Villadangos rebaja tensiones tras el concejo más polémico de su historia y obligado a cumplir con la memoria histórica

Ayuntamiento de Villadangos del Páramo. Foto: Javier García

Antonio Vega

Cuando uno pasa por esta época por Villadangos del Páramo desde la autopista León-Astorga lo hace al lado del cementerio tristemente más famoso de la provincia de León y un enorme mar de cultivos de maíz que llegan hasta el río Órbigo, ubicado en la siguiente salida de la vía rápida. Porque si algo define el Villadangos actual son sus carreteras, con la icónica N-120 como eje principal y Camino de Santiago, el agua del regadío que hace que sea uno de los epicentros de este cultivo, y su polígono industrial, la joya de la corona industrial de todo León.

Villadangos ha saltado a los titulares en estos días veraniegos por la negativa en un concejo abierto a facilitar excavaciones en el cementerio de la localidad para buscar a 71 fusilados durante la guerra civil que fueron asesinados en parajes de la localidad y luego llevados al camposanto por vecinos que evitaron dejarlos donde se les dio una vil muerte. Una decisión incomprensible para los familiares y la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) y que hizo intervenir a la Junta de Castilla y León para hacer que se cumpla la ley.

Lo sucedido en el concejo, con graves menosprecios a los fusilados y sus familias, ha sobresaltado la localidad como nunca, envuelta en una polémica a la que ninguno de sus vecinos y cargos públicos están acostumbrados. Aunque una semana después de la votación la tensión ha ido menguando, “no el debate” apunta un vecino, en la localidad se respira cierta hostilidad a quién pregunta por la opinión de lo acontecido, como han sufrido algunos periodistas que hasta allí se han acercado. Lo reconocen tanto desde la Junta Vecinal como desde el Ayuntamiento aunque aspiran a que después de la llamada al orden del Gobierno autonómico las aguas se calmen totalmente.

Villadangos se ubica en el Páramo, una de las comarcas más ricas de la provincia leonesa. El agua del regadío convirtió parajes de secano y agricultura de prácticamente subsistencia en un vergel de gran producción y beneficios. Una de las más ricas y de las más conservadoras. Los parameses tienen fama de duros negociantes y un carácter forjado por las condiciones del campo, aunque ahora sea su polígono industrial el mayor generador de empleo, incluso para la cercana ciudad de León. Y el paramés político más 'ilustre' es el exministro franquista Rodolfo Martín Villa, controvertida figura que nunca ha rendido cuentas.

De la veintena de municipios en cuyo territorio hay Páramo, total o parcialmente, en 15 gobierna el Partido Popular, como el propio Villadangos. Y en apenas 2 lo hace la izquierda con el PSOE. En la década de los años 60 el desarrollismo franquista impulsaba el Canal de Villadangos, que entraba en funcionamiento para regar miles de hectáreas con agua proveniente del río Órbigo y uno de los pantanos, Barrios de Luna, que anegó pueblos enteros para llevar agua a la agricultura del Páramo. Hoy en día, para garantizar el riego, hay en proyecto nuevos pantanos a pocos kilómetros de Villadangos, en Carrizo de la Ribera, muy polémicos por su ubicación aunque en esta ocasión no inundarían ningún pueblo. De hecho, el viejo riego del Páramo afronta ahora su modernización, lo que implicará fuertes inversiones públicas y de los propios regantes, lo que puede suponer un reajuste debido a la edad media de los agricultores, explica uno de ellos. El Camino de Santiago es la tercera pata económica del municipio, aunque con menor relevancia que la agricultura o el sector industrial y logístico.

En los últimos años Villadangos sale en los medios con noticias relacionadas con su polígono industrial, tanto para bien como para mal. La peor noticia fue la decisión de la multinacional Vestas de cerrar su factoría en 2018 y dejar en la calle a casi 400 trabajadores. La intervención de los Gobiernos central y autonómico encontraron una solución y un comprador (Network Steel) que ha cambiado la actividad pero promete mantener e incluso superar el empleo previo. En el Ayuntamiento de Villadangos celebró la ministra de Industria, Reyes Maroto, la solución a uno de sus primeros 'marrones' que se encontró cuando llegó al cargo, vitoreada por los entonces trabajadores de Vestas.

