Jesús López Triguero: “León es una tierra encharcada que reza para que salga el sol antes de que sea demasiado tarde”

Jesús López Triguero./ Foto: Mariví Rodríguez

Manuel Cuenya

Historiador, investigador, narrador, fotógrafo, Jesús López Triguero es autor de 'El monje de hierro', que él mismo define como una parte de nuestra memoria. Por eso, se puso manos a la obra, porque se dio cuenta de que había muchas lagunas sobre un suceso concreto de la historia de España de 1719, época en la que entra en guerra con las naciones más poderosas de Europa.

'El monje de hierro' es, en sus propias palabras, un libro de reparación de la memoria, aunque sea al mismo tiempo una novela con partes de ficción (las referidas a su protagonista principalmente).

Nos advierte, por ejemplo, de que el regimiento español que intervino en Escocia fue el regimiento de Galicia, en lugar de la Infantería de Marina de la Corona. Algo que tuvo la ocasión de comprobar en Simancas.

“El regimiento de Infantería de la Corona viajaba, en realidad, en la flota que partió de Cádiz con destino a Gran Bretaña para tomar Londres y reponer a los Estuardo en el trono, pero nunca pasaron de Galicia por una gran tormenta. Como el regimiento de Galicia si llegó a Escocia, los altos cargos del ejército de Felipe V decidieron poner a los supervivientes de la malograda flota como participantes de la expedición a Escocia y no a Gales, donde iban en realidad”.

En este sentido, cuenta que puede encontrarse una reseña de la batalla escrita por el padre Feijoo, natural de Lugo, en la que hablaba de su amigo y paisano Nicolás de Castro Bolaño, director de las tropas en aquella expedición. “Sin entrar en las memorias de James Keith, testigo presencial de los sucesos, y que especificó, sin lugar a dudas, quién le acompañaba en Escocia. Esta es una de tantas...”, añade.

Aparte de un mero divertimento, es una novela de aventuras que tiene asimismo una intención didáctica. “Si consigo que cada lector conozca algo de esta parte de la historia tan apasionante y desconocida, al mismo tiempo que disfruta con las aventuras que contiene, habré logrado mi objetivo”, aclara este investigador, cuya obra ha sido editada por Fanes, una pequeña editorial que puso todo el empeño para sacar adelante este proyecto, logrando un buen resultado. Cabe reseñar que la cubierta del volumen incluye una foto de su autor, habida cuenta de que él es también fotógrafo.

“Creo que han convertido la portada de mi libro en algo artístico, no sé si está bien que lo diga, pero me parece magistral”, apostilla Jesús, a quien le gusta fotografiar lo cotidiano. “Por ejemplo, fotografiar a dos personas en situaciones diferentes en un mismo plano: un chico haciendo ejercicio físico en los aparatos que hay en el paseo de Papalaguinda, mientras un barrendero está de paso con su carro de limpieza. En un momento dado ambos se miran, y tienes un contraste de vidas realmente curioso. Desde mi punto de vista contemporáneo es algo que veo como algo normal, pero no sabemos cómo puede verlo una persona que viva dentro de un siglo. ¿Habrá barrenderos dentro de un siglo? ¿Se hará deporte al aire libre? ¿Se podrá salir a la calle sin mascarilla? No sabemos lo que va a pasar en el futuro, pero es posible que un documento cotidiano como este le resulte interesante a los futuros investigadores”.

En realidad, le gusta hacer todo tipo de fotografías, imágenes donde podemos apreciar la nostalgia o bien la crítica social. “Recuerdo ahora, un día que paseaba junto al Torío y vi a una grulla pescando. Al apuntar con mi cámara me di cuenta de que la foto no era la grulla, sino la interacción de la grulla tratando de sobrevivir rodeada de bolsas de basura que se habían enganchado en las orillas del río. Si no cuidamos nuestra tierra ¿Cómo vamos a soñar con un futuro? Es triste que sean tan pocos los que se han preocupado de las consecuencias de no cuidar nuestro entorno hasta ahora. Veremos si no es tarde... Dice Sebastiao Salgado que el mal que los hombres hacen se puede revertir. Estoy completamente de acuerdo, pero debemos ya”, afirma con rotundidad Jesús, a quien también le entusiasma hacer fotoperiodismo, como cuando asiste a una manifestación, pudiendo captar el sentir de la gente, o bien cuando se encuentra un incendio en algún paraje de la montaña...

