Luis Mariano Mateos: “El cambio climático podría haber traído otro virus mucho más mortal, hemos tenido suerte”

Luis Mariano Mateos, director del Departamento de Biología Molecular de la ULE.

Jesús María López de Uribe

“Después de todo, hemos tenido algo de suerte; porque si en vez de este coronavirus llega a ser otro similar al del ébola, con entre un 50 y 70% de mortalidad, la crisis podía haber sido completamente catastrófica. Aunque parezca mentira es suerte porque la naturaleza nos ha dado un aviso que, incluso con las consecuencias que vemos estos días que nos parecen terribles, áun podemos controlar si mejoramos la inversión en Sanidad e Investigación en el futuro”.

Luis Mariano Mateos Delgado es el director del Departamento de Biología Molecular de la Universidad de León, y aunque su especialidad son las bacterias, es profesor de Virología. “De forma teórica porque no soy investigador en la materia”, reconoce, pero uno de los profesores más valorados por sus alumnos por su forma de explicar una disciplina tan complicada, y muy valorado por la comunidad científica como un experto en microorganismos. Su visión de la crisis de la enfermedad Covid-19 es seria, dura, incluso descarnada; pero necesaria para que no se vuelvan a cometer los mismos errores de estos días.

Mateos es doctor en Ciencias Biológicas por la ULE, y ha realizado estudios posdoctorales como complemento de sus actividades investigadoras en las Universidades de Bielefeld (Alemania) y Gante (Bélgica). Imparte docencia en los Grados de Biotecnología y Biología y Ciencias Ambientales, así como en el Master 'Investigación en Biología Fundamental y Biomedicina'.

ILEON.COM ha contactado con él para conocer algo más del 'enemigo' de parte de un experto. Un teórico de la virología, sí; pero un gran entendido de lo que son los virus que es capaz de explicarlo con metáforas muy cercanas y certeras. Y en la conversación han salido a relucir otro tipo de 'derivadas' sobre esta pandemia denominada Covid-19, como la importancia de controlar el cambio climático “para evitar que virus u otras enfermedades que se dan en otras latitudes tropicales lleguen a España si se da el aumento de la temperatura”; o que la falta de inversión en Sanidad e investigación en España “nos ha dejado en una posición precaria con sanitarios sin equipos de protección, la población sin máscaras, ha colapsado el sistema sanitario por un déficit enorme de inversión y eso se ve ahora”.

“Y por falta de inversión en estos temas tendremos que esperar más tiempo para obtener una vacuna, aunque lo principal ahora mismo sea encontrar antivirales, porque una vacuna, que es preventiva, tardará un año o dos en llegar; y lo más probable que el coronavirus vuelva con otra cepa a finales de año”, asegura.

Mateos Delgado es franco y duro, incluso descarnado cuando comenta la situación. Sabe que hay gente que se espantará con lo que dice de que “en el fondo, hemos tenido suerte con el SARS-CoV-2”, pero lo tiene clarísimo: “Es que es un virus con una relativa baja mortalidad. De haber sufrido una pandemia como la del ébola o el Marburg, las consecuencias sí habrían sido realmente catastróficas, apocalípticas”. Pero añade una crítica, paradójicamente esperanzadora: “De todas maneras, lo que ocurre es que virus como el ébola se dan en lugares como África, que tenemos completamente olvidados y despreciados, y no se investiga lo suficiente; pero si apareciara en el mundo civilizado, sí encontraríamos remedio relativamente rápido, como ocurrirá con esta pandemia”.

Luis Mariano Mateos, sin embargo, explicó cómo era el 'enemigo', las soluciones para luchar contra él, los problemas que hemos tenido para afrontarlos y las soluciones, que se detallan aquí para que todos puedan entender con el mayor rigor posble a qué nos enfrentamos. “Habría sido un apocalipsis, pero afortunadamente el SARS-CoV-2 no es tan mortal como parece ahora mismo”, destaca a contracorriente de lo que se ve ahora mismo en las noticias.