La ampliación del polígono industrial del municipio, donde se asientan gigantes como Mercadona o Decathlon o destacadas empresas leonesas como Miguélez, afecta precisamente a los lugares donde fueron fusiladas 71 personas sin ningún tipo de juicio en 1936. El propio Ayuntamiento de Villadangos elevó un informe en septiembre de 2020 a los familiares y a la ARMH asegurando que esa ampliación no afectaba, ya que los cuerpos de los fusilados se trasladaron al cementerio, lo que motivó a los familiares a volver a intentar su exhumación con la colaboración de la asociación de memoria histórica.

El polígono es especialmente 'mimado' por la Junta de Castilla y León, que financió su construcción a principios de los 2000. Prueba de ello es que diseñó un plan específico para atraer proyectos empresariales a Villadangos, extendido hasta 2022, con inversiones e incentivos cómo construir una línea ferroviaria. En esta zona industrial trabajan la mayoría de los vecinos de Villadangos menores de 45 años, mientras que los mayores siguen dedicándose de forma mayoritaria a la agricultura.

'Ambiente raro'

Los medios que se han acercado estos días a Villadangos del Páramo no han sido muy bien recibidos, incluso con algún insulto fruto de la tensión provocada por la votación del concejo, y quienes acceden a dar su opinión piden anonimato, aunque todos los cargos públicos contactados por este periódico sí han accedido a contestar a las preguntas planteadas.

“El ambiente está un poco raro pero algunos que defienden la postura esa de que a mi que no me toques esto porque es mío, yo creo que son una minoría bastante grande. La mayor parte de la gente creo que siente vergüenza de lo que pasó y calla”, valora el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, José Antonio Villadangos. En ese sentimiento de vergüenza por lo sucedido coinciden en mayor o menor medida los otros portavoces de la oposición, señalando que la votación ha perjudicado la imagen del pueblo y municipio, “Fueron ganas de complicarse la vida. Está por ley y se debe hacer y ya está. No hay que darle más vueltas”, explica Felipe Vidales, de UPL. Para la portavoz de Ciudadanos, Mónica Martínez, “en este momento la imagen del pueblo está regular pero esperemos que todo mejore con el tiempo”, pidiendo que se valore como en 1936 “Villadangos fue un pueblo que actuó de forma ejemplar” dando una sepultura a los fusilados.

Dos de los vecinos que han accedido a valorar lo sucedido de forma anónima coinciden en que la votación fue un error tal y como estaba planteada y que ha habido “demasiado lío”. “La imagen del pueblo ha quedado mal, si nos mienten con esto... en qué no nos mentirán”, contesta otro. Ninguno valora negativamente que el asunto de las exhumaciones se llevara al concejo, pero ambos consideran que si no se podía votar, haberlo hecho con la participación de apenas 36 de los más de 700 vecinos adultos censados fue un grave error. El concejo del último viernes de agosto no fue el único en que se trató el tema, ya que semanas antes hubo otro con no menos tensión y enfrentamiento, aunque lo único que se decidió fue votar más adelante la propuesta de excavación de la ARMH.

“La mayoría de la gente es de bien, es de sí”, asegura uno de los vecinos que sí acudió al concejo y votó a favor de autorizar la exhumación. Según él todo se debe a “un grupín organizado... el caciquismo sigue existiendo por aquí”. Entiende que “siempre quedará el rencor de ahí de unos a otros, pero se olvidará” y en su opinión “al final gana la sensatez” y habrá exhumaciones y respeto a las actuales tumbas del cementerio

Una vecina consultada espera que al final se imponga la cordura y no haya problemas con las exhumaciones, “los que están en contra se tendrán que aguantar”, reconociendo su tristeza por las críticas recibidas por la localidad, “a nadie le gusta que hablen como se ha hablado”. Y sobre el grupo que ha llevado la votación y el 'no' por bandera, encabezado por el teniente de alcalde Alberto González, señala que “esperemos que sean sensatos y ya está”.

Los concejos, “redes sociales en vivo y en directo”

El Ayuntamiento de Villadangos ha intentado descargar lo sucedido en la Junta Vecinal, ambas entidades gobernadas por el Partido Popular. Pero fue el municipio el que condicionó los permisos a que la entidad local menor diera su permiso. El alcalde, Alejandro Barrera (PP) señala a la autorización de la Junta de Castilla y León concedida en junio para la exhumación como responsable, ya que ponía que se daba el visto bueno “con la necesidad de obtener los permisos y licencias necesarios para la ocupación de los terrenos”. Pero el Gobierno de Castilla y León no consideraba necesario la misma, como remarcó el vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea, o el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, criticando ambos la votación sobre las exhumaciones.

