Enrique Santiago Viñas: “El sentimiento de pérdida es lo que me sigue empujando a escribir”

Enrique Santiago Viñas

Manuel Cuenya

“En mi ciudad natal/ los pájaros sueñan hastiados hasta el alba/ y sus propias alas los pierden/ arrastrándolos a un cielo teñido de catedrales, / de agujas solitarias y quebradas...”

(Enrique Santiago Viñas, 'En mi ciudad natal', incluido en 'Pequeño cuaderno eslovaco')

Socrático, reflexivo, así se muestra el poeta y profesor Enrique Santiago Viñas Duque, que se siente muy leonés, porque ama profundamente su tierra, pero, al mismo tiempo, se considera ciudadano del mundo. No en vano, tuvo la experiencia de vivir durante varios años en Eslovaquia enseñando la lengua española. Y eso le dejó una gran huella emocional, que, además, se transmite en su poemario 'Pequeño cuaderno eslovaco', por el que recibiera el Premio de Poesía Antonio González de Lama en 2018, que publicaría el sello leonés Eolas.

“Solo puedo decir que estoy y estaré siempre muy agradecido al Ayuntamiento de León (que es la entidad que organiza el Premio), a los miembros del Jurado que escogieron mi poemario y a Héctor Escobar y a Eolas Ediciones, que se encargaron de la publicación de estos premios. En estos tiempos es muy de agradecer que se siga apostando sin doblez ni engaños por la poesía”.

Reconoce que para él fue un honor obtener un premio literario que lleva el nombre de Antonio González de Lama, “un hombre que tanto hizo por la cultura, el periodismo y la literatura leonesa y del que siempre oí hablar a mis padres en casa con auténtica veneración. Mi abuela materna era de Valderas y don Antonio casó a mis padres. Al recibir el premio me sentí doblemente feliz. Era una especie de ilusión mía. Además, me comunicaron el premio en medio de unas circunstancias familiares difíciles y por eso este premio siempre estará unido para mí a la memoria de mi padre”, recuerda Enrique, que vivió el suficiente tiempo fuera de España para darse cuenta de lo profundamente hermanados que estamos todos.

Estoy y estaré siempre muy agradecido al Ayuntamiento de León, a los miembros del Jurado que escogieron mi poemario y a Héctor Escobar y a Eolas Ediciones, que se encargaron de la publicación de estos premios

Cursó estudios, tanto de Filología inglesa como española, que le llevaron a ejercer como docente. Y en cierto sentido le han servido para desarrollar su faceta como creador literario. Aunque, “si hubiera estudiado otra carrera o no me hubiera convertido en profesor, seguiría de alguna manera o de otra escribiendo”, rememora Enrique, al que le parecen esenciales, para la creación literaria, una cierta sensibilidad literaria (cultivada a partir de la lectura) y la capacidad de mirar hacia uno dentro y hacia los demás.

En realidad, desde muy pequeño, le gustaba mucho leer, fundamental para quien desee escribir de un modo creativo. Y comenzó a hacer sus pinitos con la escritura en la adolescencia. “Siempre hay determinadas lecturas a edades muy concretas que llevan a escribir, quizás porque siempre tendemos a escribir aquello que nos gusta leer”. Empezó, a su juicio, a escribir algo tarde, recordando que fue el sentimiento de pérdida el que lo llevó a componer sus primeros poemas. “Es lo que me sigue empujando a escribir”, afirma este poeta y profesor, cuya experiencia en Eslovaquia le resultó maravillosa.

La infancia, los sueños... a través de la lengua y la literatura

“Creo que irme a Eslovaquia a enseñar español a una sección bilingüe en un instituto eslovaco fue una de las mejores decisiones de mi vida. Pasé casi siete años fantásticos. Los alumnos eran increíbles (también los españoles lo son pero a su manera). Tenían un gran talento para los idiomas y estaban muy motivados y, sobre todo, se sentían muy agradecidos por la enseñanza que recibían y te lo hacían sentir todos los días”, evoca Enrique, que descubrió que dar clase en su propia lengua materna, a alumnos de otro país, es la mejor profesión del mundo. “No solo les estaba enseñando una lengua o una literatura, les estaba enseñando mi infancia, mis sueños, todo lo que me enseñaron mis padres... Y mis compañeros de profesión también se portaron con nosotros de una manera increíble. Para mí cada día en el bilingüe suponía emprender una nueva aventura”, explica Enrique, convencido de que su vivencia en Eslovaquia fue el motivo principal que le llevó a escribir 'Pequeño cuaderno de eslovaco', un poemario que luego fue evolucionando para expresar el sentimiento de pérdida, “pero siempre de una manera positiva”, según él, que siempre tuvo claro que, a través de este libro, deseaba de alguna manera agradecer todo lo que le habían dado los compañeros y alumnos del instituto bilingüe Park mládeže 5 de la ciudad de Košice, donde había impartido sus clases. “Los sigo llevando en el corazón. Me acuerdo mucho de Eslovaquia”, añade él, que se siente admirador y en deuda con diferentes escritores, entre ellos Antonio Machado, Francisco Brines y José Ángel Valente, aunque también añadiría a Cavafis o Celan..., además de su interés por poetas contemporáneos leoneses, como Julia Conejo, o bien Ángel Fernández Fernández, “grandes nombres de nuestras letras”, con los que Viñas Duque siente afinidad poética. “Creo que ambos poetas, Julia y Ángel, tienen un mundo poético propio y una voz muy característica y emotiva”, aclara Enrique, que entiende que “es una forma de justicia poética que en esta provincia tan dejada de la mano de Dios en tantos ámbitos podamos disfrutar, sin embargo, de esta riqueza literaria y artística.

