Felicitas Rebaque: “La Literatura me ha dado grandes satisfacciones”

Felicitas Rebaque

Manuel Cuenya

Originaria de Tudela de Duero, donde están concentrados los olores y los colores de su niñez y su adolescencia –durante muchos años disfrutó de todas las vacaciones escolares y fines de semana en la casa familiar de sus abuelos-, la narradora Felicitas Rebaque llegó a Sena de Luna por casualidad hace diecisiete años, buscando unos días de soledad y sosiego, en una época en la que necesitaba –asegura ella– dar un giro nuevo a su vida.

Cuenta que recorrió las comarcas de Babia y Luna y se quedó atrapada en su paisaje, en sus montañas, en sus gentes. “Fue algo curioso porque, de alguna manera, sentí que pertenecía a esos lugares. Fue algo atávico”, afirma. De modo que ahora mismo su corazón está ligado a León –el inicio de una nueva etapa– porque en esta tierra decidió desarrollar su faceta como escritora, dando un paso más adelante, haciendo de su pasión por la literatura algo más que un afición. Y en este sentido los parajes leoneses son fuente de inspiración para algunas de sus novelas y relatos. Además, la mayoría de sus libros han sido publicados por editoriales leonesas.

“Sería un gran honor para mí que se me considerase una escritora leonesa”, especifica la creadora de la recientísima novela 'Violeta mara...mara... maravilla', que presentará el próximo jueves día 20 de septiembre, a las 19h30, en la biblioteca pública Padre Isla de la ciudad de León.

“Una novela arriesgada y comprometida”, según ella, que, a través de sus dos protagonistas, nos muestra dos problemáticas: “la que sufren, en algunos casos, los adolescentes ante la separación de sus padres, y la soledad e incluso marginación que padecen los niños con síndromes de Down, al llegar a la adolescencia, sobre todo en el medio rural. 'Ese ser especial' les imposibilita hacer las mismas cosas que los otros chicos de su edad, a pesar de que tiene los mismos anhelos y necesidades”, explica Felicitas, convencida de que la provincia de León siempre ha sido literaria, “pero en la actualidad está viviendo una época extraordinaria”. Por una parte, está la semilla que han ido dejando los grandes escritores leoneses, como Mateo Díez, Aparicio, Gamoneda, Llamazares, por citar algunos –agrega–, que ha germinado y está dando poetas y narradores de un gran nivel, entre los que podríamos incluir a Mónica Rodríguez, “otra gran escritora”, que, aunque nacida en Asturias, tiene orígenes bercianos (también le hemos dedicado una fragua en este mismo diario digital).

Felicitas Rebaque recuerda que conoció a la narradora Mónica Rodríguez, “la última Premio Cervantes Chico” a través del escritor valenciano, residente en Asturias, Gonzalo Moure, cuando comenzaba a dar sus primeros pasos literarios, y le pronosticó que sería un referente en la literatura infantil y Juvenil, como así ha sido. “Gonzalo y Mónica me han enseñado muchísimo y nos une una gran amistad”.

Por otro lado, proliferan los encuentros literarios, presentaciones de libros, clubes de lectura y tertulias literarias en León, eventos a los que asiste encantada porque son enriquecedores. Y permiten –en su opinión–escuchar, debatir, aprender y alimentarse.

“La actividad que desarrollan grupos culturales como El Ágora de la Poesía, Cuento Cuentos Contigo, L'Ékole Poetique, por nombrar algunos de estos grupos, es muy prolífica. Me llama la atención el gran número de escritores que se dedican a escribir poesía. La actividad literaria poética en León es sorprendente. Yo no soy poeta, es un género que no domino. Se puede versificar pero no escribir buena poesía. Creo que el poeta nace, no se hace”.

Me llama la atención el gran número de escritores que se dedican a escribir poesía. La actividad literaria poética en León es sorprendente

Su afición por la lectura comenzó desde muy niña, con lo cual siempre le ha gustado leer. Comenzó leyendo cuentos de hadas, que en aquel tiempo su tía se los compraba semanalmente en los quioscos. Leía todo lo que caía en sus manos, incluso aquellas novelitas del Oeste de Estefanía que a su abuela le encantaban. Con el transcurso de los años, descubriría 'El Principito', 'Alicia en el País de las Maravillas', 'David Copperfield', así como obras de la época clásica griega y romana. Y, como suele ser habitual, le lectura la condujo a la escritura creativa, con la redacción de textos escolares y la narración de historias que guardaba en una carpeta azul. En su adolescencia llegó a escribir una novelita de amor juvenil que le leía, por capítulos, a una de sus compañeras de colegio.

