La Alcaldía de Astorga depende de un voto rasgado y la Justicia tiene la última palabra

Este único voto de la discordia, de la mesa 1-1A, decantará la Alcaldía de Astorga hacia derecha o izquierda.

Un voto, una sola papeleta, un trozo de papel rasgado mantiene en vilo la gobernabilidad del Ayuntamiento de Astorga. De ese sufragio, considerado nulo desde la noche electoral del 26 de mayo y aún a día de hoy de manera formal, depende que el Partido Popular (PP) sume un octavo concejal a los siete que le concede el resultado final, y también que el PSOE se quede con seis ediles cuando ahora suma siete. O bien que sigan empatados en el número de actas, tal y como está ahora mismo la situación.

Del TSJ, finalmente, dependerá si hay un gobierno de derechas, encabezado por José Luis Nieto, en minoría como lista más votada o bien con el unico concejal de UPL, o de izquierdas, con un más que probable pacto del veterano Juanjo Alonso Perandones con los dos concejales de Izquierda Unida.

Dependerá de tres magistrados de la sala porque los recursos interpuestos por el PP primero ante la Junta Electoral de Zona, en Astorga, y después ante la Central, en Madrid, han sido coincidentes: ese voto rasgado es nulo y no le suma a los populares. Punto. Pero ante ambos pronunciamientos, el partido cuya lista encabezaba Nieto ha presentado -y ha sido admitido- un recurso contencioso electoral ante el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Castilla y León, con sede en Valladolid.

La historia de la papeleta vital tiene su miga y viene reflejada en el recurso judicial planteado por el PP, un documento extensísimo de casi 30 folios que incorpora hasta pruebas tales como un vídeo de recreación de la noche electoral y declaraciones ante notario de los protagonistas, dada la trascendencia del resultado.

El dichoso voto de la mesa 1-1A

En base a esas declaraciones, el dichoso voto en litigio se extrajo el 26M de la urna de las elecciones municipales situada en la mesa 1-1A de Astorga. Cuando su presidente abrió los sobres más complejos, algunos cerrados son saliva y otros con celo, apareció un voto “rasgado parcialmente por donde estaban doblados, sin llegar a estar roto totalmente”. Hasta la apoderada del PSOE presente “manifestó si no se habrían roto al abrir los sobres”, rememora el presidente.

Ante la duda, “decidí declararlos nulos y remitirlos a la Junta Electoral de Zona para que decidirse si eran válidos o nulos”, declara. Una decisión que ya protestó entonces el único interventor presente, del Partido Popular, quien le recriminó con la frase “Presidente, otro más que declaras nulo”.

El recurso incorpora una fotografía (que ilustra esta información) del sufragio de la discordia y el PP defiende ante el juez que, al encontrarse doblado “en cuatro partes” y por haberse cerrado “con celo o pegamento”, se pudo haber “rasgado accidentalmente la papeleta en los dos bordes” donde se había doblado.

Aunque, no menos importante, admite incluso el PP que “se pudo acrecentar el rasgado inicial” o incluso pudo haber alguna otra rotura “menor en el otro extremo” que había estado causado, según entienden, “como consecuencias de la firma por los miembros de la mesa y del interventor” popular. Firmas que se aprecian en la imagen.

Pero incluso así, defienden ante el juez que “las rasgaduras existentes en la papeleta se han producido de forma accidental y no intencional o voluntaria por parte del elector”, algo especialmente relevante, entienden, con la Ley Electoral en la mano y abundante jurisprudencia que detallan.

Un curioso vídeo de 'cómo pudo haber sido'

Pero el intento de Nieto y el PP por lograr la validez de esa papeleta hoy nula va más allá: ante notario se ha grabado un vídeo con un teléfono móvil recreando las condiciones de la extracción del sobre de esa papeletas doblada y rasgada, quién sabe si antes o después. El vídeo dura 2 minutos y 55 segundos y se supone que podría convencer al juez con diversas hipótesis.

Para ello, simularon en la notaría de Astorga meter cuatro papeletas electorales idénticas a la real en cuatro sobres “cerrados de formas diferentes: el primero con celo, el segundo con pegamento en barra, el tercero con su propia cola situada en el reverso y el cuarto simplemente doblando la pestaña”.

La conclusión ante el notario contratado por el PP es que “de la filmación resulta que al extraer las papeletas en sobres cerrados con pegamento en barra y celo, aquellas están rotas en ambos márgenes laterales” mientras “por el contrario, las depositadas en sobres cerrados las papeletas se extraen intactas”. Esto, afirma el PP, “evidencia el carácter accidental de las rasgaduras existentes” y por lo tanto su validez, defienden a capa y espada.

Piden al juez estudiar por primera vez las pruebas materiales

Por todo eso, y porque el PP se juega mucho con ese único y controvertido voto de la mesa 1-1-A de Astorga, sus letrados piden al TSJ que admita todas la fotografía de la fotocopia del sufragio, el vídeo grabado en un CD sobre las simulaciones de apertura, las actas notariales y documentos oficiales referidos a la papeleta de la discordia, así como que tome declaración en persona del presidente de la mesa y el interventor del PP aquella noche. Porque defienden que ante las Juntas Electorales todas esas pruebas no se pudieron exponer.

Está, por lo tanto, en manos del juez admitir o no tales y tan llamativas como desesperadas pruebas, en la que el PP deposita toda sus esperanza de que gobierne el mismo José Luis Nieto que ya en el año 2003, hace 16 años, consiguió romper al socialista Perandones su mayoría absoluta, pero que también se quedó a las puertas de gobernar al cerrar el PSOE un pacto con UPL. Esta reedición del duelo Nieto-Perandones dará tanto que hablar como entonces. O más.

En todo caso, la simple presentación de este recurso a la desesperada del PP retrasará, como en el caso del Ayuntamiento de León, también muy polémico, la toma de posesión de la nueva Corporación y la elección del nuevo alcalde de Astorga hasta el 5 de julio.

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