Carrasco frena, ahora, el reparto del polémico abono de la basura provincial

Compost

ileon.com

La presidenta del consorcio provincial para la Gestión de los Residuos Solidos Urbanos de León (Gersul), Isabel Carrasco, ha defendido, y sigue defendiendo, a capa y espada que el compost (abono orgánico) que se extrae de toda la basura provincial y se lleva repartiendo 10 años por los campos de la provincia «cumple con las características de calidad exigidas por la legislación vigente». O sea, que son falsas o engañosas las fotografías conocidas y las analíticas independientes que advierten de abundancia de restos potencialmente contaminantes diseminados por los cultivos leoneses, especialmente del área de influencia del CTR de San Román de la Vega.

Y sin embargo, ahora adopta la sorprendente decisión de frenar en seco la fabricación misma del compost y su reparto gratuito a los agricultores. Recordando, eso sí, que el consorcio no ha ganado un duro con todo esto y que ordena el fin del más que polémico abono “para evitar crear alarma”.

Así lo explica hoy la presidenta de Gersul y de la Diputación en un medio de comunicación de la provincia, sin dar explicciones generalizadas a todos los medios e incluso sin haberse sometido a ningún tipo de pregunta de los periodistas desde que en el último Pleno se elevara la tensión al conocerse que el diputado socialista y alcalde de Villaobispo de Otero, Joaquín Llamas, había interpuesto primero y después retirado una denuncia ante la Guardia Civil por estos vertidos, presionado según los diputados no adscritos por un presunto amago de retirada de su dedicación exclusiva por parte de Carrasco.

El caso es que, siempre según el único medio de comunicación que ha accedido a las declaraciones de la presidenta, la curiosa coincidencia en el tiempo entre la acumulación de problemas y polémicas y el anuncio de que se pone fin a la fabricación y entrega del abono sazonado con evidentes restos de vidrio, plásticos, pilas, medicamentos, latas, cosméticos y otros muchos, se hace justo cuando se anuncia que la planta provincial de residuos de San Román pasará a centrarse de manera casi exclusiva en la producción de energía eléctrica dentro de la misma planta.

La maniobra de Carrasco pone fin al riesgo denunciado de potencial contaminación grave a numerosos terrenos de cultivo de toda la provincia, muy especiamente en toda el área de influencia del CTR, como Villaobispo de Otero, pero el rastro de presuntas irregularidades, delitos medioambientales o cualquier otra resposabilidad por lo realizado en los últimos 10 años no cesa.

Porque tanto Izquierda Unida como el PAL siguen adelante con sendas denuncias ante Fiscalía por el hipotético riesgo de estos vertidos. Hay que recordar que también el PSOE, primero a través de Llamas y después por boca de la Ejecutiva provincial, había exigido lo que Carrasco hace ahora: que se paralizara la entrega y vertido del controvertido compost ante las dudas más que razonables por su composición y efectos.

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