El 'Grial' en León: la reliquia que los cruzados deseaban, pero que nadie busca promocionar

Sala del Cáliz de Doña Urraca

Jesús María López de Uribe

Si a un leonés le hubieran dicho hace un año que su ciudad iba a entrar en la liga de los lugares con “algo maravilloso” que ver, del tipo Jerusalem con las iglesias de la Natividad y del Santo Sepulcro o Roswell con sus platillos volantes, no se lo habría creído ni de lejos. “¿En el pueblín qué puede pasar más que morirse?”, habría dicho. Sin embargo, en su fuero interno habría admirado la capacidad de esos lugares de “hacer negocio” mientras pensaría que “aquí seríamos incapaces de hacerlo”, muriéndose de envidia viendo el 'pastón' que otros saben hacer de sus potenciales turísticos.

Así que cuando saltó la noticia de que lo que llamaban los musulmanes de Egipto la 'copa del Señor' de los cristianos de Jerusalén se correspondería con el cáliz de doña Urraca... el leonés quedó estupefacto. Bueno, patidifuso sólo durante el momento justo para poner verde el descubrimiento y tirar piedras contra su propio tejado. Un leonés no va a perder la oportunidad de quejarse, precisamente, de que lo que salía en los periódicos como “el descubrimiento del 'santo Grial' después de mil años de estar perdido” iba a convertir a su ciudad, capital del Viejo Reino, en “un circo y una feria”. No falla, se queja de lo que tienen otros y cuando tiene la oportunidad... le molesta tener que trabajársela. Por no decir que hubiera preferido los ovnis, antes que tener que agradecérselo a la Iglesia (y también se habría quejado por “verlo muy friki”).

Trabajo es lo que tuvieron Margarita Torres y José Miguel Ortega cuando, investigando sobre una arqueta musulmana de plata nielada que destacaba especialmente como objeto extraño en el museo de San Isidoro, enviaron a un experto traductor de árabe a Egipto, de donde creían que había salido para llegar a la corte de Fernando I el Grande. La sorpresa fue enorme: dos pergaminos del siglo XIV —pero copia de dos del siglo XI—, se referían a que esta cajita fue usada para proteger una copa de ágata que veneraban los cristianos en Jerusalem como el 'Calix Domini' (la copa del Señor). Un escrito, referenciando al año 1054, que decía que se había enviado a Ferdinand al Kabir (Fernando el Grande) rey de León y otro, hablando de unos años posteriores, en el que se menciona que el gran Saladino usó una esquirla arrancada de ese cáliz con una gumía para curar a su hija.

¿Y qué copa de ágata tenía un mellado hecho a posta? El Cáliz de Doña Urraca.

Bombazo mediático hace un año... entre críticas

Bombazo mediático según se anunció hace un año el libro 'Los reyes del Grial' en el que los dos historiadores explican el hallazgo de los pergaminos e incredulidad por un lado, escepticismo por otro. También chanza, mofa y befa. “¿Cómo va a estar el 'santo Grial' en un pueblín olvidado de la mano de Dios?”... “¿Cómo van a encontrar el santo Grial si eso no existe?”... “¿Vamos a hacerle el juego a una religión?”... “¿Se va a llenar León de paletos?” ... y otras tantas preguntas acosaron el trabajo, y las personas, de los dos expertos. Pero casi lo que más duele no es sólo la ironía de miles de personas en Internet, sino la propia actitud de inquina máxima de los propios leoneses, ciegos en su ciudad moribunda preocupándose porque vinieran pueblerinos, como si no estuviera la ciudad ya repleta de ellos.

En realidad parte de razón hay en decir que en León no está el 'santo Grial' (ni el 'Grial' mismo), ya que sólo es un constructo literario o mítico que surgió tras no encontrar los cruzados esta reliquia en su conquista de Jerusalem. Frustración que se transportó a los primeros escritos sobre los mitos Artúricos. Es decir, que es una invención humana sobre algo que en realidad no existe y no se puede encontrar. El Grial es, en suma, la propia búsqueda del objeto. Lo demás, cuentos y mitos para crédulos; pero que han dado muchísimo dinero a lo largo de la Historia. Sin embargo, los pergaminos dan pábulo a abrir el estudio de la hipótesis de que el objeto que está en San Isidoro es el que se refieren los fatimíes egipcios como el cáliz que veneraban los cristianos de Jerusalem como el del señor. De ahí a decir que es el que Cristo (otro constructo, porque no es una persona, sino un personaje basado en un Jesús de Nazaret del que hay pruebas, digamos, 'endebles' de su existencia real) cogió en sus manos hay un gran trecho. Pero de ahí a desaprovechar la oportunidad de generar dinero con estos indicios y esta hipótesis a investigar tanto para demostrar que sí es factible o no, hay otro. Sólo el debate entre una y otra postura es negocio que no le viene nada mal a la ciudad.

