladas de farolas que alumbran chalets dispuestos a competir con los de Benidorm”. Por esta razón, para que las gentes del futuro tuvieran conocimiento de ello, se decidió a contarlo en ese su primer libro titulado 'Pulso al destino (Valerio el ancarés)', en el que se adentra en el terreno literario, tan distante de las formulas matemáticas aplicables a las ciencias físicas, que eran su campo de trabajo.

Nací en una palloza, compartida con animales domésticos, que ocupaban la mitad del recinto, separados por unos palos mal entrelazados de la parte destinada a la familia y en una oscura noche de enero, con un metro de nieve sobre los tejados de paja

Cuenta este cosmopolita autor ancarés que se vació o volcó su infancia, “esa parte tan importante de la vida”, en su ópera prima, acaso la obra a la que le tiene más cariño, algo que comenzara medio en bromas hasta llegar a escribir trescientas páginas, lo cual le resultó sorprendente. Esta novela, que está agotada, tuvo muy buena acogida en su día. Así que esperamos que pueda reeditarse para que las próximas generaciones podamos disfrutar con su lectura. No obstante, este libro puede encontrarse en las bibliotecas leonesas.

La memoria, esa fuente literaria

Daniel Higinio abandonó muy jovencito su pueblo de los Ancares para irse a estudiar el Bachiller a Asturias, en concreto a Avilés, que, en su opinión, era una villa coqueta y tranquila, convertida, en el transcurso de los años, en una ciudad industrial con la implantación de Ensidesa, algo que pudo ver con sus propios ojos. Avilés es el escenario de su tercera novela, que ya tiene en marcha, esa ciudad en la que viviera su adolescencia y esos bonitos años del despertar a la vida, “llenos de idealismos, proyectos, sueños... de aquel primer amor”, que le servirán para componer su próxima obra. “Tengo mucha materia para contar de aquellos tiempos”.

A partir de esa etapa en Asturias, Daniel se hizo trotamundos (aunque durante los veranos, aclara, volviera a su tierra natal) haciendo de su vida una gran novela, con sus viajes y estancias en diversos países de América, como Venezuela, Estados Unidos o Brasil, “un país lleno de luz, con playas inmensas, selvas interminables y con gentes dispuestas a vivir la vida en el presente”, donde ambienta su segunda novela, 'Bajo el cielo verde del Amazonas'.

Recuerda que en el año de 1975 dejó una España profunda, oscura, asustada y oprimida por el Régimen y la Iglesia. Y desembarcó en Brasil, donde pudo realizar algunos de los sueños que había concebido cuando vio la película 'Orfeo Negro'. En este gran país, en todos los sentidos, conoció la selva en su profundidad, a resultas de su trabajo como geólogo en el Amazonas. Allí disfrutó de la locura del Carnaval y compartió la alegría de sus gentes, que luego contaría en su segundo libro. Una gran sorpresa sintió al verlo publicado.

Tuve que ejercer varias profesiones y pasar por diversas situaciones sentimentales, económicas y de estado de ánimo. Con todo ese bagaje de experiencias, que marcaron mi vida, hay un montón de folios en blanco que están esperando a ser rellenados y convertirse en libros. Tengo mucho que contar

Por lo demás, Daniel Higinio está convencido de que cualquier vida es una novela, sobre todo de quienes nacieran en postguerras y asistieran, asombrados, a los cambios tan profundos que viviera la humanidad en los últimos 60 o 70 años.

En su caso, cree que dispone de materia prima para varios libros, por el hecho de vivir en diferentes países y lugares, sorteando momentos de peligro y sobreviviendo a más de una situación en que su vida estaba en juego. “Tuve que ejercer varias profesiones y pasar por diversas situaciones sentimentales, económicas y de estado de ánimo. Con todo ese bagaje de experiencias, que marcaron mi vida, hay un montón de folios en blanco que están esperando a ser rellenados y convertirse en libros. Tengo mucho que contar”, precisa este viajero y contador de historias, que sigue viendo a los Estados Unidos como un país compuesto por mentalidades emprendedoras y orgullosas de su tierra.