Barrera asegura que “del informe de la Junta se desprende que era necesario el permiso del propietario (Junta Vecinal) y yo lo único que hice en repetidas ocasiones al dar información a la asociación y familiares, es trasladar la intención de la Junta Vecinal a llevar el Proyecto”.

El alcalde del municipio arremetió esta semana contra los medios de comunicación, asegurando que la votación del concejo “se ha convertido en una injustificada algarada mediática, que ha despertado odios”. Pero a la vez pedía perdón por los comentarios hirientes contra los familiares de los fusilados que se buscan en el cementerio. En conversación vía Whatsapp insiste en que “la tensión vecinal está ya calmándose, por lo que no debería haber ningún incidente de ningún tipo”. Para el regidor “creo que todo está ahora siguiendo su cauce correcto, y así espero que continúe hasta el final del asunto, que no será otro que se realice la actuación en el cementerio sin incidente ni daño a terceros y que obtengan el resultado que desean, que no es otro que los familiares localicen a sus antepasados”.

Los concejos son toda una institución en la provincia de León. Y son motivo de orgullo entre los leoneses, ya que la provincia agrupa 1 de cada 4 entidades locales menores de toda España y más de la mitad de las que existen en Castilla y León. El concejo no es un referéndum sino una asamblea vecinal, generalmente enfocada a tratar asuntos sobre la administración de los bienes comunales, una figura de bienes 'públicos' que pertenecen indivisos a todos los vecinos en conjunto. Y un bien comunal es el cementerio de Villadangos del Páramo. Pero no es común que voten algo que obliga el cumplimiento de una ley y si cuestiones como organización de fiestas, obras en zonas comunales o la cesión de terrenos para los polémicos macroproyectos de energías renovables, algunos de los cuáles se ubican en la zona de Villadangos.

Un vecino habitual de los concejos cree que “Los concejos son las redes sociales en vivo y en directo, con lo bueno y con lo malo”, pidiendo pasar página de lo sucedido y rechazando “que por 3 o 4 vayamos a acabar todos mal”. Para el socialista José Antonio Villadagos “faltó empatía con los familiares de las víctimas, creo que nadie se pone en el lugar de otro”. Mientras que la concejala Mónica Martínez cree que “los concejos son un arma de doble filo”, asegurando desconocer “de quién fue la idea de la votación ni de quien fue idea el procedimiento”.

Un proceso que sana la sociedad

Esta semana pasada fallecía Rufino Juárez, de 86 años de edad, uno de los familiares de los 71 fusilados en Villadangos del Páramo que no pudo ver cumplido su sueño de encontrar a su padre. La periodista Olga Rodríguez, que busca a su bisabuelo en el cementerio, lamenta lo sucedido la última semana, “que tenga que llevarse a votación es doloroso y ha implicado un retraso en la exhumación”.

Incide en que la búsqueda “se tenía que haber hecho hace muchos años” y pone en valor el empuje de las familias para lograr recuperar los restos de sus antepasados, aunque cree que tiene que ser una labor de las instituciones, “deberían ser las que indaguen y contraten a los expertos, se hace así en otros países y debería ser la manera en que se hiciera aquí”. La polémica en torno a la exhumación de Villadangos ha animado a 4 familias más de los 71 fusilados a interesarse por el proceso, que sigue su camino de obtención de licencias, quizás el único punto positivo de lo sucedido.

Rodríguez se muestra optimista en que pese a la negativa inicial finalmente haya una búsqueda de las víctimas, aunque no en los tiempos inicialmente programados. Y considera estos procesos “una catarsis que es sana para toda una sociedad”. No es solo excavar y extraer los restos que se encuentren, es que “cuando se sacan los restos se empiezan a extraer las palabras que en muchos casos no se han dicho en 85 años”.

Cree que el espejo de Villadangos tiene un reflejo en todo el país, “Para poder alcanzar el potencial del país tiene que mirar a su propio pasado y exhumar a todas las personas. No es solo sacar los restos de las personas, es una metáfora. Hay una dignificación y una reivindicación de la memoria”. 71 víctimas ejecutadas en Villadangos, procedentes de una veintena de localidades de toda la provincia de León, siguen esperando justicia 85 años después.

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