Cómo es el 'enemigo': ¿Qué es un virus?

“Los virus son microorganismos que no se consideran seres vivos porque no son capaces de realizar por sí mismos funciones reproductivas. Son parasitos intracelulares obligados, que necesitan de un hospedador para replicarse. Sin el objetivo, las células del hospedador, no son nada, son partículas inertes”, explica.

“Los virus son parásitos en su propio beneficio”, se multiplican y se reproducen dentro de las células. En el caso del SARS-CoV-2 y los virus de la gripe su genoma está compuesto de ARN (ácido ribonucléico) y no de ADN. Que haya surgido un virus así, que haya pasado de animales a humanos, lo que se llama zoonosis, es parte de la naturaleza de estos microorganismos. “Los virus cometen muchos 'errores' en su copiado. Las proteínas que los forman tienen variedades, como pasa con la gripe, y si consiguen un valor evolutivo positivo, pueden infectar a un humano porque reconocen un receptor en las células de los seres humanos”. Ésto es lo que se define como 'la llave'. Para poder replicarse, las proteínas 'S' de los virus tienen que 'encajar' con el ADN humano como si fueran una llave; si no lo consiguen no pasan de los animales ni afectan a otros seres vivos.

Pero los virus mutan porque los sistemas inmunes de los hospedadores los atacan, “pero digamos que no son 'tontos', aunque no tengan inteligencia, este tipo de microorganismos infectan lo justo y necesario, para poder sobrevivir, si mataran a todos sus hospedadores no podrían seguir replicándose”. Apunta que hay animales como los murciélagos –uno de los candidatos del paso de una especie a la humana del virus de la enfermedad Covid-19 junto con el pangolín– que son “cócteles de virus con un sistema inmune defensivo de la leche, que hacen que los virus no puedan con él y se repliquen a grandes velocidades sin hacerles daño”; y que se pueda dar, por mera probabilidad, una mutación exitosa que provoque una zoonosis, que es precisamente una enfermedad que pasa de un animal a los seres humanos.

Es decir, que el SARS-CoV-2, o algo similar, tenía que aparecer sí o sí por mera probabilidad. Eso sí, los virus fuera de los seres vivos son estructuras de proteínas que se 'deshacen' en poco tiempo. “Y en el caso de los coronavirus su estructura es muy débil y se destruyen con más rapidez en el medio ambiente”, afirma el profesor.

¿Qué son los coronavirus y el Covid-19?

La ya conocida para la Historia pandemia Covid-19, cuyo virus se denomina SARS-CoV-2 (el SARS-CoV-1 se desató en la provincia china de Cantón en noviembre de 2002 e infectó a 8.422 personas y mató a 916 de ellas hasta agosto de 2003), es uno de los siete coronavirus que afectan a humanos que existen. Estos virus fueron descubiertos en la década de los años 30 del siglo XX, pero prevalentes en aves de corral y causan enfermedades respiratorias, gastrointestinales, hepáticas y neurológicas en animales. Únicamente se conocen 7 coronavirus causantes de enfermedad en los seres humanos.

No todos son letales, cuatro de ellos causan síntomas del resfriado común, aunque pueden complicarse en extraños casos. Los tres que sí pueden llegar a causar muertes son los dos SARS (siglas en inglés que significan 'síndrome respiratorio agudo grave'), de los que hay estas dos cepas, y el MERS (síndrome respiratorio de oriente medio).

En el caso del SARS-CoV-2, la estructura protéica “es muy delicada”, asegura. “Su capa externa es de tipo membranoso y es muy vulnerable a la sequedad, las radiaciones y el paso del tiempo”. Es relativamente débil fuera de sus huéspedes, los humanos. “Además se mantiene un tiempo muy pequeño en el aire, eso quiere decir que aunque tosa alguien, el efecto aerosol de contagio se da en el momento, no dura una hora”, expone.

¿Puede volver el coronavirus el año que viene?