Si consigo que cada lector conozca algo de esta parte de la historia tan apasionante y desconocida, al mismo tiempo que disfruta con las aventuras que contiene, habré logrado mi objetivo

“Considero que el trabajo de los fotoperiodistas es muy importante. El periodismo, en general, está muy relacionado con la historia. Es la memoria del día a día”, apunta este devoto de Poe, al que le fascina en especial su poema 'El cuervo', además de escritores como Tolstoi, Shakespeare o bien escritores españoles de la talla de Federico García Lorca, Pío Baroja, Wenceslao Fernández Flórez... O Julio Llamazares y su Río del olvido...

“Pienso que cada libro que leemos nos impregna algo de su autor. Lo hacemos nuestro, incluso cuando no somos conscientes. Aunque sea a través de una simple palabra que no solíamos utilizar y que añadimos a nuestro diccionario particular”.

Literatura a través de la radio

Recuerda que, allá por los 90, se aficionó a la literatura a través de un programa de radio llamado 'Cuento Contigo', que dirigía Alicia Sánchez. Y se quedó absorto con los cuentos que relataba su radiofonista.

“Algunos pertenecían a oyentes del programa; otros, llevaban la firma de autores consagrados como Bram Stoker, Arthur Conan Doyle, grandes cuentistas, en definitiva, además de novelistas. De alguna manera aquellas historias me abrieron la mente y empecé a escribir. Para ser sinceros, ya lo hacía, pero eran pensamientos que no compartía con nadie. Sin embargo, gracias a aquel programa saqué mis escritos del yo y me encontré ante un universo nuevo por explorar ¡Había tantas historias que contar!”, rememora Jesús, que enviara al menos dos de sus relatos a aquel programa de radio, los cuales fueron leídos en antena, llegando a ser elegido su segundo relato, 'Su ángel de la guarda' como el mejor de la semana.

“Imagínate, para un chaval que estaba en el instituto, y que todavía no sabía muy bien por dónde iría su vida, oír su nombre en un programa que escuchaban cada noche miles y miles de personas a lo largo de todo el país. ¿El premio? Un libro: 'Cuentos de Eva Luna', de Isabel Allende ¡Qué mejor premio para un joven aprendiz como yo que la lectura de un libro! Lo conservo con mucho cariño”.

Después de aquella experiencia, siguió escribiendo, mientras se formaba. Pero nunca se centró demasiado en la escritura, “hasta que, un buen día, una historia me encontró”, precisa este leonés que siente nostalgia por un territorio que se muere lentamente, cuyos ancestros provienen en su mayoría de Andalucía, si bien una parte de su familia procede de Vegamián, “el pueblo que todo leonés sabe en el fondo de las aguas de un pantano levantado durante el franquismo...”.

En esa época Jesús aún no había nacido, pero, cuando comenzó a tener uso de razón, estuvo rodeado de personas que sentían, por igual, orgullo por su tierra, y nostalgia, por su ausencia. “Prueba de ello, es que levantaron en la campa de Pardomino, cerca de la presa, un altar. En él se celebra una misa cada año, durante el domingo siguiente al 13 de junio, el día de San Antonio (Patrón de Vegamián) y celebran una romería en la que los supervivientes y familiares de los antiguos habitantes del valle se reencuentran. Así pues, en cierto modo, los hijos de Vegamián, de Lodares, y de los demás pueblos sumergidos en las aguas del Porma, se convirtieron en apátridas que vuelven cerca de su hogar de vez en cuando, sin poder entrar en él”, explica este oriundo de la ciudad de León, que siente añoranza por el mundo rural.

“Soy un hijo adoptivo del río Porma, y no de Vegamián, mi no pueblo, el entrañable fantasma que ha marcado mi infancia y tantas otras vidas”, acota, consciente de las pérdidas que se están produciendo en León, desde las minas cerradas de Sabero hasta el cierre de negocios. “¿Se podría decir que León se está desertizando por interés general?”, se plantea Jesús, cuyos amigos de juventud, la mayoría, viven fuera de León, porque la ciudad, sencillamente, no ofrecía alternativas, según él, por muy bien preparados que estuvieran.