Y ya llevamos unas cuantas décadas en las que la literatura leonesa va abriendo caminos y alcanzando hitos significativos“, anota este poeta, al que no le gusta hablar sobre los proyectos en los que está trabajando, porque es como una superstición suya. ”Además soy un escritor muy lento y, aunque intento escribir todos los días, me lleva mucho tiempo corregir y revisar lo que escribo. Tengo ya algún libro más o menos terminado que estoy enviando a diversos premios literarios y otros dos libros en mente, pero que tardarán dos o tres años en alcanzar su forma definitiva. Lo de publicarlos es otro cantar“, sostiene él, que apuesta por los ciudadanos de a pie, por la gente de la calle, a la hora de salir de esta encrucijada pandémica.

Creo que irme a Eslovaquia a enseñar español a una sección bilingüe en un instituto eslovaco fue una de las mejores decisiones de mi vida

“Por supuesto los investigadores, los médicos y el personal sanitario, la policía y los bomberos, los camioneros, los trabajadores de los supermercados, los docentes y los autónomos son los que están dejándose la piel para poder salir de esta situación. Y no me gustaría dejarme a ninguno. Tengo mis dudas de que vayamos a salir más fuertes. La gente que siempre ha sido generosa lo ha seguido demostrando en estos meses. Los insolidarios lo han seguido siendo a pesar de esta auténtica catástrofe”, expone Enrique, al que o le gusta oír a los políticos lanzar 'slogans' ni que proclamen a los cuatro vientos que no van a dejar a nadie atrás. “No somos conscientes de todo lo que hemos perdido. Las cifras de muertos son escalofriantes. Y de tanto oírlas parece que ya no nos afectan. Mi recuerdo y homenaje (y una oración) para todos los que han fallecido y para sus familias. No sé si hemos sabido cuidarlos y reconocer cuán grande es su pérdida”, concluye.

Entrevista breve a Enrique Santiago Viñas Duque

“Creo que los que sacan a la sociedad adelante son los ciudadanos de a pie, la gente de la calle”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

Hay tantos libros que merecen dos y más lecturas, pero, en mi caso, son, sobre todo, Francisco Brines y José Ángel Valente los poetas a lo que releo con mayor frecuencia. En prosa, los cuentos de Borges.

Un personaje imprescindible en la literatura (o en la vida).

En la vida, mis padres. Ellos dos son mis héroes. Como personaje literario escogería a Ulises. Todos somos viajeros y a todos nos gustaría llegar a nuestra Ítaca. Y que alguien esté allí esperándonos.

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).

Tengo la sensación de que no hay autores insoportables. Siempre pienso que quizás soy yo el que como lector no consigo entrar en su mundo o no tengo capacidad suficiente para seguirlo.

Un rasgo que defina tu personalidad.

Creo que soy un gran tímido. Y con una cierta dosis de inseguridad.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

La autenticidad y la fidelidad. Ser fiel a nuestros principios, defenderlos a toda costa y estar siempre al lado de aquellos que nos necesitan y no abandonarlos en los momentos difíciles. Quizás porque aspiro a ellas, son las dos cualidades que prefiero en los demás.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

Supongo que tenemos los políticos que nos merecemos. La política española no deja de ser un reflejo de nuestra sociedad. Al parecer, el poder magnifica todos los defectos y vicios que hay en nosotros. Sin embargo, también creo que los que sacan la sociedad adelante son los ciudadanos de a pie, la gente de la calle. Ellos son los verdaderos líderes de esta sociedad. Lo vemos todos los días y más en la situación actual.

¿Qué es lo que más te divierte en la vida?

Me gusta mucho leer, escribir, ver cine... Y aunque fui un malísimo jugador de baloncesto, me he divertido mucho practicándolo. Como todos los deportes de equipo, el baloncesto es una extensión de la amistad. Y yo he sido muy feliz con mis amigos en una cancha de juego. Es una pena que la edad imponga ya sus límites.

¿Por qué escribes?

Tengo una envidia sana a los escritores que dicen hacerlo por necesidad. En mi caso quizás para plasmar en papel mis inquietudes y sentimientos. Recuerdo que empecé 'Pequeño cuaderno de eslovaco' porque quería recobrar las experiencias de los casi siete años que viví en la ciudad de Košice en Eslovaquia. Poco a poco el poemario se fue convirtiendo en una expresión de la sensación de pérdida que tenía por haber dejado atrás ese maravilloso periodo de mi vida. En el fondo, sin embargo, subyacía también el deseo de dar las gracias a todos mis amigos, compañeros y alumnos eslovacos. También tengo claro que si escribo es gracias a personas como mi amigo, el poeta Ángel Fernández Fernández (ganador del Premio Gil de Biedma, que publica estos días el fantástico 'Poemas en la pista'). Él fue el que me animó a escribir y a presentar mis poemas a premios.

¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

No en mi caso. No suelo participar mucho en las redes sociales. Las utilizó para mantenerme en contacto con los lectores y amigos. O con el mundo literario.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

Yo diría que cualquier escritor que logre transmitirme su mundo y sus emociones de forma auténtica.

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

No tengo blog y tampoco los sigo. Solía leer el blog de Julia Conejo, 'Telas mal cortadas'. Me encantaba su selección de poemas.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

Solo sé que no sé nada.

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