Por desgracia sí: “Pasa un poco como la gripe, un virus de polaridad negativa. Todos sabemos que cada año dependiendo de la cepa viene más o menos fuerte. Esto pasa por la replicación de las proteínas y por probabilidad dan con una 'solución' que vence al sistema inmunitario que ya se acostumbró a la gripe del año anterior”.

Afortunadamente “los virus son muy cucos, no les interesa 'matar mucho' para poder diseminarse”, con lo que es posible que si el ser humano consigue la inmunidad de grupo y las vacunas –y que ya estaremos más preparados con material de protección y la Sanidad más equipada, no nos pillará con la guardia baja como ahora–, un posible retorno de un tercer SARS-CoV impacte mucho menos de como lo ha hecho ahora“.

“Las proteínas podrán ser distintas y puede que las defensas no lo conozcan bien, pero como existe vacuna contra la gripe y es común pasarla todos los años los seres humanos estamos más inmunizados. Los virus son, digamos, como las marcas de coches. Te puedes conocer todas las marcas de coches de Renault, ser un experto en conducirlos. Lo que pasa es que no es lo mismo tener un Renault y que de repente te hagan conducir un Ferrari, te va a costar un poco y puede que en un momento dado lo pases un poco mal; pero hay que imaginar que de repente te ponen en un modelo de coche que desconoces por completo, puedes tener un accidente, y eso sería un ejemplo para entender cómo funciona nuestro sistema inmune con los virus”, explica en una de sus metáforas para que todo el mundo entienda de forma sencilla por qué las vacunas no sirven a veces para evitar no coger una enfermedad. “En función de tus defensas, y si saben 'conducir' al final te adaptas bien, responden y no pasa gran cosa, pero como desconozcamos el modelo de vehículo es cuando ocurren las desgracias”.

De todas maneras, siguiendo el símil, lo raro es que a pongan a conducir un vehículo totalmente desconocido, que es por lo que muchas personas se ponen graves y pueden llegar a morir. Y si encima la persona está perjudicada por otras enfermedades o complicaciones, pues puede casi asegurarse que en un altísimo porcentaje todo terminará en una circunstancia fatal. Conducir un Ferrari ciego obligado a llegar a un lugar en un muy corto espacio de tiempo no es buena cosa; si se hace con un vehículo completamente desconocido, como un tanque, ciego y sin un brazo, puede ser mortal. El virus de la pandemia Covid-19 es ese tanque que arrasa con todo porque algunos pacientes tienen patologías previas y otros, que en teoría deberían saber conducirlo, no lo saben hacer y se estrellan con todo lo que hay alrededor causando gran desastre.

Eso sí, Luis Mariano Mateos advierte: “Estamos dándole mucha importancia a descubrir una vacuna para esta pandemia. Es lógico que todos la quieran, todos la queramos, como la de la gripe, pero no es lo principal ahora; porque va a tardar. Lo que es verdaderamente acuciante ahora es encontrar antivirales efectivos para salvar a los pacientes. Ahí es donde los médicos están poniendo el foco lógicamente y es lo mejor que podríamos tener ahora, ya que hasta al menos un año la vacuna no estará disponible”. Y luego hay que distribuirla, lo cual será algo parecido a otra película de terror.

¿Cuánta gente está infectada realmente?

Otra de las cosas que quiere dejar claro Mateos es que “hay más gente infectada de lo que las autoridades dicen”. No es que signifique que mientan a sabiendas, ya que el problema está “en la posibilidad de detección del virus”, que en estos momentos es escasa por la carencia de pruebas diagnósticas. Si la mayoría de los afectados, el 75 o el 80%, son asintomáticos, o lo han pasado con “patología gruesa”, la cifra ha de ser mayor.

“El porcentaje de muertes –que conocemos por los datos de hospitalizados– no tiene nada que ver con la realidad”, aclara, “no es el 10% sino un porcentaje mucho menor lo que puede causa el SARS-CoV-2. Podría estar entre un 1% o bajar incluso a un 0,5% cuando se conozcan los datos totales de contagiados”. La tasa de mortalidad del nuevo coronavirus sería del 1,38%, según la revista 'The Lancet'. En España, como mínimo, ha podido pasarlo un millón de personas, “aunque hay estudios como el del Imperial College de Londres que apunta que podrían ser siete millones”, puntualiza, lo que bajaría notablemente el porcentaje de muerte hospitalaria que vemos ahora en los medios de comunicación.

