La historia interminable entre Unicaja y Caja España-Duero

Leticia Pérez/Ical. Evaristo del Canto (izda), presidente de Caja España-Duero, y Braulio Medel, presidente de Unicaja.

Antonio Vega

Ya en febrero de 2011, apenas quince días después de nacer ileon.com, informábamos sobre las negociaciones que de cara a una fusión mantenían Unicaja y la todavía caja de ahorros, Caja España-Caja Duero, recién fusionada con su histórica rival y que buscaba una unión para sobrevivir al vendaval de la crisis. Ayer, dos años y medio después, se ha producido el paso definitivo para culminar la unión, aunque con la diferencia de que antes era una negociación entre Unicaja y la caja leonesa y ahora ha sido entre el Banco de España y Unicaja para evitar una nacionalización formal, ya que de facto el Estado -y Unicaja- llevan meses decidiendo sobre el futuro de la histórica caja de ahorros.

El camino de la fusión, que ahora es absorción pura y dura, se ha encontrado lleno de obstáculos. Uno de los primeros era la negativa inicial del Gobierno de Castilla y León a autorizar la operación, aunque luego daba su visto bueno. Una fusión que estaba tan cerca en febrero de 2011 que hubo hasta una reunión en el Banco de España donde no hubo acuerdo y cada uno buscaba un nuevo noviazgo que finalmente no cuajaría. El motivo supuesto de la ruptura, el reparto de las sedes y las sillas.

Entonces Caja España-Duero, comandada por Evaristo del Canto, le puso ojitos a Banco Mare Nostrum (actualmente nacionalizado) para llevar a cabo aquel invento llamado fusión fría o SIP (Sistema Institucional de Protección) que era que cada entidad seguía existiendo de forma independiente pero avalaba a la otra parte del SIP. El obstáculo a esa fusión se llamó 463 millones de euros, que eran las necesidades de capital que la caja necesitaba en marzo de 2011. Sumadas a las del Mare Nostrum hicieron inviable la operación. Y otra vez a buscar novio, aunque siempre con un ojo puesto en Unicaja.

Caja España-Duero buscó otros novios, entre ellos el nacionalizado Banco Mare Nostrum

Entonces Caja España-Duero daba sus primeros pasos para crear su banco (Banco Ceiss) al que traspasar todas sus operaciones financieras -al mismo tiempo lo hacía Unicaja- buscando además cómo obtener capital adicional para cumplir con los requisitos del Banco de España. Una fusión con una entidad más solvente era el método más rápido para cumplir con el requisito del 10% de capital de calidad y el acuerdo entre la entidad malagueña y la leonesa se cerró, aprobándose en abril de 2011 por sus consejos de administración. La fecha de cierre de la fusión se marcó entonces en septiembre de ese 2011, con un acuerdo sobre el reparto de sillas ejecutivas.

Pero el verano trajo las negociaciones sobre la concreción del porcentaje de capital que cada entidad tendría sobre el nuevo banco -inicial de 36% para Caja España-Duero y 64% para Unicaja- y el desacuerdo hizo que se llegara a principios de septiembre con incertidumbre y con el Frob poniendo a disposición de la caja leonesa 525 millones de euros por si la fusión no salía. Finalmente se aprueba la fusión con nuevos porcentajes, 70% Unicaja y 30% Caja España-Duero.

El proceso de fusión requería previamente la constitución de los bancos de las cajas y hubo mientras tanto negociaciones para unir a más socios a la fusión, y nuevos tiras y aflojas entre ambas entidades, entre otras cosas por las medidas sociales a negociar.

El cambio legislativo sobre requisitos de capital y el rescate bancario interrumpieron la fusión

Los cambios normativos del ministro de Economía, Luis de Guindos, que endurecían los requisitos de capital volvieron a interponerse en la fusión por las nuevas necesidades de capital del ya Banco Ceiss. Unicaja exige entonces capital público para culminar la fusión porque no se terminaba de fiar de las cuentas del banco leonés. Con todo hubo acuerdo y parecía que la fusión ya salía adelante.

Las turbulencias financieras de España y las dudas sobre la solvencia de su banca hacen que en junio de 2012 el Gobierno apruebe solicitar un rescate a Europa para recapitalizar la banca. Esto supone un nuevo parón en la fusión ya que toda la banca española debe someterse a un análisis de viabilidad, que deja claro que Banco Ceiss es inviable sólo pero al que bendice si se fusiona con Unicaja. Esto dejaba una ecuación muy simple, o Banco Ceiss se fusionaba o era nacionalizado con la inyección de capital público para garantizar su supervivencia. Una fórmula mixta fue la opción elegida.

Y pese a todo, la firma de la fusión seguía sin llegar, achacando desde Caja España-Duero a Unicaja la responsabilidad en que el proyecto no terminara nunca de llegar a puerto. Por si acaso Europa aprobada fondos públicos para el Banco Ceiss y lo convertía de facto en una entidad nacionalizada, aunque sin llegar al nivel de otras como Banco de Valencia. Entonces Unicaja y Caja España-Duero anuncian en diciembre de 2012, con el mismo comunicado, que rompen su acordada fusión pero que negociarán desde cero y con el Frob como garante para que culminen su largo noviazgo, aunque ahora ya será el Banco de España el que llevará el peso de las negociaciones.

Finalmente Unicaja lanza una oferta que aceptan el Banco de España y la Comisión Europea, con más fondos públicos como aliciente, quedándose al Banco Ceiss en unas condiciones mucho más ventajosas de las pactadas en el proceso inicial de la fusión, con una importante reducción de plantilla y una salomónica solución al problemas de las participaciones preferentes.

Ahora sólo queda conocer el detalle del canje de acciones y la configuración accionarial del capital del nuevo banco. Fuentes conocedoras de la operación han puesto fecha para el final de la historia de Caja España-Duero y del Banco Ceiss, septiembre de 2013. El tiempo dirá si tienen razón, o no.

Etiquetas
stats