Un hito turístico que nadie sabe (o quiere) aprovechar

En todo caso, lo que sí tiene León es la única hipótesis consistente, por no decir contundente, de que el objeto que los cruzados no consiguieron encontrar puede estar alojado aquí. Y eso en sí mismo es ya un acicate para, por ejemplo, atraer turismo durante todo el año. Sin embargo, lo único en que se ha traducido por ahora es en jugadas hábiles de algunos comerciantes (bisuterías, copas de chocolate, pastelitos) o lamentables, como anunciar concursos de eslóganes sin que se pueda encontrar el Internet el lema ganador. O en una extraña alianza del Museo de San Isidoro con una empresa para vender 'olores' del 'Cáliz de León', olvidando la palabra “Cristo” que lo acerque a la leyenda del 'Grial' con el que parece estar claramente vinculado. Las malas lenguas afirman que es mejor llamarlo 'Cáliz de León' porque todos conocen el 'Crimen de León' y así se evita la vergüenza implícita de hablar del 'Grial', que es de catetos. Muy propio de aquí esconder una cosa con otra cuando no hay confianza en lo que se quiere promocionar, pero sí vender a porrillo sin que otros se enteren para seguir quejándose de que no vende nada por culpa de los demás.

Vergüenza muy poco explicable desde el punto de vista de un anglosajón. Y papanatismo de muchas autoridades, que sí lanzan la Semana Santa —que celebra en esencia lo mismo—, como un hito turístico de primer nivel sin ningún miramiento. En esta época de 'creencia', poco más de un año después de que Torres y Ortega anunciaran el descubrimiento de los pergaminos egipcios, ellos serán los únicos que consigan atraer turismo al anunciar que su libro se publicará a partir del día 16 en el Reino Unido, Irlanda y los Estados Unidos de América como 'Kings of the Grail'. En un León que necesita un milagro económico, el convertirse en el 'Roswell' de la reliquia más conocida del Cristianismo puede ser la única piedra a la que agarrarse. Pero en un León que no se quiere a sí mismo sólo se convierte en una piedra que tirarse a la cabeza; ya no sólo entre los creyentes o ateos, sino entre los papanatas y los culturetas, o entre vecinos. La maldición de querer ser más que nadie y que nadie consiga más que uno. Siendo el Cáliz de Doña Urraca la pieza central sobre la que montar un espectáculo que todo el mundo pagaría por ver, lo único que son capaces los leoneses es de montar un espectáculo para demostrar que saben más que los demás y evitar que alguien consiga vender una entrada del negocio que de verdad merece la pena para todos. No vaya a ser que la cobre otro y no él; vive Dios.

Ya no es cuestión de hacer el chiste de que León tiene la Semana Santa más importante de España, porque desde este año cuenta con el Puente de Triana, sino de darse cuenta que hay que dejarse de estupideces y 'venderlo' todo para generar riqueza en esta ciudad 'zombi'.

Quizás la diferencia clara es que en realidad las procesiones de esta época no tienen que ver tanto con la Iglesia ni el Ayuntamiento, sino que son expresión ciudadana de cofrades organizados por sí mismos que son capaces de llevar adelante la única promoción turística de verdad en esta vieja ciudad, y obligar a unas autoridades a esforzarse en promocionarla bajo amenaza de quitarles el bastón de mando. Ya no es cuestión de hacer el chiste de que León tiene la Semana Santa más importante de España, “no sólo porque es de Interés Internacional sino porque ha incluido este año en su recorrido el Puente de Triana”, sino de darse cuenta de una vez que hay que dejarse de estupideces y gastarse dinero en traer a Dan Brown, a todo 'experto' en el Grial habido y por haber y llevárselo a comer y de vinos por el Húmedo. Y de paso a las Médulas, y contarles que esto era una Legión Romana, que aquí estuvo el reino cristiano más poderoso de Europa en los siglos XI y XII, etcétera. De que se enamoren de León, una tierra mágica que tiene muchísimo más que ofrecer misteriosamente, literariamente y turísticamente que otros muchos lugares del mundo. Que aquí 'historias' para contar y que los demás escuchen embelesados tenemos un rato largo. Romanos y 'Grial' medieval, el complemento perfecto para dar a conocer nuestra historia en todo el mundo y universo conocido, totalmente desaprovechado por falta de estrategia promocional mínimamente pensada.

No tener vergüenza de mostrarlo, de saltar por encima la promoción turística de unas autoridades absolutamente incapaces en gastar el dinero de forma coherente y buscando beneficios para que toda esta ciudad muerta no se convierta en zombi (que no es lo mismo que en 'Lázaro'). De que la Sociedad Civil resucite y amenace a los que tienen el sillón de que si no trabajan en sacar adelante la promoción turística lo van a perder con seguridad. Aquí hay dinero que no tenemos y se puede conseguir fácilmente para dar trabajo a muchos. A muchísimos. Y da igual si es el 'Santo Grial' o no, si es la copa de Cristo o no, si es de chiste o no, o si es sólo para llenar la ciudad de turistas o no; que los leoneses sabremos perfectamente ser azorrados y sonreírnos con la ilusión del visitante... pero con dinero en el bolsillo, que es lo que importa.

Lo otro sólo sería la muy leonesa y sempiterna hoguera de las vanidades versión hidalgo papanatas muriéndose de hambre por no trabajar, salvo para reclamar al rey sus derechos sin que éste le haga el más mínimo caso. Sin pan y creyéndose muy digno.

Vamos, lo de siempre.

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