“Un 10% no es creíble”, recalca, “los datos puros y duros que se conocen estos días no son los correctos, y los otros son estimaciones, no es la realidad. La gente está muy alarmada y tampoco es para estar con el miedo éste”, tranquiliza Mateos; aunque matiza después: “De todas maneras tampoco hay que perder todo el miedo, sino que hay que tenerle respeto; hay que estar concienciado de que hay que tener precauciones por lo que pueda pasar”.

¿Mascarilla sí o no? Críticas a la falta de previsión

Otra cosa que tiene clara el experto de la Universidad de León es que “mascarilla, sí”. “No tanto para evitar infectarse, que también, sino para no contagiar a los demás”. Recuerda que la mayoría de las personas lo pasan de forma asintomática y que son los principales transmisores de la afección Covid-19.

También critica la falta de previsión de los gobiernos, que han dejado expuestos a los sanitarios. “Una de las causas del altísimo nivel de contagio es la falta de equipos de protección para los sanitarios. Eso causa muchos problemas porque no hay infraestructuras, material ni medidas de seguridad, nos ha pillado por una crisis sanitaria importante; que no ha permitido que la Sanidad Pública esté preparada, pese a que se ha venido advirtiendo años”, critica.

“La situación que vivimos ahora, confinados en casa, responde un poco a ésto, porque los profesionales sanitarios que tenemos son muy buenos, pero no tienen los medios necesarios ni para protegerse del contagio”. Lo que muchos ciudadanos, y ellos mismos, consideran haberles mandado a la 'guerra' sin armaduras, directamente al 'matadero' y por lo que hay gran preocupación e indignación. Hoy mismo se ha sabido que hay 191 infectados entre los que tratan a los pacientes diagnosticados con la plaga Covid-19 en los hospitales de la provincia de León.

¿La solución futura para evitar otra crisis de estas características si vuelve otra cepa? “Realizar más pruebas diagnósticas”. La falta de tests es una de las cosas que más ha indignado a los ciudadanos y él pone el ejemplo a seguir, el de Corea. “No sólo comprobar el estado de salud de todo el mundo, sino controlar a los positivos mediante la tecnología, con el GPS, y a todos los que han estado en contacto con ellos”.

“Es paradójico, es la tecnología la que nos puede ayudar, pero también la que ha causado el embrollo. Pero así somos los seres humanos, la necesitamos y no podemos permitirnos no invertir en ella”, manifiesta. En este caso, la posibilidad de que hasta beneficie esta circunstancia a León en algo se hace evidente con la importancia que tomará la Biotecnología en los tiempos que han de venir, en la que la Universidad apostó hace años con gran éxito; y con el fuerte sector biotecnológico industrial que existe en la provincia.

¿Cuándo saldremos de la cuarentena?

Luis Mariano Mateos no es esperanzador cuando se le pregunta que cuándo podremos volver a vivir una vida normal y salir a la calle. “No lo veo antes de junio”, afirma. “En la Universidad de León ya nos han dicho que se acabaron las clases presenciales, y éstas terminaban el 31 de mayo; eso lo dice todo”.

La primera victoria contra el coronavirus ya está llegando, eso sí. “Es importante que el factor de multiplicación de contagio llegue a uno (y parece que ya lo está haciendo), porque eso significa que no aumentan los casos y entonces entramos en la meseta y nos preparamos para bajar la curva hasta lo que se llama el 'R0'. Y aunque es una victoria, que quiere decir que se está ganando la batalla, no es haber ganado la guerra. Si cuando está bajando el número de contagios aflojas el confinamiento, volveremos atrás hasta la situación de estas dos semanas que hemos pasado. Hay que tener cuidado”.

