Carracedelo marca la senda turística del verano sobre puentes colgantes y atractivos patrimoniales

De izquierda a derecha, hito en una ruta, puentes colgantes de Villaverde y Villadepalos, antiguo molino y Museo Munic.

César Fernández

Carracedelo huele a pimientos asados en otoño. Y en verano sabe a frutas. El perfil agroalimentario del municipio berciano se combina desde hace más de un cuarto de siglo con el turístico en la Feria Multisectorial del Bierzo, un escaparate para el mundo de la empresa y un reclamo para visitantes. Con la idea de exprimir su atractivo ante los foráneos, combina ahora rutas de senderismo que atraviesan puentes colgantes y pueblos en recuperación con un acento cultural que mezcla la restauración del patrimonio más tradicional con una apuesta museística de primer orden a través de la conversión de un museo de fauna ibérica en el flamante Munic.

En una comarca rodeada de montañas, la hoya berciana también se reivindica en verano como alternativa turística. Como el movimiento se demuestra andando, Carracedelo se ha puesto las zapatillas de deporte para trazar una serie de rutas que no pasan desapercibidas. Y qué mejor manera de descubrir sus parajes que empezando este mismo domingo 18 de julio con la XXII Marcha Popular 'Conoce tu municipio', un recorrido que parte a las 8.00 horas de la Casa Consistorial, de dificultad media y 14 kilómetros de longitud. El itinerario pasa por localidades como Peón de Arriba, así como por el puente colgante de Villadepalos.

Carracedelo puede presumir de dos puentes colgantes sobre el río Sil: el de Villadepalos hasta dispone de zona de baño con arena; habrá que moverse un poco por el entorno si se quiere disfrutar del río al acercarse al de Villaverde de la Abadía. Así no es raro que junio, julio, agosto y hasta septiembre sean los meses de más afluencia a estos dos entornos, según acredita el técnico de Deportes del Ayuntamiento de Carracedelo Chus Alonso, que tras una brillante carrera atlética ahora ha vuelto a 'patearse' algunas sendas que le servían en su día para sesiones de trote tras enfrentarse a lo más granado del fondo y el mediofondo español.

El municipio puede presumir de dos puentes colgantes sobre el río Sil: el de Villadepalos hasta dispone de zona de baño con arena; habrá que moverse un poco por el entorno si se quiere disfrutar del río al acercarse al de Villaverde de la Abadía

Los dos puentes colgantes son los buques insignia de una ruta circular de 11,88 kilómetros de longitud. Partiendo del entorno del colegio de Villadepalos, deja a un lado el campo de fútbol de La Barca, atraviesa el puente y se sumerge entre nogales, encinas y robles. La flora más autóctona da paso a las huertas de Villaverde. Por sus presas se accede hasta su puente, cercano a otro atractivo turístico (en este caso perteneciente al Ayuntamiento de Priaranza del Bierzo) como las Barrancas de Santalla, esa versión 'mini' de Las Médulas precisamente de camino al paraje Patrimonio de la Humanidad, donde termina una ruta de 21,14 kilómetros que parte de Carracedo del Monasterio entre fuentes, molinos, hornos y lagares hasta encarrilarse hacia la antigua mina de oro romana con el embalse de Campañana a un lado y al otro el Lago de Carucedo.

Ahora, en pleno verano, las aguas fluviales pueden 'refrescar' el paseo por la ruta de los puentes colgantes. Claro que los que prefieran el agua de piscina también pueden encontrar lo que buscan en el complejo de Carracedelo, una de las predilectas entre niños (y no tan niños) en toda la comarca por sus zonas de toboganes, cascadas y de jacuzzi hasta componer un parque acuático de referencia en muchos kilómetros a la redonda.

Sendas que lucen como nunca

El agua refresca el camino con un dato curioso: el municipio registra el punto de altitud más bajo del Bierzo en la confluencia de los ríos Burbia, Cúa y Sil. Y las sendas, arrinconadas durante lo más duro de una pandemia que dejó los paseos para los pasillos de casa, lucen ahora en pleno esplendor gracias al trabajo de desbroce de un taller de jardines. “Nunca han estado mejor”, acredita Alonso, encargado de trazar recorridos con el mínimo asfalto posible y la máxima naturaleza al servicio del visitante. “La gente de aquí ya conoce las rutas. Y a la gente de fuera les gusta”, añade.