Rememora cómo su abuelo, que era agricultor, castellano viejo, parco en palabras y demostraciones de afecto, le descubrió el mundo, la Tierra, la Naturaleza con mayúsculas, porque la llevaba con él a las huertas, a los campos de labor, a vendimiar, a recoger fruta, a “dar una vuelta” a las ovejas al anochecer, “experiencias que absorbía como una esponja”. Sin decirle una sola palabra su abuelo le enseñó a experimentar la Naturaleza como algo mágico y maravilloso. “En esos años abrí los ojos al mundo espiritual, a esa energía que no se ve pero que la sientes dentro como un alborozo”.

Escuela de escritura como espacio de aprendizaje

Todo eso contribuyó, de un modo definitivo, para que escuchara la llamada de la literatura, la escritura como una pasión, una forma de sentir y estar en la vida. Asimismo, tuvo la ocasión de realizar cursos de Periodismo, relatos y novelas en la Escuela de Escritores de Madrid.

Animada por gente amiga, que gustaba de la lectura de sus textos, se planteó hacer que la escritura fuera algo más que una afición. Y se dispuso a perfeccionar la técnica, aprendiendo y disfrutando muchísimo. “Fue una época de mucho trabajo. Los profesores eran muy exigentes y tenía que simultanear las clases con mi profesión y mi familia. Tenía que quedarme por las noches, robándole horas al sueño, para poder escribir. Pero fue una época fantástica, muy creativa. Aprendí muchísimo e hice entrañables amistades. La Literatura me ha dado grandes satisfacciones”, revive con emoción esta enfermera y narradora, que ha organizado certámenes conocidos bajo el epígrafe de 'Cuentos de Hospital', los cuales surgieran en una época en la que ella perteneciera a la Asociación de Escritores Noveles (AEN).

“Precisamente, pensando en esos niños que pasaban tantos días ingresados recibiendo tratamientos muy duros, como los oncológicos, se nos ocurrió hacer un certamen literario para ellos. Fue un proyecto muy emocionante y un éxito de participación”. Una forma en verdad interesante de aunar su profesión con su gran vocación, la de nutrir su literatura mediante sus experiencias sanitarias.

“El estar constantemente en contacto con el sufrimiento, la enfermedad y la muerte es muy duro, pero a la vez enriquecedor. Hay quienes piensan que te endureces. No es verdad, al menos no en mi caso. Y menos durante todos los años que trabajé en Pediatría. Hoy día, después de cuarenta y dos años de profesión, me siguen conmoviendo mis pacientes. Han sido fuentes de inspiración, me han aportado riqueza humana que después he vertido en mis escritos. Algunos de mis personajes están inspirados en ellos”. Así se expresa esta narradora que se ha dedicado, al menos en los últimos tiempos, a la literatura infantil y juvenil (LIJ) porque cree que en la actualidad se está abusando de las historias de misterio, de ciencia ficción, de aventuras.

“No es que esté en contra de estos géneros, pero pienso que a los jóvenes lectores hay que enfrentarles a historias más reales, más solidarias, historias que pueden vivirse cada día en el colegio o en el parque. Las historias juveniles no tienen que ser siempre un medio de evasión o de entretenimiento. No hay que buscar la simple diversión, sino también tienen que escribirse historias que hagan reflexionar, que planteen temas actuales sobre los que están oyendo hablar todos los días”, sostiene Felicitas, que siempre ha estado muy ligada al mundo infantil.

