Las noticias en las que a iLeon.com se le 'complicó' la información en 2020

El 14 de agosto publicamos este titular equivocado; era "frente a" los incendios.

En la Redacción de iLeón.com hemos pasado un año tan duro como los demás ciudadanos. Y también hemos sufrido el estrés de este 2020 de pandemia, que nos ha hecho equivocarnos, o no dar con la 'tecla' –o también darlas de mas o de forma incorrecta– unas cuantas veces.

Como es tradicional en este digital, todos los años solemos repasar –y confesar ante los lectores– los momentos en que los periodistas no hemos estado finos o se nos ha 'complicado' la información de forma inesperada. Sea por fallos en la elaboración de la misma, con titulares poco afortunados o datos incorrectos que nos llevaron a sacar noticias de las que no sentirse orgullosos y sobre las cuales no queda más que corregir, y aprender para la próxima vez.

Como por ejemplo, una de las más notorias, la del 14 de agosto en el que titulamos de forma, digamos, poco adecuada unas jornadas de los equipos de coordinación de los bomberos forestales de toda la comunidad autónoma en Rabanal del Camino. La rapidez a la hora de titular el teletipo de la Agencia ICAL nos hizo decir que se habían reunido en la localidad para “organizar grandes incendios forestales”, como si fueran a usar lanzallamas para hacerlos más enormes en plena campaña antiincendios de verano. En realidad era para todo lo contrario, organizarse mejor para luchar contra ellos.

Más de diez mil quinientas noticias en este año del coronavirus, de las cuales más de una tercera parte han sido referentes a las consecuencias de la Covid-19, dan para todo tipo de situaciones en una Redacción. Y tanta información sobre el coronavirus nos ha podido superar en ciertos momentos. Ha habido multitud de bases de datos abiertos de la Junta que, al incluir muchos datos con diferentes puntos de vista, hay que reconocer que nos ha costado interpretar con el rigor que hubiéramos querido dar a los lectores; sobre todo en el primer estado de alarma en la que la Redacción teletrabajó desde casa sin reunirse en persona durante meses.

Lección de primero: cuidado con las fuentes

Intentar medir cubo a cubo, litro a litro, una riada es lo que tiene; que es prácticamente imposible hacerlo con extremo rigor. La pandemia del coronavirus ha sido uno de los retos más difíciles de la historia para el periodismo, que ha tenido que afrontar críticas por su forma de mostrar los datos; que dependían de los que aportaban unas autoridades oficiales que, para colmo, han cambiado de criterio (sin explicarlo) varias veces sobre los contagios y el número de víctimas. O nos han intentado engañar o se han negado directamente a darlos pese a que los Defensores del Pueblo los consideraban 'de especial interés público'.

No sólo los ciudadanos se han visto confundidos y molestos con lo que se mostraba, los periodistas también hemos tenido nuestras enormes críticas ante esa actitud de políticos y autoridades de mostrar el dato que más les convenía y convirtiendo en obsoleto y confuso mucho trabajo periodístico y dejándonos a los pies de los caballos de los lectores más tiquismiquis o conspiranoicos.

Pero también en iLeon.com nos llevamos una buena bronca de los lectores cuando el 26 de noviembre nos hicimos eco de una nota interna de la Policía Nacional que anunciaba la muerte del exinspector jefe de Astorga, Pablo Antonio Martínez –tristemente mucho conocido no por su labor protegiendo a los ciudadanos, sino por ser el padre de Triana y marido de Montserrat, las que asesinaron a Isabel Carrasco en 2014–, cuando en realidad estaba grave y no había fallecido aún.

Lo normal es que las fuentes policiales sean de alta credibilidad (y más en un asunto como éste), por lo que nos confiamos y no aplicamos nuestra norma de comprobar todo dos veces (o tres), y pasó lo que pasó. De lo cual no hay excusa y creemos haber tomado buena nota para no volver a informar de forma incorrecta sobre algo tan serio. Al final, por desgracia, murió a los tres días.

Revisar y contrastar datos de la pandemia

Observar, extraer, revisar, contrastar y contextualizar las informaciones de la pandemia de la Covid-19 ha sido uno de nuestros mayores retos. Sobre todo tener que aplicar mejor las matemáticas para dar una visión más adecuada de lo que estaba pasando, comparando con otro tipo de informaciones, ha sido lo más difícil; ajustando datos acordándolo en la Redacción para no darlos contradictorios. Y aún seguimos debatiéndolo, buscando el dato que más se ajusta a la realidad (dependiendo de por donde se mire), lo que indica lo difícil que es dar una versión fija y coherente de lo que está pasando. Y también tener que luchar contra los bulos y la desinformación con datos que no contrastaban.

Hemos recibido críticas muy duras en los comentarios y redes por dar el parte diario de la pandemia tanto en lo provincial como lo nacional, porque hay personas que quisieran que no se hablara de lo que ocurre cada jornada. Pero aún así hemos creído que es nuestra labor mostrar la realidad pese a quien le pese, moleste a quien moleste, y aunque nos costara hacerlo a nosotros mismos (que no es fácil contar muertos y muertos cada día).

El periodismo es contar lo que pasa de la mejor manera posible, guste o no guste, moleste a quien moleste; no es una labor fácil y a veces nos equivocamos, pero no nos escondemos y prometemos mejorar el año que viene

En octubre nos dimos cuenta de que –pese a que algo notábamos en verano porque no cuadraban las cuentas que daba por goteo la Consejería de Sanidad–, no habían muerto cinco personas entre junio, julio y agosto (las que nos notificaban de los hospitales) sino que al final revisando los datos aparecieron 157 más entre las residencias de mayores y en los domicilios.

Es decir, que en verano morían de media más de cincuenta personas mensualmente y no fuimos capaces de mostrar la situación de la forma debida; con lo que contribuimos de forma inconsciente a que se viviera una situación ficticia de seguridad que no fuimos capaces de ver y desmontar, y que luego nos costó una segunda ola tan dura como la primera en víctimas. Pero también es cierto que el cansancio extremo y psicólogico de la pandemia ha ido provocando que los lectores presten menos atención cada vez los datos diarios y los resúmenes.

Sin embargo, el periodismo es contar lo que pasa de la mejor manera posible, guste o no guste, moleste a quien moleste. No es una labor fácil. Prometemos mejorar el año que viene. También pedimos perdón por nuestras más que demasiadas erratas –otro año más, nuestra asignatura más pendiente y que más nos pesa como escritores que somos–, y alguna que otra falta de ortografía notoria que también produce vergüenza ajena cuando la detectamos o nos la hacen notar los lectores.

Eso sí, esperamos que en 2021 todo sea mejor que en 2020. Un deseo que es válido para todo el mundo, literalmente.

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