“Si piensas en las riquezas de todo el país, verás que hay zonas que exportan vino, otras exportan aceite, otras exportan jamón... Sin embargo, León exporta gente preparada, y eso es muy triste, porque es la constatación de que está en franco declive... Me influye la nostalgia de una tierra encharcada que reza para que salga el sol antes de que sea demasiado tarde y no haya nadie, ni siquiera, para honrar la memoria de lo que un día fue”, declara, convencido del potencial literario leonés.

Aparte de grandes escritores como Julio Llamazares, Juan Carlos Mestre o Antonio Gamoneda, entre otros, se ha producido, a su juicio, una explosión a la sombra de diversos eventos literarios, especialmente en el campo de la poesía y del relato corto.

“Está el Ágora de la Poesía, el Lëkolépoetique del Red Marut, las reuniones en el café Ágora, Cuento Cuentos Contigo, etcétera. En estos eventos uno escucha los sentimientos e inquietudes de los demás y, de la escucha activa, siempre se aprende algo, y en esto radica mi interés en los eventos. En torno a ellos, muchos aficionados a la escritura, y no tan aficionados, han estado reuniéndose, primero para escuchar los trabajos ajenos, y para participar con escritos propios después. A mí me resulta evidente que, una vez que la gente se lanza a escribir sabiendo que va a leerlo ante un público, en algún momento, va a pensar en publicar. Y sí, la gente publica con todo el derecho del mundo y toda la ilusión. A partir de ahí, el lector decidirá qué trabajos merecen su tiempo”, matiza Jesús, que valora novelas de reciente hornada como 'Brigada 22', de Emilio Gancedo, o 'La enana', de Rosa Marina González-Quevedo, “trabajos muy diferentes, pero que comparten la frescura de su estilo. Incluso, han surgido plumas nuevas: Kenji Wolfman, nombre artístico del autor de 'Las tierras de la eternidad', y Virginia Asensio con 'El silencio del Guardián', ambos leoneses con los que comparto grupo editorial”.

Pienso que cada libro que leemos nos impregna algo de su autor. Lo hacemos nuestro, incluso cuando no somos conscientes. Aunque sea a través de una simple palabra que no solíamos utilizar y que añadimos a nuestro diccionario particular

Además de estos escritores, destaca, en el campo de la investigación, los trabajos de Ricardo Chao, quien nos descubre, en su opinión, nuestra propia historia. Por otra parte, le encanta el trabajo de Amancio González. “¿Quién no se ha parado alguna vez a cobijarse en el 'tronco' de La Negrilla, a conversar con él?”. Y respecto a la fotografía, reconoce que atraviesa un gran momento en León.

“Aparte de los profesionales que tenemos, hay dos asociaciones y un colectivo que han dado muchos frutos ya con sus trabajos. Tengo la suerte de poder compartir muchas charlas con compañeros de la fotografía, de calidad indudable (Carmen Verde, Eusebio Aláiz, David Santaolalla, Carlos Pérez, Chema Alonso, Oscar Lobato...). En ese sentido, puedo decir que me siento privilegiado”, puntualiza Jesús, que ahora está investigando para escribir su segunda novela.

“Será histórica, de aventuras, y estará relacionada con la piratería en alta mar en el siglo XVIII. Lo que he descubierto, por ahora, es sorprendente”, concluye.

Entrevista breve a Jesús López Triguero

“El machismo no tendría cabida si todo el mundo leyera 'Ana Karenina' con atención”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

Es difícil quedarse con uno sólo. 'El árbol de la ciencia' de Pío Baroja siempre me ha gustado, 'Ana Karenina', por las razones que en la segunda pregunta explicaré, 'Drácula'... 'Hamlet'... ¿El señor de los anillos? ¡Qué atrevimiento ponerlo cerca de Hamlet! Pero me divierte mucho, aunque no sea una obra maestra de la literatura (Ojo, sí lo es de la lingüística. Tolkien era un genio en ese aspecto).

Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida).