Los que prefieran el agua de piscina también pueden encontrar lo que buscan en el complejo de Carracedelo, una de las predilectas entre niños (y no tan niños) en toda la comarca por sus zonas de toboganes, cascadas y de jacuzzi hasta componer un parque acuático de referencia

Cuando al senderismo se une el afán por recuperar un pueblo abandonado se llega a un resultado: son 8,49 kilómetros los que conectan el entorno del colegio de Villadepalos (con paso también por su puente colgante y por la conocida como cueva del Tobi) con la localidad en proceso de restauración de Peón de Arriba (donde incluso se puede enlazar con la ruta entre Carracedo del Monasterio y Las Médulas).

Carracedelo se propone ahora recuperar un pueblo porque ya sabe lo que es haber restaurado elementos de su patrimonio arquitectónico. Quizá la más llamativa fuera la de la antigua Casa Rectoral de Carracedelo, una obra redonda al convertir el inmueble en sede de los consejos reguladores de los productos de la comarca con sello de calidad (a excepción del de los vinos con Denominación de Origen Bierzo, asentado en Cacabelos). Pero hubo otras de menor entidad que han rehabilitado hornos que ahora pueden utilizarse para cocer el pan o palomares como el de Santa María, que puede presumir de ser el más antiguo de la provincia junto al Monasterio de Carracedo, emblema del municipio y escenario de las actividades del Festival Medieval antes de que la pandemia lo trastocara todo.

Itinerario por el patrimonio etnográfico

Así, sumando lo natural a lo patrimonial, el municipio va completando su oferta turística. Y puede incluso trazar otro itinerario por un patrimonio etnográfico que incluye otras referencias, de entre las que destaca el Molino de la Pradela en Carracedelo también por lo cuidado de su entorno. De la senda a la piedra es lo que ofrece en este caso un municipio del que parten otras rutas que se salen de sus propias fronteras hasta llegar a otras referencias como el Castrelín de San Juan de Paluezas, en el vecino Ayuntamiento de Borrenes.

El Munic, revitalizado hasta convertirse en un museo de referencia, cerrará el 31 de julio su exposición sobre Darwin para montar otra muestra de gran calado. En su jardín exterior, ha tomado el protagonismo el proyecto 'Misterio en el Bierzo'

Lo turístico se une a lo cultural en una apuesta ambiciosa como fue la de transformar el Museo Natura Ibérica, abierto en 2009 sobre la base de la colección de fauna disecada del taxidermista Solís Fernández sin apenas repercusión en visitas, en el rebautizado como Munic. Del proceso ha salido un espacio dinámico al que se acercaron más de 3.000 personas durante su primer medio año de andadura tras reabrir el pasado año con la exposición 'Origen. La duda de Darwin', una muestra de componente fundamentalmente científico que no renuncia a la vertiente artística para plasmar la evolución de las especies aprovechando todas las aristas del edificio.

Los interesados en visitar la exposición fundacional del Munic tienen de plazo para hacerlo hasta el 31 de julio. El museo comenzará entonces a mudar su piel para estrenar otra gran muestra temática que abrirá sus puertas a finales del mes de septiembre, según apunta su directora, Silvia Blanco. Mientras en el interior se desarrollará el montaje con un paréntesis para las visitas, en el exterior podrá verse la exposición fotográfica vinculada al ciclo 'Misterio en el Bierzo', un proyecto cultural basado en el libro publicado por Más Madera y la asociación asturiana Alternativas con textos de 18 escritores e instantáneas de Víctor Ruisánchez Ossorio.

Los jardines del museo cobrarán vida especialmente los miércoles 21 y 28 de julio con presentaciones de este libro a cargo de algunos de sus autores, al tiempo que se programarán talleres temáticos infantiles, una de las señas de identidad de un espacio vivo que deja acercarse a los niños. El Munic es así el último en sumarse a la oferta turística de Carracedelo, precisamente en una esquina del recinto donde cada año (hasta la pandemia) la Feria Multisectorial era la antesala al verano en un municipio que sabe a fruta, patea la senda, se baña en el río, huele a horno y se recrea en su patrimonio.

Etiquetas
stats