Él calcula que estaremos con las condiciones del primer estado de alarma “por lo menos otro mes”, si el Gobierno deja salir antes “sería por la actividad económica, buscando un equilibrio entre la salud y la economía, porque es cierto que muchos lo van a pasar mal si dura mucho”.

Pero lo que nos espera es que salgamos “en mayo o junio” con protección bucal y guantes. “Vamos a tener que adoptar la cultura de los países asiáticos con las mascarillas cada vez que hay una enfermedad contagiosa, de eso no vamos a librarnos”. Es muy probable también que hasta que no se adelante el verano no se permitan las concentraciones ni los espectáculos en lugares cerrados, con lo cual nos podemos ir olvidando de los bares durante un tiempo. En una ironía del destino, lo insólito y extraño será cuando los españoles puedan salir a la calle, pero no ir al bar a celebrarlo.

“Pese a todo lo duro que resulta, hemos tenido suerte; esto es un aviso de cara al futuro”

De todas maneras, pese a las críticas, es consciente que mensurar los datos en medio de una riada es algo imposible y que buscar las causas en estas situaciones en las que lo principal es frenarla no es lo más adecuado. Reconoce que los gobernantes “han tenido que valorar entre la salud pública y la economía”, porque la pandemia se puede llevar por delante muchos negocios y vidas una vez se controle. “¿Cómo se iba a imaginar nadie todo ésto? ¿Pero cuando ves que todos caen, qué opinión tendría la gente si no hay medidas de confinamiento? Eso sí, nadie pensaba que ésto fuera a ser algo tan distópico, sin casi gente en la calle, encerrados en calle semanas y sin ir a trabajar. No se puede negar que parece Chernóbil”.

“Pese a todas las malas noticias, hay que indicar que hemos tenido suerte; el ébola sí que es 'el virus del miedo'. Si llega a ser uno de éstos con tanta mortalidad, no habríamos podido hacer nada. ”En el fondo, pese a lo cruel que parezca tras ver el impacto que ha tenido en muertos y en nuestra sociedad, hemos tenido suerte. Podría haber sido muchísimo peor. Eso sí, tenemos que ser capaces de comprender que esto es un aviso de cara al futuro y aportar soluciones que sirvan no sólo para salvar nuestras vidas sino mejorar la Sanidad y las condiciones del planeta“.

Ojo con los peligros del cambio climático

Otra de las cosas sobre las que puso el dedo sobre la llaga Luis Mariano Mateos es que todo está interconectado y que la crisis climática es uno de los factores que tiene que ver en la expansión de este coronavirus mortal en todo el mundo, junto con la globalización.

“Es evidente que un mundo interconectado ha acelerado la transmisión del SARS-CoV-2 que se ha convertido en una pandemia global en nada de tiempo, un par de meses. Y también, que hay que tenerlo en cuenta, que las Redes Sociales e Internet han provocado la expansión de otro virus, el del miedo y los bulos que también habría que combatir porque a veces hacen más daño que el propio microorganismo en sí; pero el cambio climático es un factor esencial para que se produzcan las zoonosis, la transmisión de animales a humanos”, advierte.

La también llamada crisis climática es crucial para entender por qué se producen más zoonosis que antaño. “Si los bosques van desapareciendo, los animales silvestres tienen que salir de ellos para sobrevivir. Por eso se les ve más por las zonas pobladas. Y éstos, al tener más contacto con los seres humanos, pueden transmitir, por probabilidad, una de estas mutaciones zoonóticas de los virus”.

Pero no sólo eso. Hay que tener en cuenta que virus como el ébola, tan terrorífico, sólo se da en ciertas zonas con ciertas condiciones de temperatura. En Europa estas enfermedades contagiosas tienen pocas probabilidades de ser endémicas. “¿Pero y si aumenta la temperatura global y entonces sí pueden ser prevalentes en España?”, se pregunta. No hay que olvidar que la Organización Mundial de la Salud declaró erradicado el paludismo (la malaria), en la Península Ibérica; pero si siguen aumentando las temperaturas podría volver a darse aquí. Podría pasar lo mismo para virus que sólo se dan en lugares lejanos, olvidados.