Estoy enamorado de Ana Karenina. Es una crítica social, mucho más cercana al presente de lo que cabría esperar. Es atemporal. El machismo no tendría cabida si todo el mundo leyera 'Ana Karenina' con atención. Debo reconocer que me hizo llorar, reflexionar, ponerme en el lugar de la mujer, de muchas mujeres a las que representa. Como hombre fue muy importante en mi evolución.

Hay otros muchos personajes (Hamlet, nuestro Quijote, Zalacaín, etc), pero el que se me hace imprescindible es una mujer: Ana Karenina.

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).

En cierta ocasión me regalaron un libro, con toda la buena intención, que se llamaba 'La ficción bélica'. Era un ensayo sobre las vidas de algunos autores que habían participado en la Segunda Guerra Mundial y la influencia de ésta en su obra y en el cine. La idea era muy buena, porque me interesa mucho el cine y la historia. Sin embargo, por más que lo he intentado, no he sido capaz de pasar de la mitad del libro. No diré nada sobre el autor, porque no sé lo suficiente como para criticarle. Sólo puedo decir, de ese libro en concreto, que me parecía infumable.

Hay otros libros que ni siquiera me planteo por la temática. Por ejemplo, 'Cincuenta sombras de Grey'. No me atrae nada ese tipo de literatura. Para empezar, me resulta destructiva, para continuar, tengo malas referencias del libro y, para terminar, parafraseando a James Francis Keith, considero que es una pérdida de tiempo para quien desea emplearlo en algo útil.

Un rasgo que defina tu personalidad.

Soy muy reflexivo, pausado, pero con carácter. Me gusta tomarme mi tiempo para hacer las cosas (Siempre que lo tenga). De este modo, no siempre mi primera reacción es la definitiva. Quiero decir que, cuando se me fuerza a tomar una decisión, tarde o temprano, va a ser lo que yo considere oportuno, aunque tenga que desdecirme. Casi todo es relativo. Hay pocas cosas que sean blancas o negras...

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

La lealtad. La honestidad.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

Me gustaría agradecer a los políticos de la provincia que se hayan unido a la moción por una autonomía para León. Me parece un acto de gran valentía y responsabilidad, tratar de luchar por un futuro mejor para tu tierra, independientemente del signo político de tus ideas. Después de todo, poco van a importar las ideas que se tengan si no tenemos futuro.

No entiendo muy bien por qué hay un movimiento reaccionario contra una idea que, los que sabemos un poquito de historia, sabemos que es justa, por razones históricas, sociales y culturales. Me resulta irrisorio que algunas personas que hacen apología del franquismo reaccionen contra la idea de una autonomía leonesa cuando el propio Franco nunca discutió la existencia de León como región independiente. Paradójicamente, la región de León perdió su condición gracias a una cacicada durante la democracia. Tampoco entiendo a las personas del signo contrario que no están de acuerdo con el 'Lexit' cuando si lo están con el diálogo con los independentistas catalanes. ¿León no merece el diálogo? Bueno, dentro de cuarenta años, quizá, no quede nadie con quién hablar, al ritmo que vamos.

No tengo muy claro a qué se debe esta resistencia, pero sí sé de dónde sale. Entre otras muchas cosas, lo que me toca más de cerca, por mi formación, es la manipulación de la educación, en lo que respecta a la historia, que lleva al desconocimiento o tergiversación de nuestro pasado. Durante nuestra infancia, hemos escuchado que el Cid era un héroe, y Bellido Dolfos un traidor, cuando los datos históricos vienen a contar lo contrario. De ese panfleto propagandístico castellano salió la versión que se da de Alfonso VI en Hollywood (Mio Cid, 1961): poco más o menos, el hombre que tomó Toledo queda como un advenedizo ¿Seguro que lo era? Da la sensación de que lo leonés es malo. Si lees los libros de texto de Historia de 2º de la ESO, por ejemplo, verás que lo leonés se reduce casi a lo anecdótico (Creo que hay un párrafo que habla del parlamentarismo en León... No recuerdo si dos), pero no hay problema en poner apartados especiales dedicados al turismo, que tiene que ver con una visión económica y publicitaria, más que con una comprensión real de nuestro pasado: catedrales de Castilla y León. Una entidad de nuestro presente para explicar nuestro pasado. Me acuerdo ahora de la serie Hispania, dedicada a Viriato, que era lusitano (Es decir, que nació en la actual Portugal) ¿Te imaginas a Viriato gritando un viva Portugal en tiempos de los romanos? (Tampoco gritaría viva Hispania, porque Hispania representaba precisamente aquello contra lo que luchaba: los invasores romanos). Pues eso es lo que hace la Junta de Castilla y León con los libros de historia al hablar del arte arquitectónico durante la Edad Media.

