Las confusiones y errores con León que revelan las ineficacias de su política turística

La última confusión sobre León que corre en las redes sociales, la Casa Botines de Gaudí en un pin de Barcelona.

Jesús María López de Uribe

No hay nadie que no venga a León que no pregunte... ¿Pero cómo no se conoce esto en España? Y la cantidad de cosas que esta provincia puede ofrecer es incontable. Tanto que al final nadie las conoce, como se ha podido demostrar en estas últimas dos semanas con una serie de errores garrafales con los monumentos turísticos de la provincia.

¿Pero por qué ocurre? ¿Es una conspiración como indica la loca teoría que corre en las redes sociales para que León desaparezca? ¿Es una serie de catastróficas desgraciadas meteduras de pata? ¿Es pura y dura incultura? ¿Es que tan desconocidos somos ahí fuera?

Una serie de preguntas que se pueden explicar por muchas razones, aunque la primera sea —tras las barbaridades producidas con el error como una catedral del sello homenaje a León de Correos (del que se ha efectuado una tirada de 300.000 ejemplares con el valor facial de 165.000 euros y que la empresa pública ha informado de que no habrá más impresiones), el viaje a otra parte confundiendo el parador de Lleida con una foto del de León y tantos otros fallos que los leoneses no olvidan— un poco difícil de desmentir, visto que la cosa no frena: ahora es un pin de la Casa Botines de Gaudí en León pero vendida como si estuviera en Barcelona el tercer error que ha hecho furor estos días en las redes sociales.

Corre la hipótesis de que como en León estuvieron los grandes próceres del franquismo (el presidente del Gobierno Arias Navarro fue gobernador civil, aunque no debió dejar buen recuerdo ya que es el único que no tiene calle en la capital leonesa) y se casaron con leonesas (ahí tenemos a Fraga, por ejemplo), éstos venían a descansar aquí y lo mejor para ellos era que León “desapareciera del mapa” para estar tranquilos. Como tal, podría caber dentro de la Teoría de la Conspiración, porque es un poco difícil comprender cómo la fiesta de los Carros Engalanados y los Pendones de San Froilán no sale en la tele todos los años por su espectacularidad. O Las Cabezadas por su sorpresiva vistosidad y tradición de ocho siglos.

Pero más allá de estas hipótesis, a las que no ayuda nada la inclusión 'a la fuerza' de la región leonesa en la comunidad autónoma de Castilla y León, lo que sí evidencia es que al parecer las campañas turísticas que se realizan todos los años no funcionan. Hay esfuerzo, sí, pero parece ser absolutamente ineficaz para que no se cometan errores de bulto tan enormes como estos días.

Tampoco ayuda que la Junta de Castilla y León tenga que promocionar tantísimos hitos turísticos (las regiones de León y Castilla son las que más historia monumental tienen de España desde tiempos incluso anteriors a los romanos), porque es que no puede prestar la atención que merecen lugares y monumentos tan impresionantes como Las Médulas. Ni a Picos de Europa ni a la Catedral de León (la que más metros cuadrados de vidrieras medievales tiene en el mundo doblando a la 'Sainte Chapelle' de París, que es un 'hit' turístico mundial), ni a la de Astorga, ni a la capilla sixtina del románico en San Isidoro, ni a las catedrales de Zamora, Ciudad Rodrigo o Salamanca (que tiene dos).

O a las murallas leonesas, o al castillo de Ponferrada, o al León Romano o a la Ruta Romana de Astorga (que pierden por goleada con lo que invierte la Consejería de Cultura en promocionar el yacimiento de Numancia). O que cuando hay que celebrar centenarios 'pasen' en Valladolid del milenario del Fuero de León y promocionen a Fernando III como primer rey 'castellanoleonés' (cuando en 1218 sólo lo era de Castilla y recibió la corona de León en 1230) y la sempiterna Numancia. O que parezca que impida a toda costa que las vidrieras de la Catedral de León sean Patrimonio de la Humanidad, mientras sí lo es la catedral de Burgos (con la que se confundieron en el sello de Correos). O, lo que es más sangrante, que también dificulte que lo sea el Camino de Santiago.