“Si el cambio climático promueve que esos animales que se mueven en esas latitudes puedan vivir aquí, si esos virus dejan de estar confinados en esos lugares alejados, sólo habría que imaginar la situación. Aunque también es cierto que esos microorganismos, al estar tan lejos, no importan tanto a los gobiernos del primer mundo. Si llegaran aquí se solucionaría el problema más pronto, pero después de un susto posíblemente mucho mayor y de consecuencias más crueles todavía que éste”.

Mateos Delgado manifiesta su contrariedad porque “algunos equipos estuvieron trabajando en la investigación contra el ébola, pero se quedaron sin financiación porque la cruda realidad es que pasaba en África y al primer mundo le importa muy poco la gente de ese continente”. Pero a la vez resalta que la situación de la financiación científica en España, crucial para los tiempos futuros que vienen “es lamentable”. “No sé cómo podemos investigar con los palos que nos han dado en la última década, casi no sé ni cómo podemos siquiera publicar”, remacha.

“Esto es un gran aviso, la naturaleza se autorregula y la selección natural se lleva a los más débiles, que es por desgracia lo que está pasando en esta crisis de la pandemia Covid-19 con la muerte de personas que habíamos conseguido que superaran sus expectativas de vida incluso con los recortes en la Sanidad; pero éstos se pagan cuando llega algo así”, subraya.

¿Y los antivacunas, qué?

Otra cosa que se le preguntó por parte de este digital fue que si esta crisis del coronavirus acabaría con las increíbles posturas negacionistas de los antivacunas. Pocas personas no tienen meridianamente claro ahora mismo que éstos se van a vacunar, aunque no lo cuenten, cuando los investigadores consigan sacarla adelante; pero que intentarán seguir de forma hipócrita criticando a las Farmacéuticas inventándose cualquier conspiración para sostener sus irracionales y falsas diatribas.

Por supuesto Mateo Delgado los critica. “Su postura es muy irresponsable. Hay que tener en cuenta de que hablamos de que el SARS-CoV-2 tiene una tasa replicativa de 'R3' y pensamos que es una barbaridad. Pues en el caso del sarampión, que no es precisamente otro virus inocuo ya que antes de la vacuna mataba a millones, tiene una de 'R12', cuatro veces superior”. ¿Cómo es posible que se permita que haya gente que esté en contra de las vacunas entonces? Él duda mucho que a partir de este trauma se les permita seguir defendiendo ésto como si nada, “porque la gente estará mucho más concienciada con las medidas higiénicas y de salud”.

“Una de las cosas buenas de todo ésto es que a los antivacunas se les ha caído su peligroso discurso, aunque siempre ocurre que cuando la ciencia avanza hay gente que va en dirección retrógrada, hasta que llega un aviso como éste”, señala.

Invertir en Sanidad e Investigación, más crucial que nunca

“Hemos tenido un altísimo nivel de contagio por los muchos problemas que hemos tenido por culpa de no tener la infraestructura sanitaria adecuada, ni las medidas de protección necesarias, nos ha pillado porque ya teníamos una crisis sanitaria importante”, recuerda Luis Mariano Mateos.

“Tenemos que cambiar, tomar lecciones de todo ésto, tener en cuenta que en tiempos de crisis también hay esperanza porque llegan grandes ideas. No podemos permitirnos, tras ver las consecuencias, tener la Investigación y la Sanidad tiradas por los suelos, no podemos ignorar las consecuencias del cambio climático. No con este aviso. No con estos tipos de virus. Esto no es una cosa banal como ha venido pareciendo por los avances médicos del último siglo. Pero nos va a servir para aprender la lección, por lo difícil que está resultando ésta”, termina el experto biotecnólogo de la Universidad de León.

Ahora es cuestión de que la población se lo exija a los políticos, más allá de las críticas por su gestión en esta la primera fase de los tiempos del coronavirus. Sin excusas.

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