Si extrapolamos nuestros problemas al conjunto del país no es mejor. La gente está cansada de la corrupción, de las crisis provocadas por los mercados y la especulación, de las mentiras... Y, cuando el votante está harto, se va a los extremos. Evidentemente no lo comparto, pero lo entiendo, porque ya ha pasado antes. Uno se queja más cuando las vacas están flacas y no dan leche... Y como los políticos no han recibido una formación histórica adecuada, no comprenden el presente que vivimos y son incapaces de resolverlo (Normalmente toman decisiones a cuatro años vista y estos problemas necesitan más tiempo, pero son incapaces de sentarse en la misma mesa para alcanzar acuerdo) y quien tiene el conocimiento, quizá, no tiene suficiente apoyo.

Además de los costes económicos existen los costes políticos, los sociales, etcétera. Durante 40 años había dos grandes bloques antagónicos que mantuvieron viva la llama del bandismo: cuidado que viene la derecha, cuidado que viene la izquierda, etcétera. Estos dos bloques, representados por el PSOE y el PP, para no tener que sentarse a negociar entre ellos lo hicieron con los partidos nacionalistas y durante cuarenta años alimentaron lo que hoy vemos en Cataluña. De aquellas aguas...

Eso tiene consecuencias no sólo para los catalanes. Las tiene en el resto del país. Desde el punto de vista de un mileurista, que viene a ser el 60% de la población activa, ¿Qué se puede pensar de los partidos, después de escuchar tantos y tantos casos de corrupción, ayudas a los bancos, a las eléctricas, a las grandes empresas, mientras él no llega a fin de mes? Peor aún si cabe, se están constantemente alimentando las 'fake news' con alevosía y nocturnidad para desestabilizar al 'supuesto enemigo' del bando contrario, acrecentando un sentimiento de rivalidad que no es, en absoluto, necesario. Pero la gente pica ante el populismo, ante el simplismo de pensar que los que piensan diferente son peores.

Se supone que estamos todos en el mismo barco, pero cada uno rema en la dirección que le conviene. Puedo entender que la gente de la calle, por lo que sea, no se entienda, porque no están obligados a hacerlo. Pero a los políticos se les paga para eso, para alcanzar acuerdos que favorezcan los intereses de los ciudadanos. Sin embargo, yo tengo la sensación de que muchos políticos gobiernan durante cuatro años para las personas jurídicas y solamente en periodo electoral se acuerdan de que son las personas físicas las que votan.

Y con estos desaguisados, no hemos encontrado el momento de arreglar problemas acuciantes o curar nuestras heridas. Hace unos meses el Papa le decía a Jordi Evole que un país, cualquiera, no puede avanzar con muertos debajo del felpudo. Y es cierto. Mientras unos no puedan enterrar a sus muertos y otros traten de ocultarlos por inconvenientes, la guerra seguirá viva en el corazón de cada hombre, en nuestro ADN. Hasta que no miremos cara a cara a nuestro pasado no seremos una verdadera y consolidada sociedad democrática. Esto no debería tomarse como un asunto de controversia entre la derecha y la izquierda. Debería tratarse en términos de justicia e injusticia.

Esto es una ínfima parte de lo que pienso sobre la política actual y sobre la sociedad. De la falta de educación emocional hablaremos en otra ocasión...

¿Qué es lo que más te divierte en la vida?

El descubrimiento. En su aspecto más amplio. Puede ser una situación, por ejemplo, cuando estoy viendo algo que voy a fotografiar y que nadie más está viendo (Aunque sea lo más nimio, los fotógrafos podemos quedarnos embelesados mirando cómo una hormiga carga una hoja diez veces más grande que ella). Un paisaje nuevo, una esquina nueva con una luz especial. O un descubrimiento histórico que nos lleve a comprender un poco mejor nuestro pasado. Una sonrisa de complicidad con un significado determinado... Sin duda, el descubrimiento es lo que más me divierte.

