Críticas por la cita previa para todo, que llegó con la pandemia y se queda en León pese al fin de las restricciones

Colas diarias que todavía se mantienen, y no pocas veces para acabar en cita previa, en cualquier administración de León a día de hoy a pesar del fin de casi todas las restricciones.

C.J. Domínguez

El 14 de marzo del año 2020 marcó un antes y un después en muchos sentidos. La pandemia global del coronavirus, enfermedad contagiosa que ha condicionado desde entonces en todos los órdenes, vino en esa fecha a poner patas arriba muchos conceptos previos.

Y aunque ya se aprecia la luz al final del camino, muy avanzadas las vacunaciones masivas, en mínimos inigualables la incidencia de la temida dolencia, hay situaciones que siguen causando importantes problemas, cuando no directamente perjuicios, a los ciudadanos y que sin embargo permanecen aunque hayan desaparecido la inmensa mayoría de las restricciones de tipo sanitario. La cita previa obligatoria para realizar cualquier tipo de gestión, en instituciones públicas, entidades público-privadas y algunas empresas privadas, condiciona aún muchos aspectos de nuestra vida cotidiana.

No deja de indignar comprobar, por ejemplo, cómo a un estadio de fútbol de miles de personas puedan acudir el cien por cien de los aficionados desde finales de septiembre de este año, tal y como aprobó la Junta de Castilla y León hace semanas, o se puede llenar a rebosar, sin aforo alguno un bar o una discoteca, desde principios del mismo mes.

Sin embargo un leonés aún tiene que seguir esperando una larga cola a diario ante la delegación territorial de la Junta en León para llegar, por fin, al arco de seguridad de la entrada y comprobar que la gestión que ha de hacer, pongamos en las áreas de Industria, Agricultura o Transportes, no puede ni siquiera iniciarla porque es obligatorio pedir cita previa, vía telefónica las más de las veces. Y por lo tanto, conseguir contactar y regresar otro día para intentar que no se le pasen determinados plazos obligatorios, o asumir las consecuencias de ese retraso.

No es, para nada, un caso excepcional. A día de hoy se mantienen situaciones irracionales como no poder acceder libremente a un registro público, como es el de la Subdelegación del Gobierno en León, para hacer entrega de una documentación oficial en una ventanilla que, además, debería ser única, es decir, servir para cualquier administración.

Funcionarios todavía teletrabajando

En el Ayuntamiento de León, siguiendo otro ejemplo, es aún impensable de manera formal reunirse con un técnico de cualquier departamento sin pasar por la cita previa, dado que es que puede que ni siquiera estén, porque aún rige el teletrabajo.

Una modalidad no presencial para los funcionarios y laborales que se mantiene todavía en el Consistorio leonés como en la Diputación de León, no así en la Junta de Castilla y León, que ya decretó hace una semana la vuelta a la totalidad presencialidad de su plantilla.

Del mismo modo, en León también hay que esperar largas colas y muchos días para cualquier gestión relacionada con Policía Local, especialmente de Tráfico, como por ejemplo el formalismo de identificar al conductor ante una multa comunicada ya con meses de retraso.

O también Consumo, es decir, para poner simplemente una queja por el abuso o un engaño comercial de una compañía. Son derechos fundamentales que todavía no se acercan, al contrario que en muchos ámbitos, a la antigua y lógica normalidad.

Hasta 13 días, y más, de espera con cita

En cuestión de algo tan cotidiano como el transporte público hay varios ejemplos más: hasta esperas de más de 10 días ha podido comprobar ILEÓN que ha de sufrir un ciudadano para disponer al menos de una fecha que permita, con cita previa en la Junta, solicitar una tarjeta para el transporte interurbano, para poderla recargar después y viajar entre León un un pueblo de la provincia.

Y hasta de 13 días la cita previa para idéntica gestión para conseguir una tarjeta de autobús urbano de León, en este caso en la empresa adjudicataria del servicio en la capital Alesa (del grupo Alsa), y simplemente para que 13 días después se pueda entregar, sólo en mano, la simple fotocopia de un carné de identidad.

En muchos de todos estos casos la desesperación ciudadana es aún mayor cuando, no sólo han perdido una jornada en acudir a una institución o empresa, soportando una larga cola, para que no se les atienda ese día, sino que para conseguir la obligatoria cita previa a través de un teléfono que no pocas veces no se responde en el momento por parte de la administración.