Vamos, que la política turística de la Junta de Castilla y León falla como una escopeta de feria 'por hache o por be' (o para los de la Consejería de Cultura acierta por 'ce' en vez de 'ele') y se tiene la impresión desde los que promocionan el turismo en León que no es precisamente 'casual' esa indiferencia.

Claro, que si se observa el trabajo turístico de la Diputación y los Ayuntamientos de León antes de este mandato la cosa tampoco es que quede muy bien parada. Esfuerzos los hay en las corporaciones de ahora, e importantes, sobre todo en los tres últimos años por parte del Consistorio leonés: con el milenario del Fuero de León en 2017 y este año 2018 con el bimilenario del León Romano, o promocionando una ruta de cerezos con flor roja para los japoneses (que son turistas de muy alto nivel), se realiza una fuerte campaña en el Metro de Madrid de con el lema 'León de Moda' (y muy barata), además de repetirla en éste y en el de Bilbao para promocionar la Semana Santa leonesa (de Interés Turístico Internacional). Y estos días ha conseguido algo que con los de antes parecía imposible: que visiten 25.000 personas el espacio promocional de la Feria B-Travel de Barcelona que se celebró la semana pasada. Como colofón, la Capitalidad Gastronómica de España de este año.

Como no todo podía ser perfecto, porque esto es parte de la política leonesa turística fallida, esta última fiesta de ámbito estatal del papeo se está celebrando con el Parador del Hostal de San Marcos cerrado por obras de remodelación, la calle principal de Ordoño II también en obras hasta mitad de año, como asimismo la extensión de la Estación de Ferrocarril por los trabajos que garanticen sortear el antiguo paso a nivel del Crucero para que pase la Alta Velocidad a Asturias evitando el engorroso fondo de saco actual y, por último, esta semana pasada se conoció que la Catedral se contemplará repleta de andamios durante todo el año. Duchos en previsión no parecen estar las autoridades leonesas, claramente.

Y todo esto sin hablar de que aún no está terminada la reforma de la polémiquísima Plaza del Grano, que criticó Icomos (un ente asesor de la Unesco), una de las pocas con sabor medieval que queda en la ciudad y que va a terminar 'musealizada' perdiendo parte de su empedrado tradicional pese a las enormes protestas de los ciudadanos. Cosas de esta tierra que adora el pasado, pero no lo cuida.

La página 25 del catálogo de Paradores Nacionales de Viajes El Corte Inglés confunde el parador de León con el de Lleida.

Luego está la Diputación, que se trabaja todos los años la Feria de los Productos de León, y con el Consorcio Provincial de Turismo (que forma con los ayuntamientos de la provincia, incluido el de la capital) que prepara Intur, Fitur y las ferias gastronómicas que puede. Más varias campañas de turismo interior en la provincia.

Pese a los esfuerzos del diputado de Turismo, que sí ha cumplido con organizar eventos más modernos y adecuados a los tiempos de Internet como traer a 'bloggers' e 'influencers' de viajes a conocer la provincia, el verdadero problema del Consorcio de Turismo está en la extrema rigidez y la absoluta falta de criterio de su gerente en asuntos turísticos. A lo que se suma su escasísima capacidad para los idiomas inglés y francés, que impide una promocion adecuada en el extranjero (llegando a tardar más de ocho años en introducir el inglés en la página Turismo de León, con excusas completamente absurdas por parte de su difunta presidenta Isabel Carrasco). Y la falta de creatividad a la hora de plantear paquetes turísticos que hagan que aumenten de un día a dos las pernoctaciones medias de los turistas en la provincia; algo increíble en un lugar como León, donde hay lugares que visitar y en los que divertirse para dar y tomar.

Turismo extranjero, objetivo al que se apunta a ciegas

Pero es que la cuestión es que con todo el esfuerzo, se pierde fuerza por todos los lados, ya que no se está trabajando el turismo extranjero como se debe. Aunque sí hay intentos para atraer un mercado tan interesante como el asiático por parte del Ayuntamiento de León, lo fundamental es apostar por el turismo anglosajón. Y tampoco vendría mal esforzarse con el galo, con lo francés que fue el Reino de León como muestra la catedral leonesa, que copia la planta de la de Reims.