¿Por qué escribes?

Se dice que la historia nace cuando nace la escritura y el hombre deja constancia de sus vivencias. Así pues, como historiador, dejando de lado otras fuentes (Desde la fotografía, el vídeo, la pintura, la radio, etc), sé que no hay constancia de aquello que no se escribe; siento que he contraído una obligación personal y profesional con la memoria. Escribo para no olvidar. Y digo más, una sociedad que quiere olvidar pierde su esencia, sus raíces, su integridad y se vuelve insana, porque no se puede curar una herida que no se sabe que se tiene.

Por otro lado, me resulta más sencillo, quizá por timidez, expresar lo que pienso y siento mediante la escritura. Y, por qué no, también escribo porque me divierte crear historias.

¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

No creo que las redes sociales puedan mejorar el estilo literario. Sin embargo, sí pueden influenciar a la hora de interaccionar con otras personas con las que normalmente no podrías tratar por circunstancias de la vida (Horarios laborales diferentes, distancia, diferentes círculos, etcétera). Es cierto que muchas veces he improvisado algún texto en Facebook. Generalmente, se trata de textos que añado a mis fotografías, con la intención de expresar algo, llevando al lector de la mano hacia el punto al que quiera llegar. Pero cada vez le doy menos importancia a las redes en el sentido literario estricto. Por la inmediatez que conlleva escribir en una red social, es fácil escribir algún texto corto sobre cualquier tema, en el que resulta imposible explayarse y que puede resultar demasiado simple para un problema complejo. Adicionalmente, tenemos que tener en cuenta el móvil como herramienta para llegar todavía más rápido a la red, con sus pequeños teclados, para nuestros acelerados y gruesos dedos, que tan frecuentemente dan como resultado un inesperado baile, por ejemplo, entre la b y la v, baile este que queda francamente mal si pretendes escribir un texto literario con una mínima calidad. Están los correctores, sí, pero no siempre responden a lo que uno pretende escribir, y te cambian palabras que no querías cambiar... Me exasperan esas cosas.

Así que, actualmente, prefiero tomar mis notas en una libreta que trato de llevar conmigo a todas partes, y es ahí, y en el clásico programa Word, donde sí me ejercito. De este modo, si escribo algo en Facebook con una intención literaria de cierta seriedad, ya viene trabajado en otros medios más clásicos.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

Cuando escribes novela histórica, la veracidad se convierte en un tema capital. Incluso la parte de creatividad literaria que conlleva escribir una novela, y no un estudio histórico o un ensayo, es imperiosamente necesario que resulte creíble. En este sentido, las primeras fuentes serán las primarias, las que nacen de la propia experiencia de quien vivió el hecho concreto sobre el que se pretende escribir. En mi caso, para escribir 'El Monje de Hierro' estudié las cartas del duque de Ormonde con Alberoni, las memorias de James Keith, diversos estudios de historiadores, investigué las fuentes de algunos archivos históricos (Simancas, Archivo Naval de Madrid).

Adicionalmente, es muy útil saber cómo hablaban en aquel tiempo para darle voz a los personajes. Robert Louis Stevenson me resultó muy útil, y divertido ('La isla del tesoro', 'El señor de Ballantrae'). Después está Walter Scott, que no es contemporáneo a los sucesos de la novela, nació 62 años más tarde, pero por su condición de escocés poseía una serie de conocimientos sobre las gentes de su tierra que yo no tenía y me aportaron solidez. Su obra 'Rob Roy' me puso en contacto con el famoso héroe escocés, a través de su visión romántica.

En definitiva, me gusta empaparme de los clásicos.

Actualmente, estoy leyendo algunos ensayos históricos de autores actuales sobre las primeras décadas del siglo XVIII.

Adicionalmente, otros grandes escritores me han enamorado y en algún momento se puede apreciar algún tipo de influencia. El 'alma' de Poe, por ejemplo, está presente en la presentación que hago del hombre de la máscara dorada. La influencia de Tolstoi no es tan clara en esta obra, pero siempre está ahí.

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

No sigo ningún blog en la actualidad. A veces sigo páginas de Facebook relacionadas con la historia o la fotografía, pero ninguna de continuo.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

Vive y deja vivir.

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