Es entonces cuando esa desesperación deviene en indignación, la cual muchas veces estalla contra el funcionario de turno o el agente de seguridad de una institución pública, normalmente los encargados de lidiar con monumentales cabreos de los afectados, sobre todo cuando les acucia un plazo oficial que a ellos, haya o no pandemia y restricciones, nadie les permite posponer.

A la redacción de ILEÓN han llegado quejas tan surrealistas como que a alguien se le ha impedido hacer uso de la llamada 'ventanilla única' en un importante ayuntamiento del alfoz de León para registrar documentación de la Universidad a Distancia, aduciendo que no era posible, en este caso con o sin cita previa.

Caso a caso, institución a institución

Según ha podido contrastar este medio de fuentes sindicales, las situaciones son todavía muy dispares dependiendo de qué administraciones públicas valoremos. Así, en la Delegación Territorial Junta, ya con cero teletrabajo, no se impide el libre acceso al registro general, aunque ordenado por razón de aforo, cuando el hall de la delegación territorial es enorme.

Eso hace que las colas exteriores sean aún, en muchos momentos de las mañanas, una escena cotidiana. Eso sí, para acceder dentro a cualquier servicio o departamento, como antes de la pandemia se hacía con libertad, sigue instaurada la cita previa. Y muchos usuarios denuncian que resulta muy complicado hacerse con una fecha o que esa fecha se retrasa en exceso en el tiempo.

La Subdelegación del Gobierno en León todavía impide todo acceso sin cita previa a los ciudadanos a cualquier área que no sea el registro, pero también para este servicio pide inscribirse antes porque de no hacerlo se tendrá que esperar a que se atienda prioritariamente a quien haya conseguido la cita.

Registro abierto, sin restricciones en este caso, tiene también el Ayuntamiento de León, como otros servicios cotidianos como el área de Empadronamiento o la de Información, en el hall de la sede de Ordoño II.

Sin embargo, una reunión con un técnico de cualquier área ha de pasar inevitablemente por cita previa, entre otras cosas porque se mantiene el teletrabajo. Y desde que se formaron colas interminables en la Policía Local, se reinstauró la cita para varios días en Tráfico, así como en Consumo, ambas en la sede de San Marcelo. Otras fuentes indican que en el Consistorio existen “importantes resistencias” de algunos empleados públicos, no precisamente de las categorías más bajas, para dejar de teletrabajar, que llegan en forma de presión más o menos directa al concejal de área de Personal, Vicente Canuria.

Decisiones políticas y de prevención, no de los funcionarios

Por su parte, en la Diputación persiste para casi todas las áreas la cita previa, con el agravante de que aquí la mayoría de los ciudadanos vienen de los pueblos para realizar sus gestiones. Sin embargo, sobre el papel si se acude antes de la una de la tarde, esa cita se puede dar “casi siempre” para el mismo día, evitando otro viaje en otro día.

Los sindicatos remarcan, ante esta situación, que el funcionario no es el problema, que el trabajador público se aviene de manera obligatoria a unas decisiones por un lado políticas y por otro impulsadas en el marco de los acuerdos en vigor de Salud Laboral y Prevención, los cuales no se pueden saltar. Basta con que, si la situación de la pandemia ha mejorado, se actualicen, remarca desde la Federación de Servicios Públicos (FSP-UGT) de León Juan Miguel Martínez.

Igea, “muy de acuerdo” con normalizar

Incluso el propio vicepresidente y portavoz de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, preguntado por ILEÓN sobre este asunto, admite que es ya irracional mantener todas las actuales restricciones en el ámbito institucional, o los aforos limitados en los despachos, cuando se puede llenar una discoteca o un estadio de fútbol, según admite la propia Junta desde hace semanas.

“Estoy muy de acuerdo en que las administraciones, como ha ocurrido con el resto, tienen que volver al funcionamiento normal”, asegura, a pesar de que también la suya, la administración autonómica, salvo en el registro -a cuyos trabajadores ensalzó por su esfuerzo estos meses-, se mantiene con accesos vetados, citas previas obligatorias generalizadas y largas colas al aire libre.

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