Luis Fuentes, el presidente leonés de las Cortes que ignoró que las de 1188 se convocaron para defenderse de Castilla

El presidente de las Cortes, Luis Fuentes. Foto: Rubén Cacho (ICAL).

Jesús María López de Uribe

Este viernes el nuevo 'arbitro' de las Cortes en Valladolid, Luis Fuentes, tomó posesión del cargo en la Constitución de la décima legislatura autonómica vanagloriándose de haber sido elegido presidente “de la institución de representación más popular más antigua del mundo, con novecientos años”.

“Es la institución que da voz a todos los castellanoleoneses desde hace más de 900 años”, proclamó Fuentes, pero sin referirse específicamente a la Cuna del Parlamentarismo, las Cortes de León de 1188, la Curia Regia convocada por el rey leonés, Alfonso IX, que no incluían a Castilla.

Y es que el parlamento convocado en mayo de 1188 en San Isidoro no es precisamente el ejemplo de unión con Castilla, puesto que el joven rey de dieciséis (o diecisiete) años Alfonso, hijo de Fernando II de León, no convocó aquellas Cortes precisamente por hermandad y paz con los castellanos sino para defenderse de ellos. Y no hace novecientos años, sino 831.

De esta manera Luis Fuentes se arrogó para las Cortes contemporáneas autonómicas un mérito que no es de los castellanos, sino que fue en contra de ellos, haciéndose un Rajoy (y un Puigdemont) en su primer discurso institucional.

Ciudadanos medievales para frenar una guerra injusta contra León

Aquellas Cortes de 1188 en San Isidoro de León fueron un hito histórico, cuando aquel reino que ya había declarado la inviolabilidad del domicilio 171 años antes en el Fuero de León (como ILEON.COM explicó en este especial al que se accede pinchando aquí), estaba siendo atacado por el nuevo reino independiente de Castilla —la primera vez que lo 'fue' entre 1067 y 1702 su rey, Sancho, guerreó todo lo posible para ser el monarca leonés y no dio tiempo a una independencia jurídica y política determinante—, tras separarse efectivamente a la muerte del Emperador Legionense Alfonso VII en 1157.

El rey castellano, Alfonso VIII según la historiografía tradicional (y en realidad el tercero o el primero como rey privativo independiente), se había aprovechado de la debilidad del reino leonés tras la muerte de Fernando II y había atacado la frontera y conquistado varias plazas fuertes. El joven Alfonso IX tuvo dificultades para hacerse con el poder debido a las intrigas de su madrastra Urraca López de Haro, que aspiraba a entronizar a su propio hijo, el infante Sancho.

Lo explica bastante bien la Wikipedia: “El inicio del reinado fue sumamente complicado pues los portugueses y castellanos ambicionaban las tierras del Reino de León por el este y por el oeste, mientras que los almohades suponían un gran peligro por el sur. Por si las amenazas extranjeras no bastaran, el nuevo monarca se encontró con que el reino estaba en bancarrota por la política que había llevado su padre durante su reinado. Con esta situación, el monarca, que apenas contaba diecisiete años, convocó las famosas Cortes de León de 1188 en las que fueron convocados por primera vez los representantes de las ciudades para intervenir en asuntos de Estado. Asistieron miembros de la nobleza, del clero y de las clases populares procedentes de León, Galicia, Asturias y Extremadura, siendo de esta manera las primeras Cortes representativas de Europa y del mundo”.

Incluso el Alfonso leonés fue a las Cortes de Carrión de aquel mismo año a congraciarse con su primo. Recién coronado se reunió con su tocayo castellano y se dejó armar caballero por él, besando su mano con la intención de tener una paz duradera. Pero la cosa salió mal, ya que en nada su 'padrino' lo traicionó y se apoderó de varias plazas que nunca habían pertenecido a Castilla; y no de poca importancia, como Valencia de Don Juan y Valderas.

El reino leonés estaba inerme al estar casi en bancarrota, y de ello se querían aprovechar tanto Portugal como Castilla(y los almohades). Y por eso mismo el Alfonso adolescente convocó las Cortes de 1188 para conseguir fondos que le permitieran levantar un ejército para luchar contra aquella agresión. Y por ello dio voto a los ciudadanos, porque aquellos burgueses tenían el dinero necesario y les tenía que ofrecer algo a cambio.

Castilla no da voto a los ciudadanos hasta 1250

Esto está documentado en los Decreta de 1188, cosa que no ocurre con las Cortes de Carrión de aquel año, que algunos intentan poner por encima de las leonesas. En realidad Alfonso de Castilla convocó a los representantes de 48 ciudades a la villa palentina, con voz pero no con voto. Lo que tenían que hacer era aprobar (o sea, dar palmas) su política. Aquellos denominados 'mayores' no tenían condición de procuradores; sino que eran merinos, los funcionarios reales para el gobierno de esas circunscripciones.

Es decir, que es León la Curia en la que por primera vez se ofrece a los ciudadanos del medievo votar para decidir los asuntos del Estado. De forma estamental, eso sí, por tres brazos compuestos nobles, eclesiásticos y ciudadanos y mayoría cuando dos de ellos se ponen de acuerdo. Aún así no se debe considerar un parlamento como los decimonónicos y actuales, pero sí el comienzo del Antiguo Régimen que terminó ocho siglos más tarde con la Revolución Americana y la Francesa. Vamos, que las Cortes de León se anticiparon más de un siglo al Renacimiento.

Los castellanos no consiguieron ese logro, el poder votar como brazo popular en unas Cortes hasta el año 1250 en Sevilla. Peor les fue a otros. Como los aragoneses que no lo consiguieron hasta finales del siglo XIII (1283) o los ingleses que no hasta 1295, o los franceses hasta 1302.

Las Cortes castellanas y leonesas, por separado hasta después de 1349

Las primeras Cortes 'juntas' de los procuradores de los reinos de Castilla y de León, tras una gran resistencia de los leoneses que celebraron la última por separado en 1349, fueron como mucho hace 667 años. Sí es cierto que muchas de ellas desde 1230, cuando a partir de entonces el rey era el mismo para León que Castilla (salvo los cinco años de Juan I de León), se convocaban en la misma ciudad pero los procuradores de cada reino lo hacían por separado.

Ciertamente se puede argüir que las Cortes de León son las 'madrinas' de todas las del mundo, y por tanto de las Cortes Generales Españolas (las de Cádiz de 1812 y posteriores incluyendo el Congreso y el Senado actuales), pero también de todas las autonómicas de España.

Lo que ya no parece nada correcto ni adecuado es asumir que las Cortes de Castilla y León son las mismas de aquellas leonesas propias de 1188, ni que las actuales autonómicas tengan “novecientos años de Historia”, porque las leonesas fueron para defenderse de Castilla. Una manipulación interesada que molesta mucho a los leoneses, como ocurrió la semana pasada en un chiste de un digital que se refería a las 'Cortes de Castilla y León 1188' (sic) y que provocó protestas porque en realidad como mucho tendrían unos 665.

También tiene su cosa que el nuevo presidente de las Cortes, leonés de Salamanca (y líder de la Unión del Pueblo Salmantino que se presentó en coalición con Unión del Pueblo Leonés), se marque un Rajoy —y lo que es peor, un Puigdemont, siendo ahora de Ciudadanos— en su primer acto institucional mostrando una confusa imagen que no se puede determinar si es manipulación intencionada o mera ignorancia. Y eso que venía bien advertido.

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