El estar constantemente en contacto con el sufrimiento, la enfermedad y la muerte es muy duro, pero a la vez enriquecedor. Hay quienes piensan que te endureces. No es verdad, al menos no en mi caso

No en vano estudió Magisterio y Enfermería. Y ha trabajado durante muchos años en pediatría. “Con los niños conecto muy bien. Aparqué las historias para adultos (tengo dos durmiendo en un cajón) y me adentré en el mundo de la LIJ animada por Gonzalo Moure. Y fue un descubrimiento. La mirada de los niños, es una mirada limpia, sin contaminar, esa mirada que va más allá de lo que se tiene enfrente y captan cosas que a los adultos les pasa desapercibidas. Los niños captan lo extraordinario que se encuentran en lo cotidiano. Por entonces, busqué mi propia mirada de niña, confiando que no se hubiera apagado, y afortunadamente, allí estaba, esperando a que yo la despertará. Y fue estupendo. Al igual que Gonzalo defiendo que escribo de niños y de jóvenes, pero son historias que pueden ser leídas a cualquier edad”, nos advierte con lucidez Felicitas, que siente la influencia de escritores como Miguel Delibes –a quien tuviera la fortuna de conocerlo personalmente porque fue su vecino en Valladolid–, y Gabriel García Márquez.

“Muchos otros me han emocionado: Javier Marías, Almudena Grandes, Barico, Murakami, Truman Capote, Saint–Exúpery, por citar unos pocos de muchos. Pero mi maestro, la persona que más me ha enseñado, ha sido y es Gonzalo Moure. Conocí a Gonzalo en Asturias hace ya dieciséis años y desde el primer momento me animó a que le enviara mis textos y me ofreció toda su experiencia como escritor. Desde entonces me ha ayudado y apoyado siempre. Ha sido mi primer lector y un pulidor exigente: ”Si sabes hacerlo mejor que bien, no te permitas ser mediocre“, me decía cuando había rebajado el nivel de un texto. Compartimos desde entonces literatura, amistad, y el fantástico proyecto Bubisher, que es un programa que comenzó hace diez años y su objetivo es llevar libros y cultura a los niños de los campamentos de refugiados saharauis”, reseña esta “narradora de brújula”, como ella misma diría, cuyas historias surgen de algo exterior que le conmueve y que le pone alas, siguiendo ella ese rastro, tirando del hilo.

Cuenta que 'Espantapajarón' nació un día, en el que yendo a trabajar, se le apareció un campo cubierto de espantapájaros, un campo que el día anterior estaba en barbecho. Aquello le pareció algo mágico. Por otra parte, encontró a la protagonista del cuento de 'Los Diminutos' (incluido en el libro 'Nuevos Cuentos Castellanos Viejos'), una tarde en que se cruzara con una muchacha acondroplásica. “'El Latido del Agua' es un homenaje a las comarcas de Babia y Luna, el redescubrimiento de la naturaleza y de la vida rural de un muchacho de ciudad”.

Aparte de Literatura Infantil y Juvenil, ha hecho su incursión en un libro colectivo enmarcado en la llamada Literatura Erótica, un género muy difícil, a su juicio, porque a menudo se confunde la literatura erótica con la pornográfica. “El erotismo no tiene que ser tan visual, tan palpable. Al revés, debe ser insinuante y sutil, dejar que el lector ponga su parte. Y en ello radicó la dificultad, escribir unos relatos de calidad literaria sin que se traspasara la raya de lo pornográfico. Creo que quedó un libro de lo más interesante, aleccionador y divertido”. En cualquier caso, para ella fue un reto. Un reto que le propusiera el editor y escritor José Antonio Martínez Reñones, de la editorial Lobo Sapiens.

“A mí si se me provoca, entro a saco. Y me lancé. Coordiné el libro, pedí la participación de once escritoras, y se nos ocurrió incluir un relato escrito por un hombre con pseudónimo de mujer. El reto para el lector, localizar ese relato masculino. Y de esta manera nació: 'Así os ponemos los cuernos las mujeres'. Once autoras y un intruso”.

Recuerda que escribir este libro le dio muchas satisfacciones, pero también fue un reto, porque ninguna de las autoras participantes habían escrito antes literatura erótica, con lo cual tuvieron que ponerse las pilas y trabajar duro.

“La escritura es el vehículo que utilizo para expresar mi mundo interior y para entender mejor el que me rodea. Me ayuda a conocerme mejor. A través de ella expreso lo que pienso, me obliga a posicionarme porque me exige profundizar en los temas y personajes sobre los que escribo”, porque Felicitas, cuya escritura es intimista, escribe desde dentro, desde la emoción, Y en sus historias también trata de reflejar su visión del mundo.