Pero para eso hay que invertir en idiomas, cosa que le cuesta un mundo al gerente del Consorcio Provincial de Turismo, y en la coordinación de las campañas con una estrategia directa, con paquetes turísticos de varios días. Y trabajarse mucho más Internet y las Redes Sociales, que están casi huérfanas de mensajes loando los atractivos de la provincia salvo unas pocas iniciativas.

Porque sólo contar cuántas cosas ofrece una provincia como la leonesa abruma: que acogió la Corte en León de su viejo Reino Olvidado, capital que fue fundada por una Legión golpista romana premiada con un 'funcionariado' en obras públicas, porque aquí estaba la mayor mina de oro de todo el mundo romano conocido.

Donde se firmaron las primeras leyes con Derechos Fundamentales como la Inviolabilidad del Domicilio en el Fuero de León hace exactamente mil años y que nada menos que la Unesco apunta a que es una de las Cunas del Parlamentarismo. Porque aquí votó por primera vez el Estamento del Pueblo en las primeras Cortes Medievales de la Historia.

Con esa hermosísima Catedral Gótica de Santa María de Regla, tanto que la llaman la 'Pulchra Leonina', con más metros cuadrados de vitrales medievales de todo el planeta, que se puede vender perfectamente como la Catedral de la Luz porque parece que no tiene paredes. Y un montón de cosas más con incluso legados universales que deja al mundo y otras maravillas que ya no caben en esa consideración ni en cualquier otro artículo sino en libros turísticos. Por no hablar de las tapas gratis de la ciudad sobre todo en el Barrio Húmedo y el Barrio Romántico del Cid, y en Ponferrada.

Incluso se puede atraer turismo místico. León fue un lugar donde un leonés de aquel reino medieval creó la Cábala: Moisés de León escribió el 'Zohar', el segundo libro sagrado hebráico en importancia de la religión judía. También es más que probable que en la Basílica de San Isidoro (donde está la Capilla Sixtina del Románico) haya estado escondida desde hace mil años la que los cristianos de Jerusalén creían que era la Copa de la Última cena de Cristo (en la literatura fantástica se denomina como el 'Santo Grial' y hasta están haciendo una película sobre ello). Además se puede vender a los creyentes cristianos que viajando a León podrán contemplarla en persona (es la copa de ágata superior del impresionante Cáliz de Doña Urraca) y hasta en una modernísima y alucinante realidad virtual.

Material hay de sobra para que flipen los internautas y que deseen venir a conocer León. Y lo que se deja este artículo en el teclado. Pero, con todo (capitalidad gastronómica incluida), este año 2018 las cifras turísticas no sólo no acompañan, sino que caen. Provocado, posiblemente, por el extraordinario auge de los pisos turísticos, la mayoría ilegales, que destrozan las cifras de los hoteles y provocan que no haya el retorno esperado en impuestos, perjudicando a la Sociedad Leonesa.

Y claro, al final lo que queda es que parece que España desconoce León: lo demuestran estos bochornosos errores en el sello en 'homenaje' a la provincia leonesa (con el presidente de Correos, el alcalde de León y el presidente de la Diputación presentes... y no sabiendo dónde meterse, tanto que la empresa pública ha tenido que prometer un sello específico de la Seo Legionense para enmendar el error), el de Viajes El Corte Inglés confundiendo la portada de San Marcos con el 'Convent del Roser' en Lérida (aunque parece que sólo en el folleto en PDF y ya lo han corregido), y el pin de la Casa Botines de Gaudí 'en Barcelona' como colofón al desatino.

Al menos nos queda que el sello con un error como una catedral de León se ha convertido en una pieza de coleccionista, lo que de rebote puede ser una de esas promociones de la provincia que en márketing se llaman contrarias y terminan beneficiando al afectado aunque sea de casualidad.

Es hora de que las autoridades ejecuten un proyecto turístico como Dios manda, y dejen menos espacio a la improvisación; porque por muchos esfuerzos que le pongan, sin un plan bien definido y coordinado (y unos gestores administrativos capaces de afrontarlo en idiomas extranjeros) no se puede destacar en el competitivo mundo que nos ha tocado vivir con la llegada hace ya casi treinta años de Internet. Y la provincia de León, con todo el 'material' turístico que tiene seguirá siendo la gran desconocida si esto no cambia.

¿De seguir así, la teoría de la conspiración contra León continuaría ganando adeptos?

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