“Hace poco recibí un WhatsApp. Decía: USA, con casi diez veces más gente que en España, tiene algo así como 600 coches oficiales (En España hay 14000 coches oficiales)”. Al respecto del nuevo presidente, cree que a los estadounidenses les irá bien con cualquier presidente que tengan.

“El Trump, como los que le precedieron, seguro que hará lo que más le convenga a su pueblo”, señala este entusiasta de los escritores románticos, “aquellos apasionados personajes que nos transmitieron versos como los de Bécquer y que llegaron a dar sus vidas por conceptos, tan espirituales como el amor, el honor, las ideas políticas...”, que ve con buenos ojos la proliferación de valores nuevos en el ámbito de la literatura leonesa, que vienen a sumarse a los ya consagrados con galardones y premios de reconocimiento mundial.

“Me queda mucho por aprender de los grandes maestros”, concluye.

Entrevista breve a Daniel Higinio López Abella

“He aprendido a sacarle jugo al hecho de vivir”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

'Últimas tardes con Teresa', de Juan Marsé.

Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida).

El Capitán Trueno. El condujo mi mente adolescente (No había TV) a las más extraordinarias aventuras y los más apasionados sueños. Me llevó a países remotos y juntos deshicimos entuertos, liberamos doncellas prisioneras en el castillo, derrocamos tiranos, liberamos esclavos y llegué a conocer a Sigrid (su novia), la impresionante rubia venida de los fríos del Norte, que era el amor y el motor de las aventuras de nuestro héroe.

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).

Ahora, que vivo en mis propias carnes el esfuerzo tan grande que supone rellenar páginas y páginas de un libro, no tendría valor para calificar a nadie (menos peyorativamente), que es capaz de contar una historia con más o menos fortuna. Por lo demás, también puede ser que el libro sea bueno y yo, un mal lector.

Un rasgo que defina tu personalidad.

Pregunta sin respuesta. No me conozco lo suficiente para definir mi personalidad. Supongo que seré un buen chico, modelado por mis circunstancias.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

Varias. Las positivas por supuesto. Pienso que van encadenadas y es difícil diferenciarlas. El conjunto califica al individuo.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

Estamos en manos de los medios de comunicación que nos zarandean y nos “comen el tarro”, según sus intereses bastardos. La sociedad, en general, debería pensar que si una persona gasta lo que no ha ganado, alguien tendrá que ganarlo por él. Un “pelin” injusto. ¿No te parece?

¿Qué es lo que más te divierte en la vida?

Ver un día nuevo cada amanecer. He aprendido a sacarle jugo al hecho de vivir. Procuro aprovechar los fugaces momentos diarios y no creo que haya ninguna actividad que, por si sola, pueda endulzar mi vida durante un largo periodo de tiempo.

¿Por qué escribes?

Porque creo que debo dejar a mis descendientes un reflejo del mundo que me acogió y que ellos no conocerán. Está condenado a desaparecer en muy poco tiempo. Se lo traga, cada día, el desarrollo tan desenfrenado de la tecnología y con él se van esfumando los valores que me inculcaron como inamovibles en la juventud. Valores políticos, religiosos, morales y éticos. Todo ha ido al cubo de la basura, para dar paso a otras formas de entender la sociedad. Esperemos que sea para bien...

¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

Abrí cuentas en Facebook y Twitter pero las cerré. No dispongo de tiempo para ellas. Conservo el e-mail y el WhatsApp. Como ves, no son la mejor forma de ejercitar ningún estilo.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

La experiencia de la vida (Ventajas de vivir muchos años y en diferentes lugares. De ahí, saqué un montón de vivencias que pretendo reflejar renglón tras renglón).

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

Estas tecnologías nos cogieron a contramano a los que peinamos canas y, además como te decía, tengo un problema que es la falta de tiempo (Y tiene gracia que lo diga un jubilado), pero es que uno se involucra en tantas actividades culturales, por miedo al aburrimiento, que termino moviéndome más que cuando estaba en activo.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

Crea, construye, edifica y planta algo para que el mundo que dejas, al morir, sea mejor que el que te recibió al nacer. En el viaje de la vida, no seas una maleta que se deja arrastrar por la cinta transportadora de un aeropuerto

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