A los jóvenes lectores hay que enfrentarles a historias más reales, más solidarias, historias que pueden vivirse cada día en el colegio o en el parque. Las historias juveniles no tienen que ser siempre un medio de evasión o de entretenimiento

Sus narraciones germinan de las sensaciones o emociones que le provoca cualquier circunstancia, un lugar, un encuentro con alguien, una noticia que le conmociona. Cree que quien escribe desea que se le escuche a la vez que transmitir lo que siente. Y en la actualidad proliferan, según ella, los blogs. “Nunca se ha escrito tanto como hoy”, apostilla Felicitas, que en estos momentos está centrada en la promoción de 'Violeta...'.

También está a punto de salir en papel 'Espantapajarón', una obra que se plantea la problemática de los ancianos cuando piensan que ya no sirven para nada en este mundo. Por otra parte, tiene previsto escribir los cuentos del tercer libro de 'Nuevos Cuentos Castellanos Viejos'. Y quizá, de cara al próximo año, saque del cajón una de esas dos novelas de adultos, que ha escrito, para revisarla.

Se muestra satisfecha con las grandes satisfacciones que le ha procurado la literatura, “una actividad que me llena”. Necesita escribir porque los momentos de sequía le producen mucha ansiedad. “Entonces, vuelvo mi mirada a la naturaleza, leo, paseo”. Le agobia la falta de tiempo para realizar las actividades literarias sin quitárselo a su familia, a sus amigos. “Después de cuarenta y dos años de trabajo me prejubilaré próximamente y creo que se me presenta una etapa estupenda en la que podré dedicarme con más asiduidad a mi vocación literaria”, concluye.

Entrevista breve a Felicitas Rebaque

“Debes empaparte de la vida, sumergirte en todo lo que sientes y vives”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

Lo releería: 'Cien años de soledad'. Tengo una larga lista. Además, soy una lectora muy voraz, y si me entusiasma un libro necesito otra lectura más reflexiva. En estos momentos me apetece mucho volver a releer a los clásicos.

Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida).

En la literatura Don Quijote. En la vida, mi marido, mis hijos.

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).

Hablando de literatura erótica: E.L. James. '50 sombras de Grey'. Lo compré porque me lo sugirió un editor y no pude con él.

Siempre comento que el libro de 'Los Cuernos' está escrito antes de las 'Sombras'. Para diferenciar.

Un rasgo que defina tu personalidad.

Perseverancia. No me doy nunca por vencida. Lucho por lo que deseo. Hasta el final.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

La honestidad, sin duda.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

La política en la actualidad es descorazonadora. No creo en la política del hacer y deshacer, en quitarte a ti para ponerme yo, que es lo que hacen los políticos en la actualidad. En hablar y prometer solo para conseguir votos. En yo soy el bueno y tú y los que creen en ti los malos. El discurso político del miedo que emplean muchos de ellos. Pienso que mientras que no se piense más en el pueblo, en ser solidario con los más desfavorecidos, en hacer políticas de consenso social, seguiremos dando tumbos. La sociedad sufre todo ello, unos más otros menos. Al final se resignan, a pesar de que hay reivindicaciones puntuales. No estoy llamando a una revolución, pero si creo que se debería de hacer algo más. Creo que la sociedad española está muy cansada.

¿Qué es lo que más te divierte en la vida?

Vivirla. Me divierte bailar, cantar, leer, ir a la montaña. Me lo paso genial con mis nietos, con mi familia, con mis amigos. Trato de exprimir y disfrutar todos los buenos momentos.

¿Por qué escribes?

Escribo para alimentarme, por necesidad. Si no escribiera sería una sombra de mi misma. Estaría incompleta. Una parte muy importante de mi quedaría sin desarrollar.

¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

Creo que las redes sociales sirven para promocionarte, para dar a conocer tus obras. La que más utilizo es Facebook. Pero para ejercitar mi estilo literario no. Eso lo consigo leyendo y escribiendo.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

La vida. Los sucesos cotidianos. Encuentros inesperados. La gente que se cruza en mi camino. Una frase de alguien que me hace pensar. Una historia que oigo. Los libros que leo. Un suceso en un periódico. Las historias que me relatan mis nietos.

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

Escribo en mi blog de forma asidua 'Entre la soledad y el aplauso', y sigo blogs literarios. Hay que estar al día de las tendencias y de lo que escriben otros autores. Es aleccionador. Hay blogs muy interesantes y creativos.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

Debes empaparte de la vida, sumergirte en todo lo que sientes y vives. No puedes pasar por ella de puntillas